Tras los golpes y el escándalo en el frustrado Congreso de ATE Capital, reina la incertidumbre
La seccional porteña del gremio estatal debió suspender el Congreso anual y todavía no sabe cuándo volverá a realizarse. La interna, al rojo vivo.
La seccional Capital de ATE debió suspender este miércoles la realización del primer Congreso Ordinario de la organización, tras registrarse graves hechos de violencia en medio de una fuerte interna que atraviesa el gremio porteño.
«Se suspende una instancia democrática porque cuidando la integridad de nuestros compañeros y compañeras, no podemos dejar que un grupo minúsculo de violentos quiebre a golpe de puños su normal funcionamiento», comunicó la seccional Capital que conduce Daniel «Tano» Catalano.
Ahora, reina la incertidumbre, ya que todavía no se sabe cuándo podrá llevarse a cabo finalmente el Congreso donde deberá elegirse la Junta Electoral de cara a las elecciones que serán en agosto.
La suspensión se produjo tras los fuertes enfrentamientos ocurridos en la puerta de la Federación de Box donde se realizaría la cumbre gremial, entre la facción que conduce Catalano y allegados al espacio opositor encabezado por Luciano Fernández y Hugo Bellón.
La explicación de ATE Capital
Desde ATE Capital informaron que minutos antes de que comenzara la acreditación de los congresales, un «grupo minúsculo de violentos ajenos al sindicato» encabezados por Fernández y Bellón «que no aceptan su rol de minoría, agredieron a compañeros y compañeras a cargo de la organización».
Por eso, según comunicó el gremio, «ante estos hechos lamentables se decidió suspender el Congreso en pos de preservar la integridad y salud de todos y todas las compañeras, prioridad absoluta de esta conducción».
En tanto, la oposición apuntó una vez más contra Catalano, quien «impidió por medios violentos la realización del Congreso Ordinario, lo que derivó en su suspensión ante la veeduría de (el Ministerio de) Trabajo».
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Y expresaron que «la oposición fue recibida en las puertas de la Federación de Box por una fuerza de choque contratada, ajena al sindicato que, mediante empujones y golpes, impidió el ingreso de los congresales no afines y lastimó a muchos trabajadores».
Para «Construyendo la unidad», fue toda «una definición política» impedir el Primer Congreso Anual Ordinario a través de «la violencia premeditada».
Dos frentes bien marcados
Y remarcó que «se trató de un plan orquestado para que no funcionase el mayor órgano deliberativo del gremio a fin de invisibilizar la expresión opositora y no discutir la política sindical de la entidad».
Las acusaciones responden a una fuerte interna desatada en la organización tras el quiebre de la comisión directiva actual, que abrió dos frentes electorales.
Por un lado, el oficialismo con Catalano, respaldado por la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky. Y, por el otro, el espacio opositor con Fernández y Bellón, apadrinados por la ATE Nacional de Hugo Godoy, máximo referente de la CTA Autónoma.
Hay que recordar que, como informó esta semana Gestión Sindical, desde las agrupaciones opositoras a Catalano lanzaron recientemente un comunicado denunciando «fraude, ocultamiento de padrones y violaciones de estatuto y leyes» por parte del actual secretario general.
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