Los movimientos sociales quieren sumarse a la estructura de la CGT para fortalecer sus reclamos
El llamado triunvirato social intentará que se cree una secretaría que nuclee los reclamos de los sectores informales. En este tiempo hubo un acercamiento, pero no se logró formalizar la relación. Junto, este sector puede aportar tantos afiliados como los gremios grandes de servicios.
Las organizaciones sociales buscan incorporarse a las filas de la CGT, para lograr una mejor negociación paritaria con el Gobierno. El año pasado intentaron lo mismo, pero no lo lograron. El triunvirato social, como se conoce a Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), buscarán formalizar esta relación, a través de la secretaría de la Economía Popular, que quieren se cree tanto en la central obrera como en las regionales. Así lo reclamó Juan Grabois, representante de la CTEP, quien además se muestra cerca de Pablo Moyano. La relación entre los movimientos sociales y la CGT no es la mejor, el único intermediario sería uno de los conductores de la central obrera, Juan Carlos Schmid, pero este por ahora no logró sumarlos a las filas cegetistas. Es por esto que en este año, los movimientos sociales buscar reordenarse e intentar nuevamente sumarse a las filas de la CGT.
Grabois hace pocos días criticó las políticas económicas de este Gobierno, señalando que sólo benefician a los ricos, olvidándose de los más vulnerables de la sociedad. En este tridente de San Cayetano, conformado por Barrios de Pie, la CCC y la CTEP, podría sumarse el Frente Popular Darío Santillán. De esta forma la integración de este movimiento a las filas cegetistas significaría que las organizaciones sociales tendrían más peso a la hora de negociar con el Gobierno. Grabois brindó declaraciones al diario Clarín: “Lo que buscamos es que todos los movimientos sociales se unifiquen. Nosotros siempre sostuvimos que este sindicalismo excluyó a los trabajadores de la economía popular, y ese es un problema que hay que solucionar”.
Grabois tiene una estrecha relación con el Sumo Pontífice: hace poco tiempo viajó a Bolivia y se reunió con dos representantes de organizaciones sociales de ese país, luego viajó a Roma para reunirse con referentes mundiales de las organizaciones sociales. Incluir a las organizaciones sociales a la CGT significa una jugada política, por consiguiente traería como consecuencias un conflicto en puerta: la idea de los movimientos sociales es lograr un lugar en el Consejo Directivo de la central obrera, para poder “discutir y defender” la paritaria. Esto implicaría abrir una discusión por el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), haciendo hincapié a que los planes sociales que cobran los trabajadores de la economía popular, se ajuste de acuerdo al SMVM, que se discute entre el Gobierno, la CGT y los empresarios, dejando afuera a los dirigentes de las organizaciones sociales.
Los movimientos sociales quieren estar bajo la órbita de la CGT, ya que ahora la central obrera también se esta rearmando, con un triunvirato prácticamente disuelto, es por eso que las bases sindicales llamaron a un Congreso para el próximo mes de abril, y de esta forma elegir nuevas autoridades. En tanto que los “gordos” e “independientes” no quieren a los movimientos sociales dentro de sus filas. A lo que un referente sindical contestó: “Con el actual triunvirato, no estamos en condiciones de discutir la integración de los movimientos sociales, así como tampoco la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) (liderado por Sergio Palazzo), como así Juan Carlos Schmid, líder del gremio de Dragado y Balizamiento, ni Camioneros, comandado por Hugo Moyano se van a alejar de la CGT”, dejando entrever una posible reunificación del movimiento obrero.
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