Empleo en el fondo del mar: la demanda de trabajadores es la más baja desde que hay registros

Los datos de la gestión libertaria en términos de empleo son catastróficos. Desde 2007, cuando empezó a medirse la demanda de personal, los números nunca fueron tan bajos.

Después de los primeros seis meses de Milei como Presidente de la Nación, se están empezando a hacer visibles todos los datos -preocupantes, por cierto-, de todas las personas que están quedando sin trabajo, ya sea por despidos, retiros voluntarios o suspensiones laborales. La situación es clara y trágica: empleo hundido, desempleo en alza.

Hasta el momento, 126.000 trabajadores quedaron en la calle, es decir que perdieron su empleo y no consiguieron otro. Gran parte de este número proviene de los sectores de la construcción y la industria que fueron algunos de los más golpeadores desde que asumió el libertario. También en el primer semestre del año se duplicó la cantidad de suspensiones.

Estos datos, por demás alarmantes, se desprenden todos de estadísticas oficiales provenientes de Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) y muestra un deterioro que evidencia que será aún mayor con el correr del año.

La demanda de empleo, en un piso histórico

En abril de este año, la demanda laboral tuvo el valor más bajo desde que esta serie se releva desde 2007. Por el lado de las contrataciones de personas fueron ubicadas en los valores más bajos en términos históricos, sólo superada por la crisis en abril de 2002, meses después al famoso corralito y en abril de 2020, con el comienzo de la pandemia por el Covid-19.

Los despidos no es el único dato que preocupa. Los retiros voluntarios (muchos de ellos pedidos por parte de la empresa), paralización de actividad, recorte de horas extras y de la jornada laboral, hacen que el bolsillo de los que aún pueden sostener sus puestos se vean perjudicados.

Uno de los motivos que argumentan desde las empresas por las suspensiones laborales, es por el exceso de stock, debido a la poca demanda existente.

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Acindar, una planta líder ubicada en Villa Constitución, Santa Fe, debió paralizar sus plantas por segunda vez en el año, afectando así el bolsillo de más de tres mil trabajadores que se dedican al procesamiento de hierro, acería y la fabricación de alambres.

Otro rubro que también tuvo que frenar su producción por las pocas ventas son automotrices reconocidas tales como Renault, Nissan, Toyota, Fiat, Mercedes Benz y General Motors.

Qué dice la UIA

Según el último informe de la Unión de Industriales argentinos (UIA) indicó que hay bajas cada vez más marcadas en el sector Automotores (-27,9%), en Despachos de Cemento (-27,1% i.a.) y en los patentamientos de maquinaria agrícola (-22,9% i.a.) y en paralelo la fuerte caída de la demanda de energía eléctrica de Grandes Usuarios Industriales que se contrajo de forma significativa (-11,3% i.a.).

Por el lado de la industria textil y el calzado, no resultan ajenos a la situación actual que atraviesa el país. La firma Textil Río Grande lleva meses prorrogando la suspensión de trabajadores que, ya de por sí, están cobrando la mitad de su sueldo, y ahora agregó retiros voluntarios.

En Whirlpool, Mar Argentina, Fate, Mirgor y también en la industria de la alimentación tales como La Serenísima, Pepsico y Bimbo, se registran situaciones similares.

El Estado, responsable

Según el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, indicó que en mayo se otorgaron 104.353 prestaciones de desempleo, un número significativamente superior a los promedios mensuales de 2022 y 2023 con 47.897 y 64.596 respectivamente.

«La fuerte reducción y licuación del gasto en funcionamiento del Estado sumado al resto de las medidas (como el freno en la obra pública, el recorte en las jubilaciones, la quita de subsidios a los servicios públicos y la devaluación del 100% del tipo de cambio oficial), generaron un fuerte impacto en el nivel de actividad y por lo tanto en los niveles de empleo en el sector privado», analizaron los economistas del Observatorio.

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Según datos oficializados por Situación y evolución del Trabajo Registrado (SIPA) de la Secretaría de Trabajo Nacional, la cantidad de puestos de trabajo continúa en baja: en marzo en el sector privado registra siete meses consecutivos de disminución con casi cien mil puestos menos que en noviembre del año pasado, justo antes del cambio de gestión.

Por el lado del empleo registrado en casas particulares, la cifra de trabajadores que quedaron en la calle llega a 9.000. Estos números se deben al alto porcentaje de informalidad y el fin del programa nacional Registradas.

El empleo en la construcción, en estado crítico

La construcción fue uno de los rubros más damnificados con la pérdida de 56.000 puestos laborales desde noviembre. La actividad industrial no escapa tampoco a la realidad y se contrajo 1% en cuatro meses, lo que significa una caída de más de 12.000 puestos de trabajo y que aumenta mes a mes.

“El 53% de las empresas tuvo caídas de la producción, el 60% en las ventas, el 37% en las exportaciones y el 24% caídas en el empleo” indicó la última encuesta sectorial realizada por la UIA. El impacto de la recesión en la construcción, la industria y el comercio (-6.000 puestos en cuatro meses) es clave ya que concentran el 45% del empleo registrado del sector privado.

Con datos a abril de este año, la Encuesta de Indicadores Laborales anticipó que “el nivel de empleo privado registrado en empresas (de más de 10 personas ocupadas) presentó una contracción de 0,4% en relación con el mes de marzo. Con esta variación, se verifican -en los principales aglomerados del país- cinco meses consecutivos de caída neta del empleo, y se acumula desde diciembre de 2023 una reducción de 1,9%”.

En comparación con los meses de abril de años anteriores, se trata de los más bajos de la serie, similares a 2019.

Pronósticos negativos

A futuro no se ve un gran cambio dentro del mercado laboral y nuevas contrataciones para mejorar la calidad de vida de los desempleados. Las expectativas que tienen las empresas para contratar personal por los próximos tres meses se ubican en un 0,4%.

“Si bien es positivo, se vislumbra un escenario sin cambios en términos de empleo según el informe oficial de Estadísticas. Según una encuesta de la UIA, se dedujo que la situación de las empresas es peor que un año atrás. Estos datos son incluyendo la percepción de la propia empresa, la situación del sector y respecto al país.

“Buena parte de la demanda interna dependerá de lo que ocurra con el consumo de las familias. En este sentido, la fuerte pérdida del salario real (que incluso subestima el impacto sobre el poder adquisitivo de los aumentos de las tarifas de servicios públicos) de los primeros meses del año se recuperará muy lentamente dado que la dinámica salarial se ha plegado a la tendencia de la inflación -lo que evitará que en el corto plazo se recupere del golpe de comienzos de año-. A esto se le suma el impacto que pueda tener la pérdida de empleo en los hogares, variable que seguramente es más relevante dentro del segmento informal de la economía”, analizó la consultora Ecolatina.

La Ley Bases no ayuda

En el marco de la aprobación de la Ley Bases, desde oficialismo vislumbran cambios que benefician a los trabajadores y que se generará empleos de calidad, pero especialistas en el mundo del trabajo los contradicen.

“No va a mejorar la situación de quienes hoy no gozan de derechos laborales, el objetivo es reducirlos a los que todavía los tienen. Esta ley no se va a traducir en mejoras en el mercado del trabajo, por el contrario apunta a cristalizar una situación en la cual la mitad de los trabajadores y trabajadoras hoy no tienen derechos, y a partir de ahora los derechos de la otra mitad van a estar en serio riesgo”, refirió sobre ello Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma.