No sólo neumáticos: también podrían faltar garrafas, que son usadas por 20 millones de personas

Por un conflicto gremial por salarios, la producción ya fue paralizada. Se dictó la conciliación obligatoria y mañana habrá una audiencia clave.

A la disputa gremial que mantiene paralizada la producción de neumáticos y de vehículos en las principales terminales, ahora se suma otro sector que en conflicto y que podría tener como consecuencia la falta de otro producto clave. Se trata, en este caso, de las empresas que fraccionan gas para el envase de garrafas que, por la falta de acuerdo paritario con el gremio Faspegybio, el lunes interrumpieron su producción.

Ante eso, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y fijó para este jueves una audiencia, que será clave, ya que de no haber no acuerdo volverían automáticamente a paralizarse las plantas y comenzarían a faltar garrafas, que en nuestro país son usadas nada menos que por 20 millones de personas.

Luego del «paro intempestivo» -tal como lo calificaron las compañías del sector- del lunes, y ante la intervención de la cartera laboral, hoy se retomó la producción y los empleados pudieron volver a sus puestos de trabajo. Pero todo está supeditado a lo que ocurra mañana.

Por ahora, en la industria se muestran preocupados y dudan que la audiencia llegue a buen puerto. Y temen que la presión del gremio desemboque en una nueva paralización de tareas.

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De hecho, la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (Cegla) advirtió sobre la posibilidad de que la producción se frene de nuevo, ante la amenaza de paro anunciada por la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles (Faspegybio) en el marco de las conversaciones que llevan a cabo desde hace dos semanas para la definición de futuros aumentos salariales.

«La situación es bastante inédita. Hace años que no había un paro de esta magnitud. Pedimos a la cartera que intervenga para que ambas partes se sienten a dialogar a los fines de evitar que los usuarios resulten afectados por un corte del suministro», dijo el presidente de Cegla, Pedro Cascales.

Y explicó que «nuestro rol energético es esencial, clave para las familias, la industria y las economías regionales. Además, genera ingresos de divisas porque se exporta a países limítrofes».

El sector está compuesto por 30 empresas fraccionadoras del gas licuado de petróleo y aproximadamente 1.000 firmas distribuidoras. Solo el primer segmento emplea, de forma directa e indirecta, a más de 9.000 personas y abastece a más de 20 millones de argentinos.

Al año, se fraccionan 70 millones de unidades, alrededor de 200.000 por día hábil de trabajo, lo que aproximadamente se calcula que se perdió con la jornada de este lunes de inactividad.

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Se trata de un recurso fundamental para muchas localidades, especialmente la región del noreste (NEA), para las provincias de Misiones, Formosa, Corrientes y Chaco, que se proveen exclusivamente de este combustible.

La puja con el gremio se da no solo en un escenario de conflictividad laboral, sino también en medio de dificultades para el rubro, como escasez de dólares y nula rentabilidad por el retraso de los precios de venta al consumidor.

Al respecto, Cascales aseguró que las empresas que integran la cámara están trabajando a pérdida: «No se llega a cubrir el punto de equilibrio. Los precios están fuertemente atrasados y los ingresos no alcanzan para cubrir los costos». Y graficó la situación: «Una garrafa que en agosto del año pasado se vendía con un precio de retraso de $170, hoy supera los $250».

Cuáles son los reclamos sindicales

Por ese motivo, la entidad mantuvo una reunión este martes con la Secretaría de Energía, donde no solo le expresó su preocupación por el conflicto gremial, sino que también le acercó un pedido de actualización de las tarifas, fijadas por este organismo.

A eso se le suma que el sector no percibió la Asistencia Económica Transitoria (AET). «El precio del gas butano que se usa para las garrafas está regulado por la Secretaría de Energía. Necesitamos que el valor de referencia se ajuste cada seis meses, como lo establece la ley 26.020», señaló el presidente de Cegla.

Asimismo remarcó que «además de la actualización de precios, el Estado nos adeuda este pago, clave para afrontar el pago de salarios. Antes, alcanzaba para pagar los sueldos. Hoy, no cubre ni la mitad de las remuneraciones».

Además, también está la cuestión paritaria de por medio. El acuerdo del sector arrancó el 1 de mayo pasado y finaliza el 30 de abril de 2023. Para el cumplimiento del primer tramo, se otorgó un 30% de incremento, más un bono de $25.000.

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«El gremio pidió dialogar sobre la actualización del salario antes de que inicie octubre. Nosotros accedimos, a pesar de que la paritaria nos permitía no hacerlo hasta más adelante. Pero no aceptaron la oferta y, sin aviso previo, realizaron un paro este lunes», contó Cascales.

El sindicato pidió un 50% adicional (es decir, en total un 80%), del cual un 30% se abone antes de fin de año y el 20% restante a comienzos de 2023. La parte empresaria, en tanto, ofreció un 40% (un 70% en total), con un 15% a abonar antes del término de 2022 y el resto a pagar en los primeros meses del año próximo.

El reclamo también incluye una suba de la categoría para todos los trabajadores, por lo cual el cambio en el escalafón implicaría, según Cegla, cambiar el convenio colectivo de trabajo vigente. Ese es otro punto que hace difícil el acuerdo.