Tiroteo entre facciones de la UOCRA: quienes son los dirigentes rivales y qué dijo el gremio

La batalla campal en Berazategui dejó seis heridos de bala. Los líderes de ambos grupos tienen un largo historial de violencia en el distrito.

En la tarde de ayer la UOCRA sumó un nuevo capítulo de violencia a su historial: en Berazategui, un feroz enfrentamiento entre dos facciones del sindicato, que incluyó disparos de armas de fuego, dejó un saldo de seis heridos, dos de bala. Y con el correr de las horas se supo que los líderes de ambos grupos tienen un largo historial violencia en el distrito.

Todo se desencadenó durante una convocatoria para el sorteo de puestos de trabajo para la realización de un plan de viviendas en la localidad de Plátanos. Según trascendió, un grupo habría llegado al lugar desde Florencio Varela con la intención de presionar a la empresa constructora para quedarse con esos puestos de trabajo.

Pero, al llegar, se encontraron con la resistencia de otro grupo -en este caso, de Berazategui- que no estaban dispuestos a dejarse avasallar por los obreros llegados desde Varela.

Tiroteo entre las facciones de la UOCRA: la trastienda

La disputa se habría dado por la tensión que generó entre las dos facciones rivales el manejo de los puestos de trabajo que se ofrecían para el desarrollo del plan de viviendas. Aunque algunos sostienen que eso sólo fue un motivo más.

Así, por ejemplo, en el enfrentamiento también habría influido el hecho de que la seccional del sindicato en el que se encuentra la obra está intervenida desde hace años por la conducción nacional de la UOCRA, y las facciones que se enfrentaron corresponderían a sectores que fueron desplazados de la organización sindical ya hace unos años.

De acuerdo a la información del diario Clarín, desde el gremio confirmaron que una de las facciones que protagonizó el tiroteo responde al dirigente Juan «Lagarto» Olmedo, un pastor evangelista que se desempeñó como titular de la seccional Florencio Varela-Quilmes-Berazategui de la UOCRA hasta 2019. 

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Justamente ese año, tras otro violento incidente y en medio de una investigación por el supuesto robo millonario a las arcas de la sede gremial, la cúpula nacional del sindicato que lidera Gerardo Martínez dispuso su expulsión y ordenó la intervención de la regional.

En tanto, el otro grupo que participó de los incidentes de este lunes estaría alineado -de acuerdo con las mismas fuentes- con el dirigente Walter Leguizamón, otro ex jefe de la misma delegación de la UOCRA, quien también fue expulsado del gremio años antes que Olmedo, tras protagonizar un enfrentamiento a balazos contra grupos disidentes a su conducción sindical. 

«Esta es una pelea de bandas que se enfrentan por el territorio, no hay ninguna discusión por puestos de trabajo», señalaron fuentes sindicales que conocen las históricas diferencias entre Olmedo y Leguizamón en el distrito.

Qué dijo el gremio

Mientras tanto, desde la conducción nacional de la UOCRA difundieron un comunicado de prensa donde informaron oficialmente que quienes protagonizaron el violento enfrentamiento no son afiliados ni dirigentes del gremio.

«Los verdaderos trabajadores no portan armas ni dirimen sus diferencias con métodos violentos. Y quienes alientan y ejercen estas prácticas pertenecen a facciones que no representan a los trabajadores constructores ni ejercen representación sindical legal ni estatutaria reconocida por nuestra organización sindical», señaló el sindicato.

En el texto también se expresó que “se alienta el esclarecimiento, la investigación por parte de las autoridades y la condena a los responsables involucrados, que utilizan indebidamente el nombre de nuestra institución con fines que nada tienen que ver con la representación y función sindical».

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El feroz choque quedó registrado en varios videos filmados por testigos y periodistas, lo que permitió ver a decenas de hombres lanzando piedras y peleando con palos mientras de fondo se escuchaba el ruido de las detonaciones de los disparos y vidrios rotos.

«Tené cuidado que están a los tiros», se escuchó también gritar a un vecino, antes de cerrar la ventana por miedo a recibir uno de los disparos. Más allá de la violencia desatadas, que obligó a la intervención de las fuerzas de seguridad, no se informaron detenciones. 

En cuanto a los dos heridos de bala que tuvieron que ser internados, la única información que trascendió fue que uno de ellos tuvo que ser operado del estómago, y se recupera favorablemente.