Nicolás Caputo, el «hermano del alma» de Macri, echó a 740 trabajadores de su empresa
El grupo Mirgor no renovó contratos de operarios y supervisores. El gobierno nacional le ofreció a Mirgor paliar el freno de la actividad con la producción de soportes respiratorios para combatir el coronavirus. La empresa lo está evaluando.
El Grupo Mirgor, propiedad de la familia Caputo, no renovó 740 contratos de empleados de su planta de Río Grande, decisión que quiere mantener hasta que se levante la cuarentena dispuesta por el gobierno nacional. También comunicó que abrió un diálogo con el gremio y las autoridades provinciales “para buscar alternativas posibles de mitigación ante este escenario”.
La firma plantea que no renovar contratos es una política acordada con las demás empresas del sector de la electrónica que están instaladas en la isla, aunque desde la gobernación lo niegan y dicen que cada compañía está adoptando sus propias medidas. La firma Carrier, por ejemplo, pagó la segunda quincena sin hacer aportes patronales y otras están pagando salarios con algo de retraso.
La actividad de la electrónica quedó frenada a pedido del gobierno provincial unos días antes de la suspensión general de actividades que dictó el gobierno nacional. El Ministerio de Desarrollo Productivo ofreció a Mirgor que se ponga a fabricar “soportes mecánicos respiratorios para urgencias” para atender el pico de la demanda que se espera en las próximas semanas a causa del coronavirus. La firma lo está evaluando. También las terminales automotrices están analizando la factibilidad técnica de ese pedido, junto con otras medidas de producción para el sistema sanitario.
La decisión de la empresa de Caputo, el «amigo del alma» del ex presidente Mauricio Macri, se suma a la intención de Techint, dirigida por Paolo Rocca, de despedir a 1450 trabajadores de su empresa constructora, amparándose en una originalidad del convenio colectivo de trabajo del sector, que permite el despido de empleados una vez que termina la obra.
«Nosotros hacemos casi todos nuestros proyectos para privados y todos se pararon por tres causas: por los clientes, por la cuarentena y por el impacto de nuestros operarios. El impacto del aislamiento en nuestra empresa es tremendo, a tal punto que la facturación de abril va a ser cero», dijo ayer en declaraciones radiales Carlos Bacher, presidente de Techint Ingeniería y Construcción. Por lo pronto, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria.
En tanto, una empresa del Grupo Roggio que se llama Prominente comunicó a sus trabajadores la suspensión de la actualización paritaria prevista para este mes. Son casos resonantes de un universo de grandes empresas que desafían la postura del gobierno de sostener el empleo y el pago de los salarios a pesar del freno de la actividad productiva.
Si bien se trata de grandes empresas con fuertes espaldas financieras en donde además de los números juegan las señales y decisiones políticas, estos movimientos también reflejan una preocupación muy extendida en todo el sector privado acerca de cómo hacer para afrontar los salarios sin ingresos por ventas. De hecho, muchas empresas advierten que la línea de crédito del 24 por ciento por el equivalente a una nómina salarial que están ofreciendo los bancos a partir de la disposición oficial no va a ser suficiente porque difícilmente una pyme tome la decisión de endeudarse en semejante contexto, incluso si ese crédito se toma a tasas bajas.
En el caso de Mirgor, la novedad es que la empresa se desentiende de los ingresos de 740 empleados con contratos precarios hasta tanto se levante el freno sobre la actividad. En un comunicado, la empresa afirmó que “la situación que atraviesa la Argentina por la pandemia de Coronavirus afectó todas las actividades productivas en el país y, especialmente, en Tierra del Fuego”. Mirgor negó que haya habido despidos, sino que se trata de “personal que finaliza sus contratos de trabajo hoy 31 de marzo”. “La empresa abrió una instancia de diálogo con los gremios, y autoridades provinciales, para buscar alternativas posibles de mitigación ante este escenario”, agregó.
Gustavo Ventura, subsecretario de Desarrollo Económico de Ushuaia, consideró que “es gente que queda en la calle, sin trabajo. Se trata de contratos que se firman por temporada, que pueden ser de 6 a 9 meses, y que después en teoría se renuevan. Son modalidades precarias que ganaron en peso en las plantillas en los últimos años”.
El último balance contable de Mirgor, correspondiente al 2019, anotó ventas por casi 50 mil millones de pesos, una baja del 5,3 por ciento frente a la marca del 2018. El resultado integral total neto en 2019 fue una ganancia de 2123 millones de pesos, aunque en el ejercicio 2018 se había registrado una pérdida de 123 millones de pesos.
Según indicaron fuentes provinciales, el gobierno nacional ofreció a Mirgor paliar el freno de la actividad produciendo soportes respiratorios para atender el pico de demanda que se prevé para dentro de unas semanas a causa de la expansión del coronavirus. La firma de Caputo todavía no dio una respuesta. Esa posibilidad también fue planteada a las terminales automotrices. “Se trata de un soporte mecánico respiratorio para urgencias. Es un dispositivo que se fabricaría con las piezas que estén disponibles en Argentina y permitiría hacer una atención de urgencia. Estamos en etapa de desarrollo de factibilidad”, explicaron desde una de las empresas.
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