Malestar de Palazzo porque no se convocó a un paro y crecen los rumores de que volvería a dejar la CGT
El líder de La Bancaria, uno de los sindicalistas más cercanos a Cristina Kirchner, expresó su disgusto tras insistir para que se tomara la medida de fuerza.
La no convocatoria al paro por parte de la CGT generó un fuerte malestar en el sector kirchnerista del Consejo Directivo, que presionaba por una medida de fuerza con movilización a la Corte Suprema de Justicia. Y uno de los más enojados fue Sergio Palazzo, quien hizo notar su disgusto y hasta podría dejar la central obrera.
La idea de realizar una huelga en repudio al atentado a Cristina Kirchner surgió desde el moyanismo y la Corriente Federal de Palazzo, que tienen minoría de votos en la central. Pero luego de expresar la moción, finalmente la reunión de ayer por la tarde para tratar el tema fue suspendida.
Más allá de que ayer la CGT difundió un comunicado para ratificar el «estado de alerta», eso claramente no fue suficiente para el líder de La Bancaria, quien es uno de los dirigentes gremiales más cercanos a la vicepresidenta.
Palazzo insistió hasta último momento, sin resultado favorable, para que desde la calle Azopardo se dictara un paro. Y cuando se terminó de caer la posibilidad su reacción fue contundente.
Palazzo y su salida del grupo de Whatsapp
Según trascendió, el también diputado nacional envió un mensaje al grupo de Whatsapp interno de la CGT, que habría sido en un tono muy elevado. Y luego de eso abandonó el grupo.
Más allá de su capital político, Palazzo no tiene el peso para movilizar a todo el movimiento obrero y convocar al resto de los sectores a una medida de esta envergadura. Por eso todo quedó en stand by y en manos de la CGT.
De esta manera el poder del bancario quedó reducido y, además, los cruces con sus colegas siguen en aumento, si se toman en cuenta los recientes sucesos que marcaron diferencias con otros referentes de la Corriente Federal del Trabajo, el armado sindical cercano al kirchnerismo que recientemente se sumó a la CGT.
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A este conflicto desatado ayer hay que sumarle lo que sucedió durante la movilización del 17 de agosto, cuando Palazzo -el máximo referente del espacio- decidió movilizar en soledad junto a una columna modesta de La Bancaria.
Ahora habrá que aguardar los próximos días para ver las consecuencias finales de lo sucedido ayer. Si finalmente Palazzo pega el portazo sería un golpe más a una unidad de la CGT que cada día es más frágil.
Una CGT con una interna al rojo vivo
Como contara Gestión Sindical, la interna no para de subir su temperatura y hay varios indicios que indican que en breve podría producirse una ruptura, con la salida de unos 22 gremios que armarían otra central obrera.
Las razones son varias, y van desde ciertas actitudes que no cayeron bien de uno de sus secretarios generales, Pablo Moyano, llegando al documento de respaldo a Cristina Kirchner en la causa de vialidad. Al parecer ese fue, justamente, el último y desencadenante conflicto.
«Esos comunicados deben estar firmados por los tres titulares y no por el Consejo Directivo», dijo una de las voces de peso de la central obrera.
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Y expresó su molestia al afirmar que «toman decisiones sin consultar al conjunto de los integrantes, cuando ya se discutió que estos temas deben estar consensuados».
En cuanto a los sindicatos que se alejarían de la CGT, estarían los del grupo que responden al gastronómico Luis Barrionuevo, que conforman la Azul y Blanca y están representados por el miembro del triunvirato Carlos Acuña, junto con los ferroviarios de La Fraternidad y la Unión Tranviarios Automotor (UTA), dos organizaciones del transporte con alto «poder de fuego». Y lo mismo harían los municipales porteños de Amadeo Genta.
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