26 de Abril
de 2024
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Alentado por el resultado electoral de la izquierda, el clasismo busca dar pelea en los gremios

09. 12. 2021

Distintas agrupaciones ganan terreno en gremios clásicos y se entusiasman como alternativa ante las conducciones tradicionales.

Con los resultados de las pasadas elecciones legislativas, la izquierda se ubicó como tercera fuerza a nivel nacional, su mejor performance desde que se forjó el Frente FIT-U. Con este impulso como base, el clasismo sindical quiere avanzar en la vida interna de los gremios, y ya piensa en una mayor actividad en el sector.

En los últimos años, la presencia de delegados y agrupaciones de base creció en las organizaciones, y existen varios ejemplos de mayor protagonismo de la izquierda gremial. Incluso desde hace un tiempo uno de los principales gremios industriales está en manos de un frente de sectores clasista: el Sindicato del neumático SUTNA. Ahora, quieren ir «por más» aprovechando la visibilidad que les dio el avance electoral de noviembre.

La presencia en los gremios de la izquierda ganó fuerza en los últimos tiempos, e involucra a varias tendencias. A la tradicional Lista naranja de todos los sindicatos, referenciada en El Partido Obrero, se sumaron otras agrupaciones, vinculadas a integrantes del FIT-U y otros.

Ahora, luego de casi dos años donde las elecciones gremiales estuvieron paralizadas –por la pandemia se extendieron los mandatos de secretarios generales y otros cargos– buscarán aprovechar esa visibilidad para tratar de avanzar en el movimiento obrero organizado.

«Las viejas estructuras se mantienen con la ayuda estatal, pero no pueden hacer un acto masivo porque son repudiaron», le dijo a Gestión Sindical un dirigente gremial vinculado al frente de izquierda, respecto de los planes de expansión.

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Para las agrupaciones clasistas, es clave aprovechar el momento. El fin de semana pasado, en el marco del primer congreso de la llamada Liga Internacional Socialista (LIS), que se hizo en la Plaza de Mayo, muchos de estos dirigentes marcaron la necesidad de tener «un plan de expansión».

«El clasismo crece en los gremios, lo que pasa que es invisibilizado, o los estatutos terminan haciendo muy difícil presentar una lista», agregó el mismo dirigente. Un ejemplo de esto es lo que pasa en la Unión Ferroviaria, donde la izquierda tiene una seccional (que conduce el popular dirigente Rubén «Pollo» Sobrero), pero no logra tener una lista nacional.

«El estatuto del gremio dice que si no se presentan listas en las 42 seccionales, no podés competir nacionalmente. Así es imposible», se quejaron.

Dos modelos

En este proceso, la dirigencia de izquierda suele apostar a las agrupaciones de base, y cuando se encuentra con estas trabas, reglamentarias, apuntar al activismo –delegados propios, por ejemplo– y otras formas de acumular poder.

Cuando esto no funciona, no descartan la creación de gremios u organizaciones alternativas. Existen dos experiencias positivas de esta forma: el SITRAIC, en el sector de la construcción, y el SiPREBA, en prensa de la provincia de Buenos Aires.

En ambos casos las nuevas dirigencias contaron con apoyo de los sectores clasistas, que en el caso del SITRAIC se sumaron a un grupo de ex UOCRA para conducir la nueva experiencia. En los dos casos, las nuevas entidades terminaron reportando en la CTA Autónoma, lo que enfrió la participación de izquierda.

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«Donde hay condiciones para pelear dentro de los gremios, lo hacemos», afirmaron desde sectores gremiales cercanos al FIT-U, ante la consulta de Gestión Sindical. Como ejemplo, nombraron lo que sucede con los sectores combativos de Sanidad, en metalúrgicos, en los gremios ferroviarios.

Cuando los estatutos se vuelven «restrictivos», se buscan las nuevas alternativas. «Lo importante es recuperar el sindicalismo, hay mucha dirigencia que empuja desde adentro, y cuando no se puede, se buscan otras formas», agregaron.

Desde abajo

Otro caso que se nombra en el sector es el de la Asociación de Licenciados de Enfermería (ALE), entidad que nació para pelear contra la discriminación de los empleados del sector en la Ciudad de Buenos Aires, que quedaron fuera en 2018 de la ley de profesionales de la salud.

Ante la imposibilidad de encauzar sus reclamos a través del SUTECBA, gremio de municipales porteños, se comenzó a organizar este espacio, que hoy además contará con una referente en la Legislatura porteña.

Se trata de Carolina Cáceres, referente de la ALE en el hospital Tornú de la Ciudad de Buenos Aires, que asumirá esta semana un lugar en la legislatura por el FIT-U, en base al acuerdo de rotación de bancas que las fuerzas del frente tienen.

A partir de esto, Cáceres buscará «llevar los reclamos que estamos haciendo en la calle al recinto, para hacer escuchar la vos de la enfermería», según le adelantaron a Gestión Sindical desde el entorno de la futura diputada porteña.

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