Balance de trabajadores de salud tras 500 días de pandemia: afrontaron «precarización laboral y destrato»
Sectores del sistema sanitario hicieron un balance de este tiempo. En este contexto, se mantienen varios conflictos gremiales abiertos.
Casi al mismo tiempo que se cumplieron los 500 días desde que el país tuvo el primer caso de coronavirus, se confirmaron las 100 mil muertes, la cara más dramática de la pandemia. Detrás de los números, hay miles de historias de dolor, de sufrimiento, dramas cotidianos que pese al entusiasmo por la vacunación no terminan. En todo este tiempo, desde los primeros aplausos de las 9 de la noche, el personal de salud fue protagonista de esta titánica lucha. Los trabajadores de la salud son el colectivo más castigado por el Covid-19, y hoy en día siguen dando la batalla diaria para terminar con esta verdadera pesadilla.
Esta pelea, más allá de alguna medida concreta, no tiene un correlato en las condiciones de trabajo, que la pandemia dejó al descubierto. Todo lo contrario. Por eso en estos días distintos sectores realizan protestas, reclamando mejores condiciones de trabajo. En este sentido, hay «bronca y malestar«, afirman los gremios, que insisten con su premisa lanzada al inicio del 2021: la deuda es con los trabajadores.
El balance de estos 500 días de pandemia es para los trabajadores de la salud una mezcla de sensaciones, que van desde el dolor por la pérdida de compañeros y amigos, y el malestar por la precarización laboral que todavía rige en el sector. «Si bien hoy estamos más tranquilos, lo que deja la pandemia es mucha angustia, mucha bronca, mucho dolor», admitió Héctor Ortiz, referente de ATE en el sistema sanitario de la Ciudad de Buenos Aires y enfermero del hospital Durand.
En diálogo con Gestión Sindical, recordó que hay «alrededor de 36 fallecidos en el sector enfermería en CABA, además de un destrato institucional y falta de reconocimiento». Ortiz marcó que trabajaron estos 500 días de pandemia «con sueldos malísimos, que rondan los 45 a 65 mil pesos, es atroz». «La reflexión sólo nos deja angustia y bronca. Por eso seguimos reclamando por nuestros derechos, movilizándonos para sensibilizar a este Jefe de Gobierno que ha sido totalmente intransigente con los trabajadores de la salud», agregó.
Los datos sobre contagios y fallecidos en el sistema de salud son variados, y por la falta de un sistema centralizado varían según quién los tome. Se cree que en el primer año de la pandemia, fueron 472 los trabajadores sanitarios fallecidos por Covid-19.
Además, por las malas condiciones laborales, muchos dejaron sus puestos. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, según ATE, renunciaron unos mil enfermeros. «También tuvimos en este tiempo persecución contra quienes levantaron la cabeza para denunciar la falta de insumos y recursos. Hay un descuido, un maltrato al personal de salud que queremos que se termine», destacó Ortiz. Uno de los casos es el de la enfermera Adriana Dávila, del hospital Fernández, que hace ocho meses no cobra su salario por una sanción del gobierno porteño.
«La pandemia no terminó»
Desde el proceso de descentralización del sistema sanitario en 1983, las provincias son responsables de la salud, mientras que Nación interviene verticalmente, a partir de programas especiales. De hecho, hoy la cartera sanitaria sólo tiene dos hospitales a su cargo: el Posadas y el Sommer, hospital nacional de referencia contra la lepra. Por eso las diferencias entre las distintas jurisdicciones son muy marcadas, y en pandemia quedaron en evidencia.
Por eso, la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) renovó en este tiempo la necesidad de crear una «paritaria nacional de salud», que permita igualar las condiciones de salud. Ante la falta de respuesta, y por los muchos conflictos que hay en diversas provincias, la entidad llamó a una nueva jornada nacional de lucha, para el próximo jueves 12 de agosto.
En la provincia de Buenos Aires, además de plegarse a la medida de fuerza de la próxima semana, advierten que «la pandemia no terminó», y claman por mantener las medidas preventivas. «Vemos con preocupación cómo una vez más los sectores vinculados a las corporaciones siguen poniendo en discusión las medidas sanitarias y de cuidado que, a esta altura de la pandemia, son indiscutibles para proteger a la población frente a un virus que no da tregua», remarcaron desde el gremio CICOP, ante la situación que se vive.
Mediante un comunicado, el gremio bonaerense remarcó que «los equipos de salud venimos sosteniendo la atención de toda la población en una situación sanitaria inédita con una sobrecarga laboral de grandes proporciones». «Esta enorme tarea debe ser reconocida adecuadamente por el estado en todos sus niveles con salarios dignos y mejoras en las condiciones laborales y formas de contratación. Para eso es imperiosa la necesidad de que se destinen mayores recursos hacia el sistema público de salud que permitan mejorar sustancialmente los salarios, incorporar nuevos profesionales y poner en valor toda la infraestructura de hospitales y centros de salud», recalcaron desde la entidad.
Reclamos históricos
Además de las situaciones inéditas que trajo, la pandemia dejó al descubierto viejos conflictos en el sector salud, que se potenciaron por la crisis del coronavirus. Uno de ellos se da en la Ciudad de Buenos Aires por la falta de reconocimiento profesional de la enfermería, que en el 2018 quedó excluida de la ley aprobada en la legislatura porteña, lo que marcó el inicio de una larga lucha que se vienen intensificando.
«En estos más de 500 días de pandemia, todo el personal de salud y la enfermería en particular, hemos puesto todo al servicio del sostén de la salud pública, a pesar de tener que pelear por lo más básico desde un primer momento, como equipos de protección personal, o para los protocolos se diseñen escuchando a quienes estamos al frente de la lucha», subrayó Carolina Cáceres, enfermera del hospital Tornú y referente de la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), entidad que viene luchando por el reconocimiento del sector en CABA y en todo el país.
En dialogo con Gestión Sindical, Cáceres lamentó que en este tiempo han «sufrido el destrato de quienes gobiernan, y todo esto ha sido agotador y angustiante, sobre todo sin acceso a licencias y vacaciones».
La pelea de ALE por la inclusión en la carrera profesional de la enfermería incluyó una marcha en 2020 a la legislatura, que terminó con una violenta represión policial, lo que marcó uno de los puntos más oscuros de estos 500 días. «Somos fuertes, y hay una nueva generación, una enfermería empoderada, que se organiza y lucha», resaltó la referente.
En este sentido, afirmó que el sector «está haciendo historia, con la lucha callejera, movilizaciones impactantes como la marcha de antorchas, y con el proyecto de iniciativa popular para el que ya entregamos 10 mil de las 40 mil firmas que obligan a la Legislatura a tratar el reconocimiento profesional de la enfermería, para acabar con una discriminación histórica».
El balance de los trabajadores de la salud incluye una advertencia respecto de lo que puede suceder con una posible tercera ola, en especial si ingresa la variante Delta, nacida en India uy que todos los reportes afirman es más contagiosa.
Por eso las dudas laborales con el sector deben resolverse, antes que se profundicen. Porque en cada pico de contagios, quienes afrontan el estrés es el personal sanitario. «No vamos a permitir que nos usen en campaña, mientras nos precarizan con contratos temporales, con salarios miserables, con condiciones laborales que nos descuidan y sin reconocimiento profesional», alertó Cáceres.
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