Los medicamentos, una preocupación que crece dentro de las obras sociales sindicales
En 2022, el precio de estos productos estuvo por encima de la inflación, lo que hizo que muchas entidades tuvieran problemas para cubrirlos.
En la agenda de los gremios para este 2023, un tema figura entre las prioridades a resolver, incluso a niveles del Impuesto a las Ganancias y otras demandas: la cobertura de los medicamentos. Es que, a través de sus obras sociales, deben financiar el valor de los tratamientos para sus afiliados y en los últimos tiempos el valor de los mismos creció por encima de la inflación.
Además, la falta de compromiso del giro de recursos para financiar esta y otras cuestiones genera alarma entre la dirigencia sindical, que ya le presentaron a diversos funcionarios, entre ellos el ministro de Economía, Sergio Massa, su preocupación.
Esta semana, la seguridad social tuvo una buena noticia, cuando se confirmó un acuerdo para financiar uno de los medicamentos más caros del mundo, para niños con una grave enfermedad. Pero además se conocieron datos de cuanto aumentaron los productos farmacéuticos, y hay controversia por datos que se contraponen según dos informes que circulan.
Los recursos para las obras sociales son un tema recurrente en el movimiento obrero y modela la relación que los gremios tienen con los distintos gobiernos. En el macrismo, la CGT fue especialmente dialoguista con la gestión nacional porque había cumplido un pedido histórico: la recuperación de fondos para las entidades.
En 2022, las presiones de la dirigencia hicieron que Massa se comprometiera al pago de seis cuotas para fortalecer los recursos, pero sólo cumplió dos. En este contexto, la preocupación crece por el aumento de los recursos que se deben pagar para cubrir medicamentos.
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Según fuentes del sector consultadas por Gestión Sindical, en la actualidad «el 40 por ciento de los gastos en salud son absorbidos por las obras sociales», el mayor porcentaje si se compara con el segmento estatal (29 por ciento) y el privado (14 por ciento).
En este panorama, los medicamentos cubren un «alto porcentaje», por eso la suba del 2022 generó alarma. Según un estudio del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), los tratamientos crecieron su valor un 0,6 por ciento por encima del IPC promedio.
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«Los aumentos fueron en promedio general del 95,4 por ciento durante el año», afirmaron desde la entidad, formada por profesionales de todo el país. El informe, al que tuvo acceso Gestión Sindical, marca además que «los tratamientos de uso pediátrico crecieron un 96,6 por ciento y los medicamentos de venta libre u OTC aumentaron un 100,3 por ciento, con picos del 137 por ciento».
«Se observa una distorsión en los precios, con grandes diferencias entre los precios de distintas marcas de un mismo medicamento: hay diferencias de hasta siete veces entre la marca más cara y la más económica en medicamentos muy usados», destacó CEPROFAR en su trabajo. Las obras sociales recordaron que en 2022 existía un acuerdo para que los remedios suban siempre «un punto por debajo de la inflación», algo que no se cumplió.
Controversia
Sin embargo, otro trabajo que circula entre directivos de laboratorios que operan en el país desmiente esta información y remarcó que no sólo se mantuvo el convenio firmado con el gobierno, sino que además «se sobrecumplió».
El reporte fue elaborado por CILFA, la cámara que reúne a las empresas de la industria farmacéutica de bandera nacional. El mismo, al que tuvo acceso Gestión Sindical, estableció que «el incremento registrado de los precios de los medicamentos en 2022 fue de 90,1 por ciento, de acuerdo al INDEC«.
De esta manera, «se confirma que los medicamentos aumentaron por debajo de la inflación en 2022, que arrojó un guarismo de 94,8 por ciento», es decir, los precios de los medicamentos «tuvieron un atraso de 4,7 puntos porcentuales respecto del IPC».
Además, el reporte de los laboratorios nacionales aclaró que como el índice elaborado por el INDEC no contempla los precios de los medicamentos expedidos al PAMI, que tienen un precio diferenciado. «Haciendo ésta corrección el incremento de los precios de los medicamentos durante 2022 alcanza 84,1por ciento, lo que implica que los precios de los medicamentos en el país crecieron 10,7 puntos porcentuales por debajo de la inflación en 2022», subrayó el trabajo.
Las obras sociales pagan los tratamientos al valor de mercado, mientras la obra social nacional tiene un precio especial según el contrato con la industria, que está un 20 por ciento por debajo, aunque en algunos momentos llegó a tener una brecha del 35 por ciento.
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«La industria farmacéutica argentina ha logrado garantizar en 2022 precios de los medicamentos situados por debajo de la inflación, contribuyendo al acceso de la población a medicamentos seguros, efectivos y de calidad. De esta manera, se sobrecumplen los compromisos oportunamente alcanzados por la industria farmacéutica argentina con las autoridades sanitarias y económicas del país», destacaron desde CILFA.
Acuerdo modelo
En tanto, la CGT tuvo una buena noticia esta semana, al firmar un acuerdo para que el gobierno financie uno de los tratamientos de última generación destinado a la atrofia muscular espinal (AME), un trastorno genético grave que afecta a unos 400 bebés argentinos.
El tratamiento Zolengsma salió al mercado hace un tiempo y muestra eficacia para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero por su valor –unos 2 millones de dólares –hace que sea casi imposible que sea cubierto en el país. Por eso la importancia de este convenio.
El encargado de firma el acuerdo fue José Luis Lingeri, el «ministro de Salud» de la CGT, dirigente que se encarga de todas las negociaciones vinculadas a las obras sociales. «Esta iniciativa representa un primer paso importante que va a beneficiar al conjunto del sistema de salud», sostuvo luego de firma el acuerdo en la cartera sanitaria nacional.
Y tras reconocer que «es un tema que preocupaba a la CGT«, el dirigente manifestó «apoyo y bienvenida» al acuerdo alcanzado. A través de la resolución 21/2023 se da inicio a la compra, bajo la estrategia de «riesgo compartido», de la primera terapia génica recombinante aprobada en el país para la AME.
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