La Rioja, entre una cuasimoneda y las protestas de los empleados públicos: los números para entender el problema

La cuasimoneda que emitirá el gobernador de La Rioja es fuertemente cuestionada por asociaciones sindicales. Los números para entender el problema y la disputa con Milei.

La Rioja, la provincia que gestiona Ricardo Quintela, sigue cruzada entre la emisión de una cuasimoneda para solventar pagos de salarios, y protestas de empleados públicos que se oponen a cobrar de ese modo y para oponerse, apuntan a continuar con las marchas.

A cargo de las manifestaciones se encuentra la Organización Sindical de Trabajadores de la Educación Autoconvocados y de los Autoconvocados de Salud, que siguen expresando muy activamente su rechazo al Bono Cancelación de Deuda (Bocade) impulsado por el oficialismo riojano. De hecho, ya instalaron una carpa en las inmediaciones de la casa de gobierno.

Para la agrupación, no hay vueltas: hablan de que la cuasimoneda de Quintela va a “profundizar la precarización de los salarios docentes, afectando aún más el bolsillo de los trabajadores”.

Cuasimoneda y coparticipación

La génesis del conflicto apareció con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, que tiene como uno de sus pilares de gobierno el retiro de todas las influencias del Estado en pos de alentar el crecimiento de la actividad privada.

Con un DNU y una ley ómnibus en tratamiento en el Congreso, el Presidente aspira a cumplir con sus metas, que por supuesto incluyen que cada gobernador afrontes sus gastos sin ayuda del Estado Nacional.

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Ante ese escenario, simentado además por la caída del peso debido a la devaluación de diciembre y la disparada inflacionaria actual, Quintela avanzó con una polémica medida: emitirá una cuasimoneda provincial para afrontar parte de la masa salarial pública.

El proyecto fue aprobado el miércoles de la semana pasada por la Legislatura local, ideado para suplir una deuda de más de 10.000 millones de pesos que tiene la Nación con la provincia por fondos coparticipables.

“Cuando se terminó el balotaje, Massa iba cubriendo parte de esos fondos y se dejó de pagar una parte de octubre, noviembre y diciembre. Eso hace un monto aproximado de 9.300 millones de pesos. Y se le tiene que agregar la cuota de enero, otros 3.700 millones de pesos. La Rioja no puede prescindir de esa plata porque es parte de la coparticipación, de los recursos que son de las provincias”, explicó Quintela durante una entrevista con Radio 10.

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El gobernador agregó además que la llamada cuasimoneda “es un bono de cancelación de deuda” y la utilizará para el pago de parte de los salarios públicos, incluido un bono de entre 50 mil y 80 mil pesos para los empleados públicos de la provincia que hace pocos días anunció el propio Quintela.

La Rioja, en las antípodas de Milei

La Rioja tiene una gran cantidad de empresas públicas (una pesadilla para Javier Milei) que actúan en prácticamente todos los ámbitos de la economía y, además, experimentó un fuerte crecimiento del empleo estatal.

Según un informe reciente, es la segunda provincia del país con mayor cantidad de trabajadores públicos que privados, solo detrás de Formosa. Para ser exactos, en La Rioja funcionan 38 empresas estatales, de las cuales 17 son de servicios y 21 de elaboración de productos.

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Unos 3.000 empleados trabajan en esas compañías públicas, conformando una presencia estatal en casi todos los sectores de la economía, tanto productiva como de servicios.

Es así que La Rioja y Formosa han sido la punta de lanza del crecimiento del trabajo estatal que experimentó el país desde 2011.

Un informe de la Fundación Mediterránea revela que el empleo público provincial y municipal creció un 35% entre 2011 y 2022, mientras que a nivel nacional lo hizo un 28%.

El mayor incremento se dió en Misiones (69%), Chubut y La Rioja (45%) y San Luis (42%), mientras que en Córdoba, La Pampa y Tucumán cayó drásticamente.

Quintela lleva adelante una fuerte pelea política con el Gobierno y su arma es poner en marcha mecanismos financieros como la cuasimoneda de La Rioja, que le permitan afrontar las obligaciones salariales de su provincia. Pero en ese camino le surge un rival adicional: sus empleados estatales.