Ayer, sindicalistas se reunieron por la mañana con legisladores del FpV y les pidieron derogar dicha reforma. Tras la dilación en la respuesta y algunos incidentes, los gremios se apropiaron del edificio donde se reúnen los bloques de diputados. La protesta continuaba hoy a la mañana.
Rosana Bertone (Frente para la Victoria) tuvo ayer su primera crisis real desde que asumió el 17 de diciembre pasado, tras la toma del edificio legislativo en Ushuaia que dispararon ayer gremios docentes y estatales en rechazo al plan de ajuste y de despidos activado por la mandataria provincial.
En medio de la emergencia previsional (heredó un grave panorama financiero en el área) y la reforma del sistema jubilatorio, la mandataria fueguina ya comenzó a ser cuestionada incluso por la agrupación ultra-K La Cámpora.
Ayer, sindicalistas se reunieron por la mañana con legisladores del FpV y les pidieron derogar dicha reforma. Tras la dilación en la respuesta y algunos incidentes (hubo forcejeos y roturas de vidrios), los gremios se apropiaron del edificio donde se reúnen los bloques de diputados. La protesta continuaba hoy a la mañana.
El sinceramiento de la economía en Tierra del Fuego y la toma de decisiones para equilibrar el complicado esquema financiero que dejó la administración de la exgobernadora Fabiana Ríos (2007-2015), en un distrito que depende en gran parte de los envíos de Nación, llevó a Bertone a su primer cimbronazo el mes pasado, cuando renunció el ministro de Trabajo, Daniel Rivarola.
Una de las primeras medidas que tomó la gobernadora fue la revisión de 300 contratos y pases a planta permanente. En enero, su jefe de Gabinete, Leonardo Gorbacz (criticó la medida de fuerza), confirmó la cancelación de 102, aunque los sindicatos aseguran que fueron más. Luego, la Legislatura convirtió en ley la emergencia previsional por dos años, en medio de la agonía del Instituto Provincial Autárquico Unificado De Seguridad Social (Ipauss).
Durante los dos años de emergencia previsional, que podrá prorrogarse por uno similar, se creará un fondo solidario para jubilaciones con contribuciones de funcionarios políticos de los tres poderes del distrito y de los municipios, algo que rechazaron diversos sectores de empleados estatales. El aporte extra será del 4,5%.
También deberán aportar los trabajadores activos un extra de un 1% si tuvieran menos de 45 años; un 3%, los del rango entre 45 y 50 años; y un 4,5%, si tuviesen más de 50, aunque los últimos tendrán -hasta 2025 para hombres y 2035 para mujeres- el beneficio de la jubilación antes de los 60 años, y se mantiene el 82 por ciento móvil.
Sin embargo, días más tarde Bertone vetó de manera parcial la ley previsional y generó un duro rechazo de la oposición, que se quejó por no respetar compromisos asumidos con el resto de los partidos políticos.
«El objetivo es terminar con los privilegios», aseguró el ministro de Economía, José Labroca, y explicó entre otros puntos que se estableció un cálculo «más justo», al tomar como promedio los sueldos de los últimos diez años y no los últimos dos años, y dejó claro que ese cambio se aplicará a todas las jubilaciones, incluso las que están en trámite.
Tras la apertura de sesiones ordinarias realizada por Bertone anteayer, el intendente -camporista- de Ushuaia, Walter Vuoto, encendió la alarma.
«Hemos tomado la decisión de crecer con los trabajadores adentro, hemos tomado la decisión de poner al empleado municipal en el centro de escena y de esta manera nos permite seguir creciendo, seguir avanzando», disparó el jefe comunal.
Además, Vuoto dejó en claro que las iniciativas anunciadas por la gobernadora en cuanto a una reforma política y electoral «no forman parte de una agenda de gestión» y que tiene con la mandataria «una visión totalmente distinta de lo que hay que hacer», y agregó: «Si vamos a pacificar, pacifiquemos. Necesitamos una paz social de verdad».
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