La CGT, al rojo vivo: «Estoy harta de las estupideces que dicen Daer y Acuña»
Así se expresó la secretaria de Igualdad de Oportunidades de la central obrera, Graciela Aleñá, explicando que por ese motivo «me fui del grupo de WhatsApp».
La conocida interna de la CGT queda cada día más expuesta, además de profundizarse. Y una muestra de esto fue lo que este jueves declaró la secretaria de Igualdad de Oportunidades de la central obrera, Graciela Aleñá. «Estoy harta de las estupideces que dicen los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña», disparó.
Por eso fue que la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Vialidad explicó que «me fui del grupo de WhatsApp, porque no banqué las mentiras ni las estupideces que escribían».
De esta manera cuestionó de manera muy dura al sector mayoritario de la central. Y , por si quedaba alguna duda, en su entrevista con AM 750 señaló que «es mentira que hay unidad en la CGT».
Además calificó de «falta de respeto del triunviro a Pablo Moyano» el hecho de que hayan ido a la reunión con el ministro de Economía y no lo hayan convocado: «Estuvimos reunidos durante horas dos días antes y después se juntan con Massa y no avisan».
Para Aleña, «son manipuladores«
En el grupo de WhatsApp los integrantes de la CGT habitualmente comparten e intercambian información y opiniones. Aleñá, como explicó, decidió salirse molesta por lo que escribían Daer y Acuña.
Aunque también dejó en claro que su fastidio tiene otra razón: «El otro día me fui antes de la reunión. Que alguien que no movió un dedo por los despedidos de vialidad me diga nunca ´dejé la calle’… sentí que me estaban cargando», dijo la sindicalista cercana al kirchnerismo.
Asimismo sostuvo que «cada vez que proponés algo en la CGT, perdés la votación». Y puso como ejemplo lo ocurrido respecto al pago de una suma fija.
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«Es triste lo que pasa en la CGT. A uno le duele porque no quiere romper, pero son manipuladores. Son lo que son y lo que fueron siempre», advirtió.
Y para terminar con sus explosivas declaraciones expresó que «no estoy de acuerdo con ese sindicalismo que está escondido y que sólo sale cuando está por explotar la bomba».
La CGT, sin paz
De esta manera la CGT sigue convulsionada. Hay que recordar que este miércoles, por ejemplo, el secretario gremial Mario «Paco» Manrique aseguró que el secretario adjunto Andrés Rodríguez acordó con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para vender el histórico edificio de la calle Azopardo.
Casi en paralelo a la polémica desatada por esa denuncia -y luego de que en el acto por el Día del Trabajador hubiera ausencias de importantes dirigentes-, ayer también se expresaron de manera contundente, respecto a la interna de la central, Omar Plaini y Julio Piumato.
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El líder de los Canillitas no dudó en afirmar que la CGT ya no representa un «sector de poder, sino un factor de presión». Y advirtió que a la central obrera «no la tienen en cuenta» a la hora de sentarse para dar «las grandes discusiones».
Mientras que el titular de la Unión de Empleados Judiciales Nacionales (UEJN) afirmó que algunos dirigentes de la central «no trabajan por la unidad de los trabajadores».
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