Milei ratificó que «no se negocia» y rompió el canal de diálogo con el sindicalismo

Tras asegurar que no hay concesiones en sus ideas de gobierno, Milei impulsó la salida del dos de Trabajo, el único funcionario que negociaba con los gremios.

La postura de Javier Milei es clara: «no se negocia». Así lo expresó durante el fin de semana, consultado sobre el tratamiento que tendrá la Ley Ómnibus en el Congreso, advirtiendo que no hará concesiones en sus ideas de gobierno. Y quedó ratificado a partir de su decisión de impulsar la salida del número dos de Trabajo, el único funcionario que hasta ahora negociaba con los gremios.

El desplazamiento de Horacio Pitrau de la Subsecretaría de Trabajo, quien mantuvo charlas con diversos sectores gremiales para acordar el acompañamiento de la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo a través del DNU, demuestra también que se impuso el ala dura del Gobierno.

La salida del subsecretario de la cartera laboral, quien no llegó a ser nombrado en forma oficial, da por terminada la única instancia de negociación que seguía abierta con los gremios a pocos días del paro nacional que la CGT lanzó para el 24 de enero.

Milei reconoció las grietas en su Gobierno

En declaraciones periodísticas realizadas durante el fin de semana, Milei blanqueó indirectamente las fuertes disputas que se están dando entre el ala más dura y los funcionarios de perfil más dialoguista de su flamante administración. 

El presidente de la Nación habló de la difícil misión que enfrenta su ministro del Interior, Guillermo Francos, quien tiene que lidiar con «unos cuántos que somos bastante talibanes en la otra línea»; es decir el grupo más intransigente en el cual él mismo se incluyó.

Dentro del ala dura se encuentran el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el asesor sin cargo, Federico Sturzenegger; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; y el secretario de Trabajo, Omar Yasín.

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Y las diferencias se profundizaron luego del encuentro que mantuvieron los dialoguistas con Armando Cavalieri, el líder de Comercio, el sindicato más numeroso del sector privado.

La cúpula de Capital Humano logró comprometer al sindicalista con el nuevo sistema indemnizatorio pretendido por Milei, y a cambio activó un dictamen de la Secretaría de Trabajo que validaba la intención de Cavalieri de seguir recaudando las polémicas cuotas solidarias en el sentido inverso en el que se había establecido en el DNU. 

«No hay con quién hablar«

Eso no cayó bien entre los «halcones» del gabinete, quienes exigieron la marcha atrás del dictamen y pidieron la cabeza de los responsables. Así quedó definida la salida de Pitrau.

«Echaron al más fácil, un fusible. Si corrían a Pettovello o Yasín iba a quedar en evidencia el quiebre en el gabinete», advirtió este domingo a Clarín un referente de la conducción de la central obrera, quién aseguró que ahora no existe ninguna instancia de conversación entre los gremios y la administración libertaria. 

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«Francos es un funcionario sin funciones, aparece desautorizado todo el tiempo. Ahora también Pettovello quedó en el mismo lugar. No hay con quién hablar, es de locos», remarcó otro dirigente sindical.

Días atrás la secretaria general del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina (STVyARA), Graciela Aleña, también había asegurado que «no hay diálogo» con el Gobierno nacional. 

En este contexto, la idea del sindicalismo ahora es fortalecer la convocatoria al paro nacional y, en paralelo, aceitar las gestiones con los bloques legislativos en una apuesta a sumar masa crítica con vistas al tratamiento parlamentario de la Ley Ómnibus y el DNU.