Milei dice que los salarios suben pero en lo que va del año cada trabajador perdió ya $300.000

Los números del mercado laboral contrastan con los supuestos éxitos que celebra Javier Milei. El empleo formal, totalmente golpeado.

El presidente de la nación, Javier Milei, anunció a fines de abril por cadena nacional el “superávit financiero” del primer trimestre del año y aseguró que el país se encamina a un crecimiento económico de la mano con la corrección de precios relativos favorable a «minería, petróleo, gas y campo», que redunda en una supesta mejora del empleo y los salarios.

Sin embargo, los números que exhibe el mercado laboral, específicamente el empleo formal, están lejos de cualquier pronóstico optimista.

Muy por el contrario, estudios públicos y privados advierten que no solo hubo una notoria caída en el nivel de empleo ya en enero -que no se recuperó en los meses siguientes- sino que, además, el derrumbe del salario hizo que los trabajadores ganen hoy un 20% menos que cuando asumió Javier Milei.

Dicho de otro modo: lo que antes ganaban en cuatro días de trabajo, ahora lo ganan en cinco. O, en números: los trabajadores registrados perdieron entre diciembre y marzo el equivalente a $300.000 de sus sueldos.

El derrumbe, desde el primer día de Milei

Las cifras del mercado laboral, tanto del sector público como del privado, expresan fuertes caídas que representan las cifras más bajas de la última década.

En ese sentido, el mayor impacto lo sufren los empleados públicos, con una caída de puestos que representa el 1% en enero, lo que no se veía desde 2014, seguido por el de los privados, con un 0,5% menor en el primer mes del año. Esto se resume en una pérdida de 66 mil puestos de trabajo.

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Según un informe privado se pudo saber que estos números son de peores en casi 10 años, ya que, en otros episodios de contracción del empleo privado, el sector público permanecía estable, descontando los datos de pandemia. Aún falta conocer el panorama del primer trimestre, con fuertes caídas en el nivel de actividad.

Algunos especialistas sostienen que si bien hay una posibilidad de que la inflación descienda lo hará de la mano del desempleo y la crisis productiva. Incluso, algunas estimaciones sostienen que la desocupación puede llegar a duplicar los valores de 2023, aproximándose al 12%.

Esto estará acompañado del cuentapropismo, contrataciones informales, y la necesidad de contar con varios empleos para llegar a un salario digno.

Según distintas evaluaciones, el empleo privado finalizará el año con una caída aproximada del 1%, que afectará a la producción de bienes para el mercado interno. A esto se le sumarán los servicios transables que se vieron afectados por la pérdida del poder adquisitivo de los hogares.

Si finalmente los pronósticos son ciertos, este año sería peor que en 2016, el primer año de la gestión de Mauricio Macri como presidente, que también fue marcado por la caída del consumo y recesión.

Salarios hundidos

En una economía que no muestra al momento señales de pronta recuperación, las expectativas de las empresas respecto de la contratación de personal para los próximos tres meses mostraron en febrero una caída del 0,2%, lo que significó el primer valor negativo desde febrero de 2021, según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora históricamente el Ministerio -y ahora, la Secretaría- de Trabajo.

Es decir que “se interrumpe así el ciclo de expectativas netas positivas que venía extendiéndose desde la salida de la pandemia”, según detallaron.

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Hay que tener en cuenta también la situación salarial, que contradice aún más fuertemente los dichos de Milei, quien afirmó que los sueldos le están ganando a la inflación. Por el contrario, desde diciembre de 2023 los trabajadores registrados perdieron $300.000 mensuales de sueldo, según datos publicados del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate).

La consultora económica rosarina alertó que “la pérdida del 20% del poder adquisitivo del salario, resultado de estos tres meses del gobierno de Milei, implica que de 5 días de la semana que trabajamos, uno lo hacemos gratis”, en un contexto donde “el promedio salarial cayó por debajo de la línea de pobreza”.