El ministro de Trabajo aseguró días atrás que ya se cerraron con éxito el 80% de las discusiones por sector para la actualización del salario. Sin embargo, uno de los gremios más duros, el de los Moyano, reclama una suba de 32%, más de diez puntos arriba del acuerdo promedio. Y amenaza con paros.
La relación entre el gobierno y el sindicalismo sigue calentándose. Aunque el Ministerio de Trabajo afirma que ya se cerró con éxito el 80% de las paritarias, aún enfrenta la de uno de los gremios más duros: Camioneros, que pide 32% de aumento. Las CTA siguen presionando para realizar una gran movilización, que sin apoyo de la CGT no tendrá gran efecto. Otro gremio pesado, el bancario, cuyo titular Sergio Palazzo critica el rol pasivo de la conducción cegetista, pide un paro para antes de las elecciones de octubre.
“Más de un 30% de los convenios han incorporado temas de mejora en los procesos productivos. Hemos cerrado más de 95% de las paritarias el año pasado y este año llevamos el 80%”, celebró el viernes el ministro Jorge Triaca. Trabajo viene de definir, por falta de acuerdo entre gremios y empresariado, un aumento del salario mínimo vital y móvil del 24% en tres tramos a concretarse en julio del 2018. La decisión fue criticada por la CGT y las dos CTA, que pidieron una suba del 80 %.
Además, la tercera audiencia paritaria para el transporte de mercancías fracasó esta semana. Hugo y Pablo Moyano, el líder histórico y el secretario general de Camioneros, insisten con su pedido de 32%. Los aumentos salariales promediaron este año el 20,9%. Moyano (hijo) advirtió que el sindicato realizará paros por cada rama de la actividad si los empresarios no mejoran las oferta del 19,5% realizada en la última reunión.
Un cese de actividades comprendería distribución de combustible, de alimentos, transporte de caudales, logística y recolección de residuos. En el gremio ligan la oferta de la cámara empresarial a la pauta salarial de referencia del 20% que marcó Trabajo.
Como punto a favor para el gobierno, esta semana los gremios docentes bonaerenses podrían aceptar el aumento 27,4% propuesto por el Ejecutivo provincial. Así, el oficialismo cerraría un conflicto serio en un distrito clave.
En rechazo de la suba decretada del salario mínimo, y básicamente de la política económica del gobierno de Mauricio Macri, las CTA se reúnen este jueves para definir una movilización, que ya anticipó el líder de la central Autónoma, Pablo Micheli. Sabe, sin embargo, que sin respaldo de la CGT no será demasiado efectiva. Y, por ahora, el único que ha mostrado su apoyo es Pablo Moyano.
El jefe de la Asociación Bancaria, Palazzo, sostuvo ayer que el sindicalismo debe “hacer un paro general antes de octubre”. “La CGT planteó un salario mínimo de 15 mil, acorde a la canasta de alimentos, y el Gobierno respondió, por primera vez en la historia, con un decreto para decidir unilateralmente una suba”, criticó. El salario mínimo será de $10 mil en 2018.
El primer y único paro convocado por la nueva conducción de la CGT (Héctor Daer, Carlos Acuña y Carlos Schmid) fue en abril: “El movimiento obrero tiene una responsabilidad histórica para que se frenen estas políticas de ajuste. No puede ser que ante las medidas del Gobierno la CGT mire la situación tan tranquilamente. Después de abril, la conducción ha tenido un rol pasivo”, cuestionó Palazzo. Como en aquella vez, el triunvirato vuelve a recibir presiones para convocar a una huelga.
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