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ATE va a elecciones con el fantasma de la ruptura en el horizonte

10. 07. 2015

Unos 250 mil estatales elegirán autoridades en septiembre, comicios marcados por el enfrentamiento entre el oficialismo y la Corriente Federal, cercanos al gobierno nacional. Desde el clasismo, que tendrá lista propia, denuncian intención de quebrar el sindicato.

Una cálida tarde de enero de 1925, un grupo de herreros, carpinteros, mecánicos, torneros, peones, electricistas, albañiles, y otros trabajadores se reunieron para formar un sindicato que defendiera sus derechos, en un mundo acostumbrado a pisotear a los obreros. Una asamblea eligió 19 delegados, que representarías a estos empleados que cumplían tareas en diversas áreas del gobierno, entre ellas la Dirección Nacional de Navegación y Puertos del Riachuelo. A propuesta de uno de los presentes, se votó su nombre: Asociación de Trabajadores del Estado. Así nació ATE, el gremio más importante de la administración pública, con presencia en todo el país, que este año enfrentará una de las elecciones más trascendentes de sus 90 años de vida.

La actual conducción, que responde a la línea de Pablo Micheli y la CTA Autónoma, buscará ratificar su hegemonía, pero enfrenta dos listas opositoras. Una, encabezada por dirigentes cercanos al gobierno nacional y fogoneada por la CTA de los Trabajadores, la otra, vinculada al clasismo y partidos de izquierda.

Los 250 afiliados en condiciones de votar elegirán autoridades a lo largo y ancho del país, y el duro enfrentamiento entre quienes fueron alguna vez fundadores de la CTA amenaza con quebrar el gremio. Así lo admiten los propios dirigentes de cada espacio, que en septiembre se verán las caras en las urnas.

Diversas miradas
Hasta el momento, las dos principales listas son la que encabeza Hugo “Cachorro” Godoy, actual secretario general de ATE, y la denominada Corriente Federal, un espacio constituido por diversas agrupaciones que luego de la fractura de la CTA se quedaron en el espacio que conduce Hugo Yasky. Como sucedió con la central, el enfrentamiento de los espacios tiene como eje la mirada del momento político actual, y su relación con el kirchnerismo.

“En ATE lo importante es que no se elige la conducción en un Congreso, sino que habrá 250 mil trabajadores que van a ir a las urnas, que eligen el cargo de la seccional más pequeña hasta el secretario general a nivel nacional. Para mí es un privilegio participar de un hecho democrático de esta envergadura”, explicó a Gestión Sindical el actual secretario general de ATE Buenos Aires Oscar de Isasi. El dirigente, que busca su reelección, admitió que en el gremio “hay un debate interno, si dejan votar a los afiliados, ellos lo van a resolver”.

Enfrente, la Corriente Federal agrupa a sectores incluidos en la CTA de los Trabajadores, y la lista presentada es fruto de un acuerdo de los espacios que representan Edgardo Depetris y Fernando “Nando” Acosta, quien será candidato a secretario general. “Queremos un ATE profundamente solidario, comprometido con los que menos tienen y más sufren”, afirma el documento fundacional del espacio, que se formalizó en un encuentro a fines del año pasado en Capital Federal. “La pérdida de protagonismo y prestigio de ATE ha llevado a la actual conducción a realizar acuerdos con el Partido Obrero, el PTS, y el MST, que siempre denunciaron y desprestigiaron a los que militamos en la lista verde, en todos los sectores del Estado”, remarcaron desde este espacio, que pide “refundar ATE”, ya que según su criterio hoy en el gremio “primen los intereses personales y de grupo de algunos dirigentes, las divisiones se multiplican y se asumen los peores métodos de la burocracia sindical”.

El enfrentamiento se viene profundizando desde que en 2010 la CTA fue por primera vez en su historia a elecciones, y terminó quebrada. La mirada sobre el kirchnerismo y el momento político fueron demasiado fuertes y no permitieron la unidad. Una situación que amenaza repetirse en ATE.

Peligro de quiebre

Los tironeos entre las partes terminaron haciendo que el Ministerio de Trabajo obligue a posponer las elecciones, que finalmente se harán en septiembre. Quienes vienen denunciando esta situación forman la tercera lista en disputa: la que encabeza Raquel Blas, de ATE Mendoza, y que representa a sectores clasista y partidos de izquierda. “Lo que está en juego es la partición de ATE, como sucedió en la CTA”, afirmó Romina del Pla, integrante de la Coordinadora Sindical Clasista que impulsa la lista de Blas. En diálogo con Gestión Sindical, la dirigente recordó que ese espacio “fue el principal impulsor de esta lista, la Bermellón”.

“El gobierno y la burocracia centroizquierdista están haciendo el mismo juego que llevó al quiebre a la CTA, están haciendo lo mismo en ATE. La conclusión de este proceso es que van a terminar dividiendo ATE como ya hicieron con la CTA”, advirtió Del Pla.

Para la dirigente, “el agrupamiento del clasismo es una oportunidad histórica para defender la existencia de un gran sindicato del Estado que supere la fragmentación. Está en juego el gran rol de ATE, que hoy está en una lógica de paros aislados y defensa de intereses propios”.

Desde el oficialismo defienden su postura, y alertan sobre la intervención del gobierno, a través de la lista Azul. “Hay es una intención del Ministerio de Trabajo de meterse en la vida interna de nuestra organización sindical, nos hicieron cambiar la fecha de las elecciones en una resolución que sacaron entre gallos y medianoche”, sostuvo De Isasi. Ante esto, el oficialismo convocó veedores internacionales “para garantizar que lo que vamos a expresar en las urnas no lo quiera birlar el Ministerio de Trabajo, para someternos a una organización sindical que ni el menemismo pudo subordinar a sus intereses”. El 2 de septiembre las urnas hablarán, y se abrirá un nuevo capítulo de esta historia.

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