La alta inflación hizo “imposible establecer una pauta general” para el aumento de los salarios
Un informe del Observatorio del Derecho Social analizó la forma en que los gremios pusieron en marcha para paliar la suba de los precios, comenzando con bajar los plazos de los convenios.
El 2022 tiene un alto números de acuerdos salariales, y se perfila como uno de los años con más convenios, afirmo un trabajo del Observatorio del Derecho Social, que analizó la cantidad de paritarias firmadas en los últimos 20 años.
En parte, esto se explica por la alta inflación, que hizo además que sea “imposible establecer una pauta general” para los aumentos de salarios. Además, se pusieron diversos mecanismos en juego para evitar la pérdida salarial, como las revisiones y el achicamiento de los períodos entre los mismos.
En este sentido, se estableció que el “incremento anual previsto en los acuerdos salariales comienza a ser menos relevante, ya que siempre es provisorio y está sujeto a una revisión”.
“Si bien formalmente la mayoría continúa teniendo un plazo de vigencia anual, ninguna actividad realiza una sola negociación en el año y la cantidad de cuotas es mayor”, dijo el trabajo de la organización de la CTA Autónoma, que además remarcó que “los sueldos nominales, al igual que los precios, varían cada vez más rápido y las organizaciones sindicales, siguiendo distintas estrategias, tratan de adaptarse a este condicionante proveniente de un factor externo al sistema de relaciones laborales”.
El reporte del Observatorio del Derecho Social destacó la forma que los gremios buscaron evitar el impacto negativo de una inflación que se encamina a pasar el 100 por ciento anual. En este sentido, el trabajo recalcó que en este tiempo “las estrategias han sido muy disímiles, incluyendo distintos plazos de negociación (trimestral, semestral, anual) y la inclusión de cláusulas de revisión y/o gatillo”.
En cuanto a la administración de la crisis, agregó, “desde hace muchos años existen actividades que recurren a la suspensión de los trabajadores con el pago de una porción variable de su remuneración”. “Si bien se trata de una estrategia más vinculada a los intereses patronales, que de esta manera pueden ajustar la dotación de fuerza de trabajo a las fluctuaciones de la demanda con mayor facilidad, a partir del año 2020 este mecanismo se generalizó luego del acuerdo marco entre la CGT y la UIA que habilitó una forma rápida de implementar esta respuesta en el contexto de la pandemia del Covid-19”, dijo en el observatorio.
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En este contexto, el informe al que tuvo acceso Gestión Sindical hizo un recorrido por los cambios en las formas de discusión, y recordó que “la primera ronda de negociaciones salariales culminó con aumentos anuales de entre el 40 y el 45 por ciento anual”. Pocos meses más tarde “las paritarias se ubicaron en torno al 60 por ciento, porcentaje al que llegaron también algunas revisiones de acuerdos pactados tan solo unas semanas atrás”.
Actualmente, finalizó la entidad, “las negociaciones más recientes establecieron incrementos de entre el 75 y el 85 por ciento, y todo indica que antes de fin de año volverá a subirse un escalón”.
En este marco, “la posibilidad de coordinar la política salarial a través de las paritarias es cada vez más difícil y las brechas entre las distintas actividades corren el riesgo de ensancharse aún más”.
Más convenios
Una de las consecuencias de esta combinación de acuerdos permanentes y alta inflación es que se firmaron más convenios, además de hacerlo de manera más fragmentada. “La evolución de la negociación colectiva a lo largo de las últimas dos décadas incluyó un fuerte crecimiento entre 2002 y 2010, una cierta estabilización en la década siguiente y un nuevo crecimiento a partir de 2020”, subrayaron.
“Al analizar esta evolución es necesario tener en cuenta que el año de homologación no es
necesariamente el mismo de la negociación, por lo que el retraso administrativo por parte del Ministerio de Trabajo puede tener un impacto considerable”, aclaró el observatorio.
Esto sucedió en 2017 y 2018, donde “gran parte de la caída se debe a la demora en la homologación, y en 2019 cuando el crecimiento se explica por la homologación de convenios y acuerdos celebrados en los años previos”. “Si bien ello no niega dicho retroceso y su posterior recuperación, lo cierto es que si se pone el foco en la fecha de cada negociación el movimiento de la curva resulta menos brusco”, dijo el trabajo.
En suma, recalcó la entidad de la CTA Autónoma, “es posible decir que de acuerdo al movimiento de los últimos años se consolida la práctica negociación de acuerdos por sobre convenios, es decir, se prioriza la actualización o incorporación de contenidos puntuales por sobre una discusión general de condiciones de trabajo”.
Ello podría deberse “a una evaluación negativa por parte de las organizaciones sindicales del contexto existente para discutir o re-discutir sus condiciones de trabajo vinculadas a jornada, organización del trabajo, promociones, modalidades de contratación, beneficios, entre otras; por lo cual, la estrategia consistiría en sostener, o más bien, “resistir” los convenios vigentes”.
Negociaciones futuras
A menos de dos meses para que finalice el año, hay varias paritarias que deberán revisar los números. La de mayor peso es la de los metalúrgicos, que este lunes tuvo una audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde no se logró acuerdo y se pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo 28 de noviembre. Pero en el sector el malestar crece.
“El secretariado nacional habilitó la realización de asambleas en estos días para tener el pulso de la situación de las bases, por si se siguen dilatando las negociaciones”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente de la UOM del conurbano bonaerense. En esa zona no llegó la comunicación oficial de medidas de fuerza, que podrían salir “de estas asambleas”.
PARITARIAS 2022: GREMIOS PESQUEROS CIERRAN ACUERDOS SALARIALES POR ENCIMA DE LA INFLACIÓN
Según lo que se informó, el pedido del gremio que comanda Abel Furlán es de un aumento anual del 100 por ciento y un bono extraordinario de fin de año. Las empresas aceptaron el primer pedido, pero rechazan el segundo, por lo cual no hubo acuerdo.
El líder metalúrgico suele ser uno de los dirigentes que respalda la idea del Frente Sindical y otros sectores para que se pague una suma fija a todos los asalariados para paliar el efecto de la inflación, algo que motoriza dentro del gobierno el kirchnerismo.
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