Scioli, inesperado hombre clave para un Milei en busca de acuerdos con Brasil que aporten producción y empleo
Los números permiten entender por qué el presidente electo quiere que Scioli siga siendo embajador. Del «Lula corrupto comunista» al «bienvenido Lula».
Javier Milei se dedicó durante toda su campaña a dispararle dardos filosos a Lula da Silva, por diferencias ideológicas profundas. Pero eso no le impide ver números concretos del intercambio comercial con Brasil que representan producción y trabajo para la Argentina, por lo cual pretende mantener a Daniel Scioli como embajador.
Todas estas decisiones incluyen gestiones directas de Diana Mondino, la próxima canciller. Lo concreto es que por el momento Scioli no aceptó ninguna propuesta.
Los números de Scioli
Las cifras hablan por sí solas, gracias a la facilidad logística y los beneficios que otorga el Mercosur, que permite que Argentina exporte a Brasil productos industriales. Un ejemplo de esto es la industria automotriz. De hecho, el 59% de las exportaciones realizadas a este país en el primer semestre del 2023 corresponde a manufactura industrial (MOI), de los cuales el 67% es material de transporte terrestre.
En este período, Argentina le exportó a Brasil más de US$5.720 millones (Monto FOB). El 15,2% de este total refiere a manufactura agropecuaria (MOA), el 13,7% a productos primarios y el 11,7% a combustibles y energía.
Otro dato: Scioli, con el apoyo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), diseñó un programa de reducción de costos logísticos en el país vecino con el objetivo de apoyar a las empresas argentinas que buscan exportar a este país, a través de la rebaja de costos logísticos de exportación.
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Por eso, las exportaciones de origen argentino cuentan con tarifas reducidas en transporte internacional, despacho aduanero, certificados y otros trámites de importación y almacenamiento. Todos estos movimientos tienen su correlato en miles de fuentes de trabajo en el país, algo que el próximo jefe de Estado no puede desconocer si pretende encaminar las cuentas públicas.
Contactos libertarios con Brasil
Diana Mondino fue recibida por el canciller de Brasil, Mauro Vieira, en la sede de Itamaraty en Brasilia. La canciller designada por Javier Milei le llevó la invitación formal a Lula para la ceremonia de asunción del 10 de diciembre.
El encuentro ya había sido diagramado anteriormente con cautela y se trató de una jugada que inició con la participación crucial del embajador en Brasil, Daniel Scioli. Él fue el encargado inicial de gestionar la reunión.
La idea principal era la planificación de un viaje relámpago a Brasilia para comenzar las gestiones de distensión del vínculo entre el presidente electo, Javier Milei, y Lula da Silva, primer mandatario brasileño.
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Así, Mondino y Scioli se reunieron en el Palacio Itamaraty con el canciller brasileño Mauro Vieira, el Embajador de Brasil en nuestro país, Julio Glinternick Bitelli, y Celso Amorim, asesor especial para asuntos de relaciones internacionales de Lula. En ese contexto, Mondino le entregó en mano a Mauro Vieira la invitación para que Lula asista a la asunción de Milei.
De corrupto a bienvenido
Cabe recordar que durante la campaña electoral argentina, el ultraliberal había declarado que de alcanzar la presidencia no se reuniría con el líder izquierdista, a quien calificó de «corrupto» y «comunista».
Pero su posición fue cambiando a lo largo de su campaña. Y, con las responsabilidades de gobierno más cerca, Lula pasó a ser invitado personalmente por Mondino para la asunción del 10 de diciembre, algo que aún está en veremos pero que ahora depende del presidente de Brasil.
Durante su primer discurso como presidente electo, Milei -quien, más allá de las palabras, sin dudas entiende la importancia de las exportaciones para la Argentina- aseguró que mantendrá relaciones con todas las naciones del mundo que quieran comerciar con Argentina, y buscó transmitir tranquilidad respecto de lo que será su futura política exterior.
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