Kelly Olmos volvió a darle el OK a la reducción de la jornada laboral pero puso condiciones
La ministra de Trabajo se mostró a favor de cambios en la jornada laboral, con cierta moderación para consensuar con todos los actores en juego. Pidió “previsibilidad” en todo el debate.
La reducción de la jornada laboral comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados, un proyecto con respaldo por parte de los dipusindicales oficialistas, como Hugo Yasky y Sergio Palazzo, del Frente de Izquierda y del Gobierno, con la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, dando señales continúas que la propuesta debe avanzar. Pero con un pedido: no se puede dar de un día para el otro y necesita previsibilidad, ante los intereses en juego.
«Nosotros como ministerio apoyamos esta iniciativa y promovemos que, de adoptarse una modificación hacia la reducción de la cantidad máxima de horas de trabajo autorizadas semanalmente, se haga de manera escalonada”, señaló la funcionaria al exponer ante la comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
En la actualidad, la jornada laboral se compone de 48 horas semanales, y un cambio abrupto podría acarrear múltiples problemas. Los empresarios, por caso, ya manifestaron su preocupación ante la iniciativa.
¿Están los votos?
Desde Juntos por el Cambio también colocaron reparos y, tal como le consta a Gestión Sindical gracias a una fuente parlamentaria de Unión por la Patria, los números están muy justos en la Cámara baja por lo cual la coalición oficial se podría exponer a una derrota parlamentaria justo en momentos en los que exhibe fortaleza con la sanción de la modificación del Impuesto a las Ganancias.
Bajo este contexto, Olmos planteó que “no se puede hacer de un día para el otro porque tiene que haber un horizonte de previsibilidad en relación a esa modificación». Las palabras fueron escuchadas por representantes de la CGT, CTA de los Trabajadores y Autónoma y especialistas de la Unión Industrial Argentina (UIA), así como de la Corriente de Abogados laboralistas «7 de Julio».
Propuso que, a partir de que se fije ese máximo de horas, «se fortalezca la competencia de la negociación tripartita de cada convenio colectivo de trabajo para la distribución de las horas máximas autorizadas adecuadas a cada actividad».
La ministra subrayó el hecho de que «por un mecanismo de reducción, estaríamos impulsando una redistribución más adecuada de la productividad alcanzada, aportando al concepto de justicia social». «Si uno ve el mapeo mundial no hay una posición común como tampoco hay un desarrollo homogéneo entre los países», apuntó Olmos.
Los proyectos que se discuten
En total, hay cinco proyectos del FdT (impulsadas por Hugo Yasky, Claudia Ormachea, Eduardo Valdés, Mónica Litza y Sergio Palazzo); uno del Frente de Izquierda, presentado por Nicolás Del Caño; y uno más del diputado Enrique Estévez, del bloque Socialista.
La propuesta de Yasky, líder de la CTA de los Trabajadores propone que no se exceda de las ocho horas diarias o los cuarenta semanales sin disminución del salario que los trabajadores estén percibiendo en el momento en que se reduzca la duración del trabajo.
Por su parte, el referente del sindicato bancario y diputado nacional Palazzo impulsa que la jornada laboral tenga un máximo de ocho horas diarias, pero que no exceda los cuatros días a la semana.
Al igual que el proyecto de Ormachea, las propuestas de Valdés y Del Caño proponen un máximo de seis horas diarias y 30 semanales.
Jornada laboral y productividad, eje del debate
Durante la primera reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados quedó claro el rechazo de plano de la Unión Industrial Argentina (UIA) a cualquier proyecto de reducción, a través de la intervención del vicepresidente de su Departamento de Política Social, Julio Cordero.
En tanto, desde Juntos por el Cambio, la postura inicial es más prudente aunque sin visos de apoyar los proyectos oficialistas, pero abriendo el camino a debatir el tema.
EL PAPA FRANCISCO Y UN SORPRESIVO GUIÑO AL SALARIO UNIVERSAL Y LA REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL
El diputado Martín Tetaz se declaró «fan de la reducción de la jornada laboral». «Es una realidad sistemática en todos los países del mundo, sin excepción, en los últimos 100 años», afirmó el economista, pero a la vez mostró dudas acerca de la implementación universal y por ley.
«Si se abre la puerta al experimento, debería ser voluntario«, propuso Tetaz quien, antes de la reunión, había dicho que la reducción de la jornada laboral debía ser «resultado del aumento de la productividad, no de una ley».
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