Crece la interna en la CGT con los que no quieren más diálogo con el Gobierno

La presencia de Gerardo Martínez en el Consejo de Mayo alimentó la interna en la CGT.
Septiembre es mes de elecciones en la CGT y no se descarta que, por primera vez en muchos años, haya una lista opositora impulsada por el sindicalismo más combativo.
El panorama de la CGT es complejo. A cinco meses de las elecciones que definirán su próxima conducción, hay dudas sobre la conformación de una lista de unidad y aparecen frentes externos y que tienen que ver con los modos de relacionarse con un gobierno que está comprometido con la idea de consagrar una reforma laboral flexibililzadora.
Hace escasos días, mientras se discutía internamente cómo respaldar a Cristina Kirchner tras la ratificación de su condena y proscripción política, Abel Furlán, secretario de Interior de la CGT y principal figura de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), planteó directamente que la mesa chica de la central obrera, incluyendo su conducción, debía pasar a la historia.
En otros términos, Furlán dijo que las decisiones de un grupo de dirigentes, entre los que figuran el secretario general Héctor Daer, Gerardo Martínez de la UOCRA -el principal nexo de la CGT con el Ejecutivo nacional- y Hugo Moyano de Camioneros -representado por Octavio Argüello en el triunvirato de conducción-, no tienen en consideración a una buena parte de la fracción sindical de la que la UOM forma parte, que es el gremialismo ligado al kirchnerismo y que plantea un combate pleno y duro frente al Gobierno.
Esto alimentó versiones de que Furlán, Sergio Palazzo -secretario general de la Asociación Bancaria y diputado nacional por el peronismo- y otros dirigentes en la misma línea podrían armar una lista para disputar la conducción de la central que hoy los denominados “gordos”, “independientes” y el moyanismo.
«No se rompió nada»
Los comicios están pautados para noviembre y que se lleven a cabo sería una novedad ya que en las ocasiones anteriores siempre hubo consensos y lista de unidad.
Del lado de Daer confían en que la espuma no desbordará y finalmente habrá unidad en la CGT como siempre. De hecho, mencionan que el portazo de Pablo Moyano, el principal referente de la facción K que renunció a su lugar como secretario general, no alteró el consejo directivo y el equilibrio quedó intacto.
“Todos tienen voz y siguen en Azopardo, nadie se fue, ni los dialoguistas ni los combativos”, grafican.
La relación de la CGT con el Gobierno
En la CGT separan los tantos ante los cuestionamientos internos y externos que aparecen cada vez que se deben sentar con representantes del gobierno libertario.
Lo hacen con un argumento que puede admitir múltiples lecturas: una cosa, señalan en Azopardo, es la relación institucional y por otro carril corren los acuerdos que se puedan plasmar.
Las críticas a la conducción arreciaron esta semana después de que la CGT decidió participar en el Consejo de Mayo -la «mesa de diálogo» en la que el Gobierno busca imponer sus proyectos de reforma laboral y jubilatoria, entre otros puntos- enviando a Martínez como representante a un cónclave que tiene a Federico Sturzenegger como principal figura.
En el Ejecutivo insisten con que es difícil que el desempleo baje -de hecho, viene subiendo- si no se motorizan los artículos originales de la Ley Bases dedicados al mundo laboral, que quedaron afuera y que, fundamentalmente, eliminan derechos de los trabajadores que, según Sturzenegger, frenan la creación de empleo.
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Martínez aseguró que, más allá de la presencia de la CGT en el diálogo, no hay espacio para avanzar en una reforma laboral más dura que la que el Gobierno ya está implementando. Y justificó su presencia en el el Consejo de Mayo planteando la idea de llevar reclamos y no simplemente escuchar y asentir a las ideas del Gobierno.
«Al constituirse este ámbito dentro del Consejo de Mayo se habilita este espacio, que es un órgano consultivo y la idea es, a través del diálogo, resolver los problemas y encontrar las soluciones en base al interés que tenemos en nombre de los trabajadores», expresó largamente.
«El Gobierno tiene que tener claro el programa que tiene, y eso se tiene que canalizar en una escucha de sectores que se ven perjudicados en ese proceso», agregó.
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