Pablo y Hugo Moyano: un abrazo público sin reconciliación pero con cálculo político
El abrazo de Hugo Moyano con su hijo Pablo: ¿reconciliación o sólo una pose para las fotos?
Lo ocurrido durante la manifestación de la CATT entre Hugo Moyano y su hijo dio lugar a muchas interpretaciones.
La nota destacada de la manifestación del 9 de Julio realizada por el la dura del sindicalismo y liderada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), fue el abrazo de Hugo Moyano con su hijo Pablo, quien están peleados hace mucho tiempo. Y la imagen generó muchas interpretaciones y una pregunta principal: ¿se trató de una reconciliación?
Los líderes del Sindicato de Camioneros coincidieron poco después de la 12 en la Plaza Constitución, donde se realizaron ollas populares. Y si bien no compartieron la actividad, ya que cada uno se encontró con sus dirigentes más cercanos, se abrazaron con una sonrisa.
Así fue que Hugo se mostró junto con los líderes de la CATT, donde Camioneros está presente a través de su secretario de Políticas de Transporte, Omar Pérez, y Pablo posó con Graciela Aleñá (Vialidad Nacional) Roberto Pianelli y Néstor Segovia (Metrodelegados).
Pablo y Hugo Moyano, una relación difícil
Hugo apareció en el lugar acompañado por Jerónimo, su hijo menor, secretario de Juventud de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, y que tiene una muy mala relación con su medio hermano Pablo.
Mientras unos pocos creyeron que el abrazo podía significar una reconciliación, la mayoría de los dirigentes cercanos al mundo moyanista interpretaron que todo fue una estrategia de Hugo para marcarle la cancha a Pablo y no dejar que retome el centro de la escena que perdió cuando renunció a la CGT.
Su padre se mostró en las últimas semanas más duro contra el kirchnerismo que contra el Gobierno. Pero luego de que su hijo mayor dijo que asistiría a Plaza Constitución, Hugo habló con los líderes de la CATT para avisarles que participaría de la jornada.
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Ambos están peleados desde hace 3 años, luego de que Pablo le recriminó a Hugo el papel de su esposa, Liliana Zulet, en la profunda crisis financiera de la obra social camionera.
El enfrentamiento fue creciendo y derivó finalmente en la renuncia de Pablo Moyano a la CGT en noviembre pasado, porque su padre no avaló su reclamo de que se hiciera un paro o una marcha contra el gobierno de Javier Milei.
La última muestra de la grieta
Desde su salida de la central obrera, el hijo mayor de Hugo dejó de ir a sus oficinas del Sindicato de Camioneros, donde ejerce la secretaría adjunta secundando a su papá, y se dedicó sólo a presidir el Club Atlético Social y Deportivo Camioneros.
Su aislamiento se rompió el 13 de junio, cuando visitó a Cristina Kirchner en su departamento del barrio de Constitución pocas horas después de que se confirmara su condena judicial por corrupción.
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En ese encuentro, el dirigente de Camioneros dijo haberle llevado a la ex presidenta el apoyo de su sindicato, aunque esa decisión no había existido e incluso su padre en esos días se puso al frente en la CGT de la resistencia a los sectores kirchneristas que presionaban por un paro en favor de Cristina.
La nueva escalada de tensiones entre padre e hijo quedó graficada en un ácido comentario de Hugo ante sus colegas de la calle Azopardo en una reunión realizada en Sanidad, días después del encuentro entre Pablo y CFK.
“Como ustedes saben, alguien de mi familia visitó a Cristina. Imagínense cómo nos cayó. Pablo la fue a visitar y a mí ni me llamó por el Día del Padre”, dicen que dijo.
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