Marcha universitaria: para el Gobierno el tema «está saldado» pero el presupuesto es un 71% menos que en 2023
Intentando deslegitimar la marcha universitaria, el Ejecutivo difundió con fuerza un aumento en los gastos de funcionamiento, un ítem que representa sólo el 7,9% del presupuesto total.
Como parte de su estrategia para deslegitimar y quitarle fuerza a la marcha universitaria, el Gobierno nacional anunció un aumento de los gastos de funcionamiento y dijo que el tema estaba “saldado”. Pero la realidad es que el presupuesto total es un 71% inferior al de 2023.
El primer dato que desnuda el fallido intento del Ejecutivo es que la Asistencia Financiera para el Funcionamiento Universitario representa sólo el 7,9% del presupuesto total. La desfinanciación a la que enfrenta la marcha universitaria sigue siendo extrema.
Por eso es menos que relativo el anuncio realizado anoche por la Subsecretaría de Políticas Universitarias respecto de que se realizó el depósito del “100% de los gastos de funcionamiento de las Universidades Nacionales, con el aumento del 70% de los gastos de funcionamiento por un total de $10.075 millones”.
Una realidad que avala la marcha universitaria
Con el último incremento para ese rubro otorgado por el Ministerio de Capital Humano, el presupuesto vigente total pasó a ser de $1.440.397 millones, apenas un 4,1% más que el de 2023, pero sin tomar en cuenta, claro, el contexto inflacionario.
El giro de esos fondos buscó contrarrestar el reclamo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) sobre el desfinanciamiento del sistema educativo superior público.
Con el mismo objetivo, desde la cartera que dirige Sandra Pettovello se informó que se giró “la totalidad de los gastos específicos para la función salud de las Universidades de Buenos Aires, Córdoba, Cuyo y La Rioja, además del refuerzo especial y extra para el Hospital de Clínicas, que implican casi $14.000 millones de pesos”.
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En ese punto ocurre algo similar: el programa de Asistencia Financiera a Hospitales Universitarios representa apenas el 1% del total asignado al Desarrollo de la Educación Superior, la principal partida que explica más del 90% del gasto total en el presupuesto.
El porcentaje restante lo componen el programa de las Becas PROGRESAR, el de Infraestructura Universitaria, y el de Evaluación y Acreditación Universitaria – CONEAU, que tiene por objeto la evaluación de las instituciones universitarias y la acreditación de carreras de grado y posgrado.
Un escaso aumento destruído por la inflación
Según el presupuesto inicial, las 65 universidades nacionales y sus instituciones de salud tenían para este año asignados $1.385.290 millones (1,3 billones), el mismo monto que en 2023, pese a la inflación.
El 26 de marzo hubo una ampliación presupuestaria de $30.629 millones, apenas el 2,21%. Con el aumento concretado ayer del 70% pero sólo para gastos de funcionamiento, el presupuesto vigente pasó a $1.440.397 millones (1,4 billones), o sea, apenas un 4,1% más.
De acuerdo al análisis realizado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), considerando la expectativa de inflación para 2024, esta última ampliación implica que el presupuesto asignado al Programa Desarrollo de la Educación Superior equivale a un 71% menos que en 2023.
El cálculo de ACIJ surge de considerar una inflación proyectada por el REM para 2024 de 189%, usando una inflación promedio interanual, lo que arroja un índice de 265%.
Desde la UBA desmintieron a Adorni
Esta mañana, en la previa a la marcha universitaria que comenzará a las 15.30, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que la discusión presupuestaria “está saldada”. Y agregó que el financiamiento de las universidades y los hospitales “no sólo está resuelto, sino que además está transferido”.
Antes de las palabras de Adorni, el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ricardo Gelpi, ya había sido muy claro al afirmar que “han dicho que hubo acuerdo, pero no es cierto. Si hubiera habido acuerdo, no estarían los docentes y no docentes perdiendo contra la inflación”.
Y destacó que “estamos buscando un acuerdo, tenemos ganas de ir al diálogo. Si todo el tiempo que el gobierno dedica a pelearnos lo dedicara a negociar, ya tendríamos un acuerdo”.
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