Obras sociales por una unidad consensuada: el acuerdo entre el gobierno y los gremios
Se confirmó que alguien cercano a los sindicatos manejará la Superintendencia de Servicios de Salud. Así, se busca apurara la unidad cegetista, bajo la conducción simbólica de Hugo Moyano. Caló no irá a la cumbre, y podría quedar aislado. El impacto en la economía de la devaluación, condicionante para esta precaria alianza.
En menos de un día, se iniciará en la histórica sede de Azopardo un plenario que puede sellar la anhelada unidad de la CGT. Con la presencia de buena parte de la dirigencia, los diversos sectores internos buscarán darle forma a la central que se viene, en medio de las turbulencias por el cambio de gobierno. El camino no será sencillo, y por lo menos un sector importante, que representa el metalúrgico Antonio Caló, no irá formalmente a la cumbre. Esto no sólo pone en virtual fractura a la CGT que comanda, sino que mina a futuro la legitimidad de la unidad que se pueda acordar mañana. Desde Nación trabajan para acercar las partes, bajo el ala de un aliado conocido: Hugo Moyano. Para eso, usaron la carta más poderosa: el manejo de los fondos de las obras sociales. Cómo quedará el mapa a partir de este nuevo entramado, todo un misterio por resolver.
El plenario del 18 se postergó un día por “razones organizativas”, ya que los gremios negocian contra reloj para ampliar la convocatoria. Los pilares del encuentro serán los moyanistas nucleados en la CGT anfitriona, los integrantes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), la CGT de Luis Barrionuevo, y los grupos denominados “gordos” e “independientes”, que hoy reportan a la CGT de Caló, quien será el gran ausente. En una reunión realizada esta semana, el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) decidió no sumarse, pero se dio libertad de acción al resto de los integrantes para participar.
La decisión ya había sido anticipada la semana anterior por uno de los dirigentes más cercano a Caló, el ferroviario Sergio Sasia. “No vamos a participar, no es que no queremos la unidad, todo lo contrario, pero queremos que se haga en base a un gran debate, de una agenda común. No nos parece oportuno hacer un encuentro que parece más mediático”, afirmó Sasia en diálogo con Gestión Sindical. La decisión se ratificó esta semana en un encuentro de toda la CGT, donde el MASA intentó persuadir al resto de los grupos de esta idea, pero finalmente aceptó que se muevan de forma independiente.
Esta virtual fractura de la central deja aislado al grupo de gremios industriales, los más cercanos al kirchnerismo en los últimos años. Pese a esto, su ausencia en el plenario de mañana deja “renga” la unidad que allí se pacte. Está claro que la movida es una victoria de Moyano, que además de anfitrión será el “maestro de ceremonias” de un encuentro que contará un una buna concurrencia de gremios, y respaldo a su conducción simbólica.
Para el gobierno, es clave lograr que muchos sectores se sumen a esta “conducción consensuada”, si se aprueba la idea que llevan los “independientes” al encuentro. Esto es, poner un grupo de dirigentes que hagan de interlocutores con el oficialismo, mientras se espera que caduquen mandatos vigentes. Para esto, desde el macrismo dieron un paso importante, al entregar el manejo del fondo de las obras sociales a los gremios. En estos días, se confirmó que Luis Scervino será el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). Director médico de la Obra Social de Obras y Servicios Sanitarios, es considerado un funcionario técnico, con mucha confianza del jefe de ese sindicato, José Luis Lingeri, que pertenece al grupo de los “independientes”. Con este gesto, se busca acercar definitivamente a este espacio de la CGT Alsina a la nueva conducción, que todo hace indicar será liderado por Moyano.
Empoderar a Moyano como conductor e interlocutor del sindicalismo tienen sus riesgos, asumen en el gobierno. Esto hizo Néstor Kirchner cuando asumió la presidencia, logrando la unidad bajo su mando, y unos años después se convirtió en su principal opositor. Es cierto que pasaron muchos años, el ex presidente había muerto y el escenario era distinto, pero el ejemplo suele decirse en el entorno presidencial.
En cuanto al rol de Moyano, algunos dirigentes recuerdan que en los 90 su MTA se enfrentó al neoliberalismo gobernante, aunque también sirvió para frenar el avance de la renovación sindical que significaba la CTA. “Moyano le disputó a la nueva central la calle, y en realidad lo que hizo fue frenar su avanza. Su postura sirvió para evitar la construcción de un sindicalismo verdaderamente combativo. Ahora puede hacer lo mismo”, analizó en estricto off un dirigente sindical.
En este escenario, el intercambio de favores tendrá un límite concreto: la evolución de la economía. Si la devaluación vía levantamiento del cepo cambiario dispara los precios, será difícil que la frágil alianza entre los gremios y Mauricio Macri prospere demasiado. Hasta ahora, todos se manejan con cautela. Un economista consultado por Gestión Sindical anticipó el impacto del nuevo esquema cambiario en la evolución de precios y salarios. En este sentido, aseguró que por su estructura atada a las exportaciones, la economía argentina sufre las devaluaciones. “Por cada punto de devaluación del peso un 0,6 por ciento se va a la inflación. Eso sumado al 8 por ciento que ya se fue por el fin de las retenciones”, dijo. El impacto en los precios podía ser nefasto, y romper en un instante la mesa armada por parte de la dirigencia sindical y el gobierno nacional.
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