El Secretario Adjunto de Camioneros se mostró muy activo durante la cuarentena, articulando con distintos sectores, realzó al Frente Sindical, suma a los “independientes” y a los trabajadores regionales, contiene a los ignorados por la CGT como los movimientos sociales y afianza sus vínculos con el Instituto Patria y dirigentes del massismo.
Por Matías Tagliani / Director de Gestión Sindical
El dirigente camionero, Pablo Moyano, está siendo empujado a ocupar el rol de líder de la CGT por parte de la mayoría de las bases sindicales, quienes lo ven como la máxima garantía en la defensa de sus derechos laborales. Es que todavía está muy fresca en la memoria la batalla y derrota del macrismo en su intento de imponer una reforma laboral en el Congreso de la Nación que hubiera sido nefasta para el futuro de los trabajadores: «Macri quiso implementar Reforma Laboral para establecer la flexibilización y precarización laboral de los argentinos», aseguran.
El pasado sábado 22 de agosto hubieran vencido los mandatos de la actual conducción de la CGT, algo que la inesperada pandemia de coronavirus postergó. La excepcionalidad de la situación forzó que su vigencia se “estirara” hasta el 31 de marzo de 2021 por la resolución 489 del Ministerio de Trabajo. De todas formas, el ajedrez sindical se empezó a mover muy fuerte en las últimas semanas. En ese escenario se observa a un Pablo Moyano muy activo y articulando con muy diversos sectores, en su objetivo de conducir la central obrera.
Esos sectores saben, más que nadie, que fue, principalmente, Pablo Moyano quien se plantó con toda la fuerza en las calles de alrededor del Congreso y en los diferentes ámbitos e impidió el proyecto precarizador del último gobierno neoliberal.
“Tuvo a todo el aparato del Estado persiguiéndolo. Le inventaron causas. Apretaban a jueces para perjudicarlo. Es evidente que si Macri lo quería meter preso era porque veía en él, el mayor impedimento para imponer una reforma laboral”, le dijo a Gestión Sindical un delegado de uno de los gremios con mayor cantidad de afiliados del país. La fuente prefirió no dar su nombre por temor a represalias, ya que el pope su sindicato es del sector de los denominados “gordos” y más enfrentados al dirigente camionero.
Su testimonio se replica en muchos trabajadores enrolados en distintos gremios que –por lo bajo y a veces también en voz alta- confiesan sus ganas de ser representados por un dirigente que “las pelea todas, va para adelante y expresa con claridad las necesidades de la clase obrera”, según le expresan a este portal.
Para ellos también fue importante la fuerte oposición pública de Pablo Moyano al pacto de suspensiones con rebajas del 25% de los salarios que la conducción de la CGT acordó con los empresarios. Cómo contracara de la actual central obrera, Camioneros cerró un 30% de aumentos en la paritarias y el bono de fin de año para los trabajadores.
Quienes lo ven en el día a día, aseguran que al dirigente camionero se lo nota más cerebral, muy activo y jugando en todos los frentes con soltura.
Enérgico, en las últimas semanas se lo observó reorganizando a su juventud sindical. Y días atrás relanzó el Frente Sindical, al encabezar un zoom con centenares de organizaciones sindicales y sociales. Llamó la atención a propios y extraños el alto nivel de convocatoria, lo cual fue tomado como otra señal de las crecientes adhesiones que va sumando.
Por otra parte, hubo un par de fotos que generaron un cimbronazo en el mundo sindical y se analizan como una estrategia de seducción de Pablo Moyano hacia los sectores independientes de la CGT. En ellas se los vio con Gerardo Martínez (UOCRA) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), un dirigente que cuenta con bastante aceptación de distintos sectores.
A su vez, en las mismas, imágenes se lo ve con Juan Grabois, líder de un sector ignorado por la CGT desde hace años: los movimientos sociales. Entre todos los mencionados, le presentaron a Sergio Massa un proyecto para reactivar fuertemente la economía y la generación de puestos de trabajo a través de la obra pública.
Se trata –según sus impulsores- de un “Plan Marshall criollo”, en cual proponen una inversión inicial anual de 750 mil millones de pesos que creará 170.000 empleos registrados y 4 millones de puestos de trabajo de la economía popular, generando un impacto de la actividad económica de 865.000 millones de pesos.
Aparte de sus contactos con el massismo, Pablo Moyano articula con el Instituto Patria y especialmente con Máximo Kirchner. No hay que olvidar que el dirigente camionero es además vicepresidente del poderosísimo PJ Bonaerense, ámbito donde también aprendió a moverse con soltura. En ese sentido, en los últimos tiempos se vieron reuniones suyas donde se lo vio sonriente junto al gobernador Axel Kicillof y la vicegobernadora Verónica Magario y con varios intendentes del conurbano.
El líder camionero además cuenta con profundos “vínculos bergoglianos”. Es que cuenta con dirigentes propios bien posicionados –como el ladrillero Luis Cáceres– en la Mesa de Encuentro por el Trabajo y la Vida Digna, organización integrada por sindicatos de la CGT, de la CTA, instituciones académicas, organizaciones sociales y del sector cooperativo, pequeñas y medianas empresas. La Mesa fue creada a instancias de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social que dirige Monseñor Jorge Lugones y es coordinada por Pablo Narvaja, sobrino del Papa Francisco. Dato no menor…
Los que conocen a Pablo Moyano dicen que está en su mejor momento, y sus más cercanos están exultantes porque con esta manera de moverse no ven rivales en condiciones de disputarle la conducción de la Confederación General del Trabajo.
Saben que el momento es ahora. Se preparan. Muchos están dispuestos a dar la pelea porque todos coinciden en que las circunstancias requieren de conducciones firmes, de decisiones, de voluntad política.
“Pablo tiene hoy la fuerza de un tigre y va por ocupar el lugar que Hugo supo ocupar por 12 años, convirtiéndose en el secretario general que más permaneció al frente de esa organización”, cuenta un dirigente muy cercano al ámbito de Moyano.
Todavía se escuchan las voces que repiten que aquella conducción de la central obrera fue la mejor de los últimos 30 años. Todo parece indicar que Pablo Moyano va en busca de escribir una nueva historia para la casa de los trabajadores.
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