Laboratorio multinacional deja de operar en el país y hay alarma en el gremio de visitadores médicos
La firma Eli Lilly anunció que dejará sus operaciones en el país, y transferirá su línea de medicamentos a una empresa nacional. No se aclaró que sucederá con los más de 100 empleados.
El viernes pasado, luego de una reunión de gerentes, la filial argentina del laboratorio norteamericano Eli Lilly confirmó que dejará de operar en el país. Luego de varios días de versiones extraoficiales, representantes de la conducción de la farmacéutica anunciaron que dejarán su unidad de negocios en territorio nacional, una decisión que afirman están vinculada en la situación económica general y la del mercado de medicamentos en particular.
La noticia generó alarma y preocupación entre los gremios del sector, que aseguran que hay un centenar de puestos de trabajo en peligro, por lo cual comenzaron una serie de consultas para preservar esos puestos laborales. La medida llegó a los pocos días que la firma anunciara que dejaba de entregar insulinas para afiliados del PAMI, mediante una carta donde se refirió con dureza a la situación que se vive en el país respecto de la devaluación, que impacta fuerte en la seguridad social.
«Esperemos que el Ministerio de Trabajo actúe para preservar las fuentes laborales», afirmaron desde la Asociación Agentes de Propaganda Médica de la República Argentina (AAPM), que representa a los visitadores médicos, y que fue el primero en pedir que la intervención del estado evite que se pierdan puestos de trabajo.
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La decisión se da en un contexto donde los tratamientos farmacológicos en el país tuvieron un año de aumento de precios por encima de la inflación promedio, incluso en el primer semestre de este año.
La decisión de Eli Lilly de dejar de operar en el país fue confirmada por primera vez en la reunión del viernes pasado, donde los gerentes de la firma les dijeron a representantes de los gremios que la decisión “está tomada”. Por eso, traspasarán su unidad de negocios en materia de medicamentos al laboratorio de bandera nacional Raffo, que se hará cargo de su línea de tratamientos, incluyendo la insulina, insumo esencial para personas con diabetes, donde Lilly referencia internacional.
Desde el anuncio, luego de días de versiones, hasta ahora, no hay mayores novedades de cómo seguirá el conflicto. En total, son cerca de 150 los empleados de la filial argentina de la farmacéutica, que por el momento no tienen la continuidad laboral confirmada.
«Esto viene para largo, el Ministerio de Trabajo no se involucró todavía, debe convocar a la empresa y comenzar con un proceso que será lento. En principio Lilly se lava las manos», le dijo a Gestión Sindical una fuente de la AAPM, gremio que representa unos 35 visitadores médicos de la firma.
Ante esta situación, la AAPMRA, que lidera el titular de la CTA Autónoma Ricardo Peidro, emitió un documento donde exigió «el sostenimiento del 100 por ciento de las fuentes de trabajo, más aún teniendo en cuenta el crítico marco que estamos atravesando por causa de la pandemia».
El sindicato de visitadores médicos afirmó que «lejos de responder a una situación económica adversa para el laboratorio, su salida del país se basa en la decisión de su casa matriz de reenfocar su producción retirando sus filiales de varios puntos del planeta».
Por eso, insistió la entidad, el reclamo es que «ningún acuerdo comercial puede hacerse desentendiéndose de la situación de la gente. Le pedimos responsabilidad tanto a Lilly como a Raffo». Para esto, se enviaron reclamos formales a ambas empresas, donde se pide a los laboratorios «para que clarifiquen el alcance del acuerdo comercial».
Mercado convulsionado
Con un negocio anual de cerca de 25 millones de dólares anuales, Lilly anunció el pase de su línea de medicamentos al laboratorio argentino Raffo, que se quedará como «presentante local» de la empresa norteamericana. Según las versiones recolectadas en los últimos días, hubo discusiones con tres empresas nacionales para hacerse cargo de la filial, y terminó cerrando con Raffo, uno de los grandes jugadores del mercado.
En este sentido, las negociaciones se mantuvieron en secreto, pero comenzaron a salir a la luz luego que Lilly adelantara al PAMI que ya no sería parte de su convenio de suministro de insulinas. El insumo, fundamental para controlar la diabetes, tiene uno de los contratos más importantes de la obra social nacional. Hace unos días, la filial nacional del laboratorio envió una carta a las farmacias argentinas confirmaron que dejará de atender a la entidad de jubilados y pensionados.
El documento, que lleva la firma del manager de la filial del laboratorio en la Argentina Fernando Miranda, Lilly confirmó «la difícil decisión de retirar su participación del Convenio PAMI», recordando que la firma «hace muchos años viene realizando un gran esfuerzo para tornas sus medicamentos accesibles, con base en el valor brindado y su sustentabilidad».
«El aumento progresivo de los costos de importación y comercialización generados por la inflación y la devaluación, no permiten mantener las condiciones actuales para que nuestros productos permanezcan en el convenio», agregó la misiva. Lilly, según el texto, al que tuvo acceso Gestión Sindical.
A partir de esto se comenzó a especular con el futuro del laboratorio, que ya se había ido del país en los 70, y cuya vuelta en los 90 estuvo cargada de dificultades, ya que el mercado de insulinas quedó copado por dos grandes firmas internacionales, como Novo Nordisk.
Pese a esto, logró una fuerte presencia en distintas áreas, además del tratamiento de la diabetes, como oncología, urología, inmunología, osteoporosis y sistema nervioso central, donde tienen marcas líderes en el mercado, pero la idea de «cambiar su modelo de negocio en el país» generó la salida.
La salida de Argentina no es un hecho aislado, ya que también aplicará la misma receta en Chile, Perú y algunos países de América Central, en lo cuales se hará cargo de la operación regional el grupo Tecnofarma, que también integra Raffo. Este cambio de estrategia fue anticipado en la carta a las farmacias por la salida del convenio con PAMI, donde se dijo que «teniendo en cuenta del impacto de esta decisión tiene sobre su farmacia, hemos decidido abrir una ventana de tiempo entre el 6 y el 23 de julio inclusive para que, en caso de ser necesario, se pueda realizar el proceso de devolución de las unidades excedentes a través de la droguería donde se haya comprado para obtener una Nota de Crédito».
Medicamentos en la mira
Los argumentos de Lilly para dejar primero el contrato con la obra social nacional y luego las operaciones en el país apunta a la situación de la economía argentina, además de este «cambio de negocios». En ese sentido, el valor del dólar y otras cuestiones terminaron de hacer imposible la continuidad de las operaciones.
Sin embargo, el mercado de medicamentos nacional tiene números más que importantes, en un contexto de pandemia donde siempre se mantuvieron activos, tanto los productores de los fármacos como las farmacias que los dispensan. Incluso, según un reciente informe, en el primer semestre del año los precios de los tratamientos subieron varios puntos por encima de la inflación.
«La canasta de medicamentos más vendidos en el país creció un 31 por ciento durante el primer semestre del año, por encima al 25,3 por ciento medido por el INDEC para ese mismo período. Representa un plus de 5,7 puntos», destacó un reporte del Centro de Profesionales Farmacéuticos (CEPROFAR), al que tuvo acceso Gestión Sindical.
A lo largo de 2020, se agregó, la misma canasta de remedios más vendidos «se habían encarecido 46 por ciento, prácticamente diez puntos más que la inflación del año pasado». Según el trabajo, los medicamentos que más aumentaron en la primera parte del año fueron los «pediátricos», con un 33,3 por ciento para el primer semestre del año. Siguió la canasta de remedios de «venta libre», con un 30,6 por ciento. Luego siguieron los «recetados», con una suba promedio del 29,7 por ciento.
Este escenario parece desmentir los argumentos de la supuesta crisis del sector. Desde AAPM recordaron que el cierre de varias oficinas en la región marca que se trata de una «estrategia comercial» más que de una situación que tenga que ver con el país. «Indigna que se haga un acuerdo comercial entre dos empresas, solo pensando en las ganancias extraordinarias, y que no haya un análisis del impacto que tiene en los trabajadores, que pusieron su esfuerzo en pandemia para sostener la actividad», dijo en declaraciones radiales Peidro.
En este sentido, el dirigente recalcó que el sector recalcó que los trabajadores «son esenciales en su trabajo, pero no en sus derechos». Ante esto, Peidro insistió con la necesidad de que el Estado intervenga, no sólo a través de la cartera laboral, sino también con el Ministerio de Salud, para que ningún paciente se quede sin medicamentos por este acuerdo comercial.
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