Con respaldo de un sector del PRO, un grupo de gremios lanza un nuevo espacio junto a pymes
La Confederación de Trabajadores y Empleadores (CTE) se presentó en sociedad junto a Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto, y nuclea a un grupo de dirigentes sindicales y cámaras empresariales. Buscan una mirada “más liberal” del mundo del trabajo actual. “No podemos perder más empresas”, dijo Gustavo Arreseygor, del SATHA, uno de los referentes del espacio.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Al inicio de la gestión de Mauricio Macri, un grupo de gremios encabezado por el fallecido dirigente Gerónimo “momo” Venegas lanzaron la pata sindical del PRO, que formalizó su apoyo la gestión creando las conocidas 62 Organizaciones Peronistas “amarillas”, que los nucleó por fuera de la CGT. Pero el rápido deterioro de la situación económica y social fue erosionando ese espacio, que terminó de colapsar el año pasado, cuando el nuevo líder del UATRE, José Voytenco, cerró filas con Alberto Fernández y Axel Kicillof. Pero esta semana, otro grupo de organizaciones vuelve a la carga en su idea de crear un espacio sindical que apoye a Juntos para el cambio. Se trata de la Confederación de Trabajadores y Empleadores (CTE), una confluencia de gremios y pymes que se presentó públicamente en estos días junto a dos de los principales referentes opositores, Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto. Sus promotores aseguran que se trata de un intento de renovar la dirigencia sindical, a partir de una mirada “más liberal”, que incluya a las empresas en la respuesta a los problemas.
La CTE se presentó en sociedad esta semana en un acto encabezado por los dirigentes opositores y la dirigencia sindical que se sumó a la propuesta, tanto gremial como empresarial. Los principales referentes del espacio son el Marcelo Peretta, secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, y Gustavo Arreseygor, del Sindicato Argentino de Trabajadores Horticultores y Agrarios (SATHA). Además, son parte del grupo la Federación Sindical de Universitarios (FESPU), el Sindicato Argentino de Contadores (SAC), la Unión Prestadores Servicios del Automotor (UPPSABAY), la Unión Personal Superior de AFIP (UPSAFIP), el Sindicato de Admisión y Permanencia (SUTCAPRA), la Unión Personal Superior del Gas (UPSGAS), la Unión de Artistas de Variedades, el Sindicato de Vigiladores (SUVICO), entre otros. Por el sector patronal, se sumaron la Asociación de Mutuales de la Argentina (AMYS), la Asociación de Propietarios de Carnicerías (APC), la Federación de Almaceneros y Polirrubros (FABA), Proyecto PYME, la Cámara de Supermercados Chinos (CASRECH), la Cámara de Comercio Argentino Qatarí, la Cámara de la Actividad Farmacéutica y Bioquímica (CAFYB), la Federación de Comercio e Industria (FECOBA), la Confederación General Empresaria de Capital (CGRA), la Consultora Tecnopolítica, el Movimiento Plural, la Sociedad Italiana y la Cooperativa Docentes.
“La CTE es una concepción política en la cual concluyen los dos extremos del trabajo: los sindicatos y sus dirigentes y las empresas, que son el capital”, destacó Arreseygor, titular del SATHA y uno de los oradores en el acto de lanzamiento. En diálogo con Gestión Sindical, el dirigente recalcó que “no hay trabajo sin capital, y desde esa concepción tenemos una mirada donde los representantes laborales no debemos tener sólo una mirada de defensa de los derechos de los trabajadores o gestionar mejoras salariales, sino que hay que tener una mirada que contemple las necesidades que tienen las empresas, sobre todo hoy”. Este grupo de gremios viene reclamando reconocimiento del Ministerio de Trabajo nacional, y tienen una postura marcada contra los planes sociales. Por eso suman a las empresas, en especial las chicas. “En esta coyuntura, no podemos permitir que se nos caigan más empresas, hoy se puede pelear un mejor convenio, una mejor paritaria, pero la realidad es que muchas de las empresas no lo pueden pagar, no es lo mismo una pyme como las de nuestro sector que una gran empresa”, dijo al respecto Arreseygor. En este sentido, definió que el CTE “tiene una mirada mucho más liberal, por eso compartimos el lanzamiento con Bullrich y Pichetto”. Además, se busca “una renovación en la dirigencia sindical”, en especial la tradicional.
Para su lanzamiento, la Confederación de Trabajadores y Empleadores emitió un documento donde puso en evidencia sus principios rectores. En el texto, al que tuvo acceso Gestión Sindical, establece como prioridades “crear, proteger y potenciar el empleo registrado; promover la asociatividad horizontal y vertical de pequeñas empresas, sin perder individualidad; incorporar tecnología, conocimiento y profesionales a pymes y micropymes; reducir la carga impositiva, sin afectar los recursos estatales, estimulando la formalización laboral por medio del pago de cargas sociales a cuenta de IVA; favorecer la libertad sindical, la democratización empresaria y reconocer la existencia de relaciones laborales donde el dador de empleo es un trabajador; garantizar la seguridad del trabajador, manteniendo un ambiente laboral que privilegie la salud física y mental; reducir los planes sociales promoviendo la educación para el trabajo y el acercamiento de las empresas a la escuela; y eliminar los incentivos a la informalidad e impulsar el emprendedurismo registrado”.
Este es un nuevo intento de crear una “pata sindical” que apoye al PRO, en este año electoral. Además del armado de las 62 Organizaciones Peronistas “amarillas”, lideradas por Ramón Ayala hasta su muerte, y que ahora se acercó al Frente de Todos, hubo un intento anterior, denominado Organización de Trabajadores PRO (OTPro), un espacio lanzado el año pasado por Ezequiel Sabor, ex secretario de Trabajo de Cambiemos, que no logró levantar demasiado vuelo ni entusiasmó a la dirigencia sindical. Ahora con este nuevo espacio, se busca algo más amplio, que pueda articular las políticas del sector opositor. Se espera que en este tiempo el espacio sume cierta tónica iniciada por Bullrich cuando fue ministra de Trabajo del gobierno de la Alianza, cuando se enfrentó duramente a la dirigencia sindical, en especial a Hugo Moyano, una pelea dialéctica que cada tanto vuelve a ganar temperatura.
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