26 de Abril
de 2024
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Resurgir en plena crisis: Papelera Ansabo se volvió cooperativa y produce insumos sanitarios

22. 08. 2020

Esta semana, el INAES inscribió en el registro de cooperativas a Papeleros Organizados y Solidarios (PORYSO), por lo cual los trabajadores podrán completar legalmente la recuperación de la tradicional empresa de la zona de Quilmes. Antes, en pandemia, comenzaron a producir alcohol en gel para barrios populares y entidades públicas. “Ahora, vamos por la expropiación”, remarcaron los flamantes cooperativistas.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

En julio del año pasado, luego de 60 años de actividad la tradicional Papelera Ansabo cerró repentinamente sus puertas. En el marco de la crisis industrial que se sufrió en el país durante la segunda mitad del mandato de Mauricio Macri, la firma dejó de trabajar, dejando más de 45 empleados en la calle. La quiebra de la empresa fue decretada por sus dueños, que enviaron los telegramas de despidos y rompieron todo contacto con los trabajadores, que desde un primer momento tomaron el lugar e iniciaron el proceso de recuperación, denunciando un “vaciamiento” en el cierre. A poco más de un año, los esfuerzos dieron sus frutos: esta semana la cooperativa formada logró su reconocimiento, que a partir de ahora comenzará a producir bajo la nueva modalidad. Los integrantes de la flamante cooperativa Papeleros Organizados y Solidarios (PORYSO) ya habían comenzado con la recuperación del lugar, ya que en pandemia comenzaron a producir insumos sanitarios, como alcohol en gel, para distribuir en instituciones públicas de la provincia de Buenos Aires. El paso dado fue festejado por los trabajadores, que remarcaron que ahora van por la expropiación final de la firma.

Gracias a un dictamen del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), la cooperativa de ex empleados de Ansabo lograron el reconocimiento legal, y a partir de ahora comenzarán a producir bajo esa modalidad. Además de ordenarlo ante la ley, la formalización de la entidad permite acceder a subsidios estatales que fomentan la actividad cooperativa. “Nos aprobaron la matrícula, ahora queda formalizada la gestión obrera de la cooperativa”, destacó Jonathan Bonomi, integrante de PORYSO.

En diálogo con Gestión Sindical, Bonomi contó que en estos momentos “somos 20 los trabajadores que estamos en actividad, produciendo algunos productos de papel, no de la manera que se hacía antes, pero mantenemos las máquinas trabajando”. La resolución del INAES se ordena inscribir a la entidad obrera en el Registro Nacional de Cooperativas, “otórguese la matrícula correspondiente y expídanse los respectivos testimonios”, que autoriza a la cooperativa de papeleros “a desenvolverse en cierta medida en el mundo productivo formal”.

Antes de este reconocimiento, la cooperativa se puso en funcionamiento, con un fin sanitario: en plena pandemia comenzaron a producir insumos sanitarios. Para eso, se firmó un acuerdo entre los trabajadores y varias instituciones de la zona, para que apoyen la producción de estos productos, como alcohol en gel, para luego proveerlos para prevenir el coronavirus. En ese sentido, la cooperativo tuvo aconvenios con la secretaría de Salud del gremio SUTEBA de Quilmes y la Secretaría de Deportes del centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).

Para esto, explicó Bonomi, docentes y técnicos químicos fueron asistentes en la producción, y los primeros lotes de producción fueron enviadas a familias de Villa Azul, donde hace unos meses hubo un importante brote de Covid-19 y el lugar –entre los distritos de Avellaneda y Quilmes –fueron aislados. “Ahora vamos por la expropiación”, remarcó Bonomi, respecto a los pasos a seguir. “Nos vamos poniendo objetivos, ahora vamos por ese paso, necesario para terminar la recuperación. La inscripción fue una reivindicación de la lucha, ahora queremos este otro paso”, agregó. Para esto, la legislatura de la provincia de Buenos Aires debe aprobar un proyecto para tal fin.

La papelera Ansabo de Quilmes cerró sus puertas en los primeros días de julio del 2019. Los 45 trabajadores que se quedaron sin empleo denunciaron en su momento que les adeudan el pago del último sueldo, el aguinaldo y la indemnización por el despido. Los dueños habían indicado ese mes que todo el personal se tomara vacaciones, ante la crisis que atravesaba la compañía por la caída de las ventas y la dificultad para conseguir materias primas. Pero el día en que debían reincorporarse, fueron citados parta informarles que la fábrica iba a cerrar. La planta está ubicada en la localidad de Villa la Florida, al sur del partido de Quilmes, y el personal llevaba 20 y hasta 30 años en el lugar.

En un principio, tuvieron serios problemas para sostener el proyecto de la cooperativa, y apuntaron a la complicidad del entonces intendente de Quilmes Martiniano Molina y la ex gobernadora María Eugenia Vidal. “Este es un gran triunfo que nos llena de alegría y fuerzas para seguir adelante con la exigencia de que la cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires trate de forma urgente la Ley de Expropiación que ya hemos presentado, porque las fábricas son de quienes las trabajan”, concluyeron los empleados de la flamante cooperativa mediante un comunicado.

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