Se pone picante: el «cepo salarial» a los bancarios abre una inesperada interna en el Gobierno y desata nuevo paro
El gremio anunció una ola de paros para diciembre, luego de que las cámaras y Ministerio de Trabajo sepultaran una suba de casi el 25%. En su lugar le ofrecieron un bono y un adelanto del 4%. Melconián, en la mira.
La paritaria bancaria desató un conflicto inesperado.
Por un lado, amenaza con desembocar en un fin de año sin cajeros a raíz de los paros que anunció el gremio liderado por Sergio Palazzo en rechazo al «cepo salarial» del Gobierno.
Por otro, dejó al descubierto una nueva interna en torno a las paritarias del 2017, que tiene como protagonistas al titular del Banco Nación, Carlos Melconián, y al ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
La puja salió a la luz el miércoles en la reunión en el Ministerio de Trabajo que encabezaron las tres cámaras de la actividad y el sindicato La Bancaria.
Allí las entidades rechazaron el propio preacuerdo firmado semanas atrás por los bancos de capital nacional (Adeba) y los públicos y privados (Abappra) con aval de la cartera laboral, que incluía un bono de fin de año y un adelanto de casi el 25% para el 2017.
En su lugar, ofrecieron un bono y un adelanto del 4%. La propuesta la dio a conocer en un comunicado el área de Triaca y, por otra parte, la banca extranjera (ABA).
De ese modo, los banqueros terminaron de sepultar el entendimiento previo que, hasta ahora, solo era rechazado por las entidades de capital foráneo, y reforzaron la postura del Ejecutivo de no reabrir las paritarias de este año y moderar las expectativas salariales del próximo.
De inmediato, Palazzo volvió a acusar a ABA de «presionar» al Gobierno y anunció un combo explosivo para diciembre:
– Paro de 24 horas el jueves
– Otro de 48 horas entre las fiestas
– Pedido del 42% para todo el año que viene.
Por estas horas, en cambio, las miradas en el sector privado y en el Ejecutivo se posaron sobre Melconian.
Con el fin de garantizar la paz social, el hombre del «ala dura» del equipo económico -afirman- se apresuró a cerrar un preacuerdo con Palazzo, que incluía:
– Dos bonos (uno a partir de $8.000 en diciembre y otro de tipo compensatorio desde $7.000 en enero)
– Un incremento del 4% desde enero
– Un anticipo de $2.000 en el primer trimestre, al que se suma un 10% de las remuneraciones promedio.
Así, aunque el convenio del 23 de noviembre lleva las firmas del titular de Adeba, Daniel Llambías, y la de los letrados de Abappra, junto con el sello la actual subsecretaria de relaciones laborales de Trabajo y sobreviviente a la gestión de Carlos Tomada, Silvia Squire, puertas adentro los hombres de la city señalan al presidente del Nación como el autor intelectual del arreglo que, en la práctica, reabría la paritaria (con el bono compensatorio de enero) y fijaba un piso de hasta el 25% para 2017.
«El desastre lo hizo el Banco Nación, las cámaras no estaban de acuerdo», explicó una fuente del sector financiero cercana a las negociaciones, que prefirió no ser mencionado.
«Lo arregló Melconián con Palazzo pero después se dio cuenta que el piso que se firmó para el primer trimestre es del 25% y que fusila la estrategia paritaria del Gobierno para el 2017», completó.
Apreciado en el sector financiero, el funcionario se convirtió en el virtual director de Adeba desde que en abril el Nación -junto con el Provincia y el Ciudad- ingresó a la cámara privada, y en mayo pasó a ser el titular de Abappra.
La simbiosis entre el Estado y las entidades financieras despertó preocupación en La Bancaria por el temor a un giro «privatizador» en la banca pública.
Para limar asperezas, Melconian se acercó a Palazzo en julio, cuando lo invitó a su casa para reconciliarlo con el ministro de Energía, Juan José Araguren, luego de que el sindicalista lo insultara por el tarifazo del gas. Finalmente, el mes pasado, cerraron juntos el acuerdo salarial.
El problema es que la jugada terminó por estallar en las oficinas de Triaca, cuya cartera tuvo que salir a rechazar cualquier intento de «reapertura de paritarias».
«Triaca ahora no sabe de qué disfrazarse, le llegó todo cocinado», aseguraron desde un banco privado.
El giro se hizo evidente la semana pasada cuando el Ministerio de Trabajo suspendió «por motivos de agenda» la reunión programada en la que La Bancaria y ABA tenían previsto cerrar el acuerdo concertado con el resto de la actividad.
Enfurecido, Palazzo realizó una asamblea con cese de tareas el lunes y el martes pasado en las últimas tres horas de atención. Y el miércoles redoblóla apuesta.
«La Bancaria no tolerará presiones de Trabajo, de la ABA ni de nadie. Los acuerdos firmados deben respetarse. Esta es una actitud patronal inescrupulosa e irresponsable. Habrá una gran movilización de los bancarios en todo el país. El gremio responsabiliza por la situación a la cámara», advirtió el sindicalista en conferencia de prensa.
El endurecimiento de las autoridades coincide con la estrategia de contención que se dio el Ejecutivo en octubre pasado en la Mesa del Diálogo.
Ahí se consintió el acuerdo entre la CGT y los empresarios de las principales cámaras privadas del país, nucleadas en el G6, para discutir un bono a partir de los $2.000 en el sector privado. Esa fue la salida para evadir la reapertura de paritarias exigida por los gremios ante la pérdida de poder adquisitivo frente a una inflación interanual del 44%, según el IPC de la Ciudad.
Pero el plan oficial también apunta a fijar una pauta salarial del 17% para 2017, junto con una nueva modalidad de discusión en base a la inflación futura y no la pasada.
Todas expectativas que dependen en gran parte de lo que suceda en los próximos días con los bancarios. Por ello este fin de semana, habrá nuevas reuniones.
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