Histórico: Caló perdió la conducción de la UOM tras 18 años y será reemplazado por un kirchnerista
El sindicalista no logró avanzar con una lista de unidad y cedió el cargo a Abel Furlán, de la seccional Zárate-Campana y ex diputado nacional.
En lo que significa una verdadera bomba en el mundo sindical, Antonio Caló perdió la conducción de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), uno de los gremios más poderosos del país, después de 18 años, y en medio de su alineamiento con el presidente Alberto Fernández.
El histórico dirigente no pudo defender la lista de unidad que el oficialismo tenía pautada ante la presión ejercida por seccionales disidentes del Gran Buenos Aires y el interior del país, con Abel Furlán, hombre cercano al kirchnerismo, como máximo referente.
Durante este lunes comenzó a sonar la posibilidad de que se produjera este desenlace, cuando un armado opositor de último momento aseguró contar con los votos suficientes para destronar a Caló.
Así fue que en las últimas horas del lunes comenzaron las negociaciones para acordar una salida y evitar una contienda entre dos listas.
El acuerdo, en efecto, estableció la salida de Caló y la conformación de una nueva fórmula de conducción con Furlán, de la seccional Zárate-Campana, como secretario general, y con Naldo Brunelli -de San Nicolás y alfil del caloismo- como secretario adjunto.
Caló y un poder ostentado desde 2004
Caló era secretario general del sindicato desde 2004, relevando al histórico Lorenzo Miguel, y a lo largo de los años logró mantener la conducción que históricamente quedó para la seccional Capital a la cual pertenece.
Pero los tiempos, claro está, parecen estar cambiando y ahora empieza decididamente una nueva era en el gremio metalúrgico.
Albertista declarado y candidato natural a la reelección, no logró sumar las voluntades necesarias, más allá de los incesantes llamados realizados desde su entorno en los últimos días a las seccionales del interior del país para tratar de asegurarse el acompañamiento.
La ruptura del tridente de poder conformado por Capital, Avellaneda y Rosario fue decisiva. Los dirigentes más cercanos al kirchnerismo empezaron a testear voluntades hace unos 15 días y encontraron terreno fértil para avanzar.
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La movida, con San Miguel, San Martín, Zárate-Campana y Avellaneda como arietes, se terminó de consolidar con el poroteo previo de electores que marcó un número definitivo.
La salida de Caló por cierto, no es más que el correlato de las elecciones que a principios de marzo se realizaron en las 54 seccionales que el gremio tiene en todo el país. Allí quedó claro el descontento de las bases con la conducción.
Salarios y salud, dos temas que marcaron su salida
La principal factura que le pasan tienen que ver con el deterioro salarial, a lo que hay que sumarle los innumerables problemas por los que transitan los afiliados para lograr cualquier tratamiento sencillo en la Obra Social sindical.
Son muchos los municipios donde, según aseguran los conocedores del tema, hay que hacer malabares y tener mucha paciencia para conseguir un turno de cualquier especialidad. Y generalmente no se logra.
Por otra parte, el crecimiento del kirchnerismo en la UOM se explica en que es un gremio que vivió años de expansión del empleo hasta 2015, donde una gran cantidad de trabajadores jóvenes accedió a su primer empleo, y sufrió fuerte las consecuencias del cambio de modelo económico.
En ese sentido Caló pagó el precio por su cordial relación con el ex presidente, Mauricio Macri, en momentos en los que se perdían miles de puestos de trabajo.
Ahora surge una pregunta: qué impacto tendrá esto en el seno de la CGT, donde la UOM ocupa un lugar de relevancia en el Consejo Directivo Nacional al mando de la secretaría del Interior, hoy abocada a la normalización de las delegaciones regionales de todo el país.
Habrá que ver si Caló continuará siendo el encargado de llevar adelante el proceso de normalización o la organización, dueña de la banca en CGT, decide apartarlo para dotar al cargo de una nueva impronta.
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