Vuelve a agrietarse la frágil unidad de la CGT tras la marcha y la causa judicial contra CFK

Más de 20 sindicatos barrionuevistas amenazan con alejarse de Azopardo. El respaldo a la vicepresidenta fue el último conflicto.

La unidad lograda el año pasado, se sabe, había sido forzada. Y ahora parece que está a punto de llegar a su fin. La interna en la CGT no para de subir su temperatura y todo indica que en breve podría producirse una ruptura, con la salida de unos 22 gremios que armarían otra central obrera.

Las razones son varias, y van desde ciertas actitudes que no cayeron bien de uno de sus secretarios generales, Pablo Moyano, llegando al documento de respaldo a Cristina Kirchner en la causa de vialidad. Al parecer ese fue, justamente, el último y desencadenante conflicto.

Respecto a los sindicatos que se alejarían de Azopardo, estarían los del grupo que responden al gastronómico Luis Barrionuevo, que conforman la Azul y Blanca y están representados por el miembro del triunvirato Carlos Acuña, junto con los ferroviarios de La Fraternidad y la Unión Tranviarios Automotor (UTA), dos organizaciones del transporte con alto «poder de fuego». Y lo mismo harían los municipales porteños de Amadeo Genta.

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Como fue señalado, todo terminó de tensarse con el documento por medio del cual la CGT hizo una encendida defensa de la vicepresidenta. «Esos comunicados deben estar firmados por los tres titulares y no por el Consejo Directivo», dijo una de las voces de peso de la central obrera.

Y expresó su molestia al afirmar que «toman decisiones sin consultar al conjunto de los integrantes, cuando ya se discutió que estos temas deben estar consensuados».

Más allá de este punto los ánimos de varios dirigentes ya estaban caldeados por lo ocurrido en la marcha del 17 de este mes.

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La idea para ese día era marchar desde el Obelisco, por la 9 de Julio, y hasta la avenida de Mayo, para luego terminar frente al Congreso leyendo un documento cuestionando a toda la clase política y al empresariado por la creciente inflación.

Pero desde la central obrera remarcaron que «nada de eso pasó», y le apuntaron a Pablo Moyano por hacer «su propio acto en la 9 de Julio». «Montó un palco e hizo su discurso cuando se había acordado que nadie iba a hablar», se quejaron algunos.

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De hecho, la columna del Sindicato de Camioneros apenas avanzó por avenida de Mayo, para luego retirarse. Otra clara muestra de que se cortó solo.

Además, el gastronómico Luis Barrionuevo y los gremios que lo acompañan (Maestranza, Carga y Descarga, Perfumistas y Guardavidas, entre otros) ya venían expresando su malestar por las posturas de Moyano, a quien acusan de «tener agenda propia».

Y ese grupo también le recriminó a otro de los cotitulares de la central, Héctor Daer, y a distintos referentes como Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (estatales de UPCN), el ser «funcionales» al camionero.

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En ese sentido fue que alguien de peso apuntó: «Se les advirtió que las cosas se estaban yendo de las manos, que no hay debate ni discusión. Se le pidió que se contengan las gestiones particulares, pero parece que cada uno juega su juego sin importar lo que está pasando con la CGT y con el país».

Por otra parte, también hay cierto malestar con la gestión de Sergio Massa al frente del ministerio de Economía. «La gran mayoría lo veía como un hombre cercano al sindicalismo, pero en lugar de venir a la CGT, en una señal a la clase trabajadora o hablar de empleo y producción, parece estar más preocupado por hacerse calmar las variables económicas», indicaron.

Y apuntaron: «Sabemos que Massa se reunió con miembros de la llamada mesa chica de CGT; es lo mismo que pasaba con Daer, que se cortaba solo y lo iba a ver a al Presidente».