Multitudinaria marcha de la CGT y movimientos sociales reclamó la Emergencia Social: «Se terminaron los tiempos»
Afirmaron que la unidad “es el sendero para la justicia social”. Le reclamaron al presidente Macri que no haya veto, porque será “darle otra vez la espalda a los trabajadores”. Crece el descontento y el año podría cerrar con el fin de la “convivencia pacífica” de gremio y gobierno. Hubo más de 200 mil trabajadores, según consignan los organizadores.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
A medida que se acercaba la hora de los discursos, la Plaza de los dos Congresos comenzaba a llenarse. En el palco, que luego de las 16 ocuparon dirigentes sindicales, sociales y otros organizadores, las figuras de Juan Domingo Perón y Eva Perón marcaban el pulso de la convocatoria. Más allá de las consignas, la CGT y los gremios desplegaron su habitual liturgia, en un día que por el clima podía definirse como un “día peronista”. Junto a ellos, los movimientos sociales, que pocas veces en los últimos años caminaron juntos. A simple vista, no hay mucha diferencia entre el obrero de la UOCRA y un integrante de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Se conocen, comparten preocupación, y desde ayer, estrategia “Somos todos trabajadores”, repitieron casi todos los dirigentes en sus discursos, algo que se ve en esta histórica movilización, que reclamó por la aprobación de la ley de emergencia social, que tiene media sanción en el Senado. El ruido de los bombos, las consignas, los reclamos, todo los unifica bajo el mismo paraguas. A la hora de los discursos, la dirigencia dejó en claro eso, y hubo hermandad ante la difícil situación. “La unidad es el sendero de la justicia social”, aseguró al cerrar el acto Juan Carlos Schmid. Luego de la demostración de fuerza, todas las miradas se centran en la estrategia del oficialismo, que trataría la ley recién el año que viene. “Si hay veto, la tensión va a ser grande”, advierten gremios y movimientos sociales.
El acto para apoyar la ley de emergencia social será tal vez la actividad en conjunto más importante que los sectores protagonizaron. Muchas veces separados en mirada y estrategia, esta vez la CGT coincidió con la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y otros sectores, y marcaron el descontento ante las políticas del gobierno de Mauricio Macri. Si bien en la organización se habló de 200 mil manifestantes, fuentes consultadas por Gestión Sindical afirman que hubo “algunos menos”, aunque no se precisó el número. Junto a los gremios estuvieron entidades empresarias del sector pyme, la Federación Agraria Argentina (FAA), Libres del Sur y el Frente Popular Darío Santillán, entre otros grupos, que le dieron calor a una convocatoria que a diferencia de la última organizada por las dos CTA no contó con algunos de los referentes del kichnerismo. Si se pudo ver al titular del PJ bonaerense Fernando Espinoza, que junto con la intendenta de La Matanza Verónica Magario dijeron presente en el lugar, pero no fueron invitados al palco.
“Este es el primer paso de un largo camino”, aseguró Schmid, encargado de hablar por el triunvirato cegetista y quien cerró el acto. El dirigente afirmó que “estamos ante un hecho trascendente, forjando una hermandad común entre la CGT y los movimientos sociales”. Schmid admitió que “durante mucho tiempo se criticó que la CGT sólo se ocupara de los trabajadores registrados, y algo de razón había. Lo que decimos que eran otros tiempos, donde el trabajo era la regla general, y el desempleo una excepción. Queremos volver a ese lugar”.
El dirigente portuario utilizó la vieja frase de Saúl Ubaldini para hablar de la marcha: “pan, paz y trabajo son consignas vigentes”. Además, le agregó “las que planeo sabiamente el papa Francisco: tierra, techo y trabajo”. “Queremos el blanqueo de la situación social, no el de los fondos fugados, porque los trabajadores no fugamos nada. Pero no queremos cualquier trabajo, queremos que sea digno”, remarcó Schmid. Además, le apuntó directo a los funcionarios y políticos, y les pidió “dejar de hablar de la herencia recibida, y trabajen por una nueva Argentina para todos”. “La CGT es un actor clave, queremos tener más protagonismo con los movimientos sociales, para que se multipliquen los talleres, las fábricas que le den el trabajo digno a todos”, agregó.
Presencia variada
Antes de Schmid, varios dirigentes dieron su mirada sobre la jornada, que quedó marcada por lo heterogéneo de los orígenes de cada espacio. Los gremios movilizaron con su habitual “verticalidad”, desde los obreros de la UOCRA y sus cascos amarillos hasta el reducido (por su habitual presencia) grupo de camioneros. Del lado de los movimientos sociales, ubicados a la izquierda del palco, se vio muchas familias, mujeres y niños, y se acomodaron con sus banderas cerca de la entrada al escenario central. No era una tradicional marcha, hasta algunos empresarios presentes se jactaban de venir “por primera vez” a un acto sindical, que tuvo presencias insólitas, como la intelectual Beatriz Sarlo, que estuvo un buen rato hablando con el dirigente del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro.
“Esta es la verdadera democracia, la que discutió en cada barrio, en cada fábrica esta actividad”, afirmó Esteban Castro, de la CTEP. Marcando su origen político, Castro recordó los 44 años de la vuelta de Perón al país, y afirmó que “al general lo trajimos de vuelta los trabajadores”. “Nosotros somos trabajadores, no queremos construir una nueva CGT queremos estar todos en una única central”, remarcó el dirigente, uno de los temas que más se habló en los encuentros previos entre las partes. “Queremos la registración, queremos blanquear a ese 40 por ciento de trabajadores precarios, pretendemos un salario complementario, por eso apoyamos la ley”, sostuvo Castro.
Por su parte, Daniel Menéndez de Barrios de Pie aclaró que “no estamos pidiendo planes sociales, no queremos más planes, reclamamos trabajo y un piso de dignidad para quienes peor la están pasando”. En tono de reclamo, el dirigente les pidió a los diputados que no dilaten el tratamiento de la ley, que podría pasar para el año que viene según las versiones (ver nota aparte). “Tienen una responsabilidad histórica”, dijo. Además, le habló al presidente Macri, a quien le recordó “las consecuencias de vetar la ley antidepidos”. “Si se veta le volverá a dar la espalda a los trabajadores y el pueblo”, disparó Menéndez, ante algunos silbidos y e insultos de los presentes.
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