La iniciativa se maneja pese al rechazo de los gremios nacionales docentes, que temen perder poder. Así, primero se cerrarían los acuerdos en cada provincia.
Gremios nacionales recibieron la anticipación de la decisión del Ministerio de Educación de priorizar los acuerdos provinciales antes que los nacionales. Al menos es la lectura de los dirigentes de los sindicatos con representación nacional.
Primero será la resolución en cada provincia y luego el cierre de la federal, cuya gravitación quedaría resumida a un simple formulismo. Así lo lamentan dirigentes sindicales de los gremios que nuclean a maestros y profesores.
No le restó optimismo al ministro Esteban Bullrich el incumplimiento para la reapertura de las negociaciones 2016, que firmó con los sindicatos en el verano pasado.
Aquella cláusula gatillo “salvó” el acuerdo de este año y un inicio de clases normal. Por estas horas donde las urgencias legislativas que tiene el Ejecutivo ponen “de moda” la gravitación del peso de los gobernadores en la arquitectura del poder, los mandatarios provinciales -a criterio de Cambiemos- “aplaudirán” por no tener la presión del porcentaje que conlleva la negociación nacional, sobre sus acuerdos con los maestros.
Más allá de que la paritaria federal no sólo es una discusión monetaria, sino incluye temas laborales, educativos de planificación y sociales, su guarismo condiciona a las provincias. Bullrich no ocultó ante sus confiables que los gobernadores lo han llamado este año para quejarse del aumento acordado con los trabajadores.
Llamaron a su celular, como también lo hicieron a la Casa Rosada, queda claro. En las últimas reuniones que mantuvo con UDA, Ctera, Sadop, CEA y AMET, el titular del Palacio Pizzurno trató de evitar las charlas conjuntas, pero en cada encuentro abrió el juego de lo que, a su criterio, será una “negociación más ágil”.
La variante para realizar un enroque paritario federal, esperando la resolución en cada provincia, confirmó temores de los sindicatos que, diferencias expuestas, pero unidos ante la adversidad, consideran que la cuestión paritaria no será el único problema.
Y razones no les faltan: el proyecto de Ley de Financiamiento Docente que desvela al ministro traza un tema ácido para los maestros, “inclusión de la jornada completa”, comprendida en la Ley de Educación Nacional vale aclarar. Fuentes sindicales le expresaron a “Crónica” que para “financiar” este cambio no hay secretos, tampoco “incremento de puestos de trabajo”.
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