No hay “revolución de los aviones”: Norwegian Air, low cost celebrada por el macrismo, al borde del cierre en Argentina y peligran 120 empleos
La tercera low cost más grande de Europa no logra levantar vuelo en Argentina. Después de meses de pérdidas operativas, una de las compañías favoritas del ministro Guillermo Dietrich anunció que la filial local analiza retirarse.
Norwegian Air, la tercera low cost más grande de Europa, es una de las empresas que comenzó a operar en el mercado aeronáutico argentino entre fines de 2017 y principios del año pasado, en el marco de la llamada revolución de los aviones. Al desembarcar en estas tierras, la empresa noruega, cuya llegada a la Argentina fue muy celebrada por la administración Cambiemos, se inscribió como Norwegian Air Argentina, una sociedad anónima que se armó con dos abogados como socios locales, y empezó a operar gracias a la concesión de 72 rutas locales y 80 internacionales.
Si bien se trata de una de las aerolíneas de bajo costo más pujantes del mundo, Norwegian Air está padeciendo el sabor amargo de operar en medio de la debacle económica argentina. Su desempeño en el país, que comenzó el año pasado de la mano de grandes anuncios oficiales, ha venido dando pérdidas por meses y por el momento, dicen sus CEOs, no ofrece signos de recuperación.
Ante el resultado negativo, el director financiero del grupo, Geir Kalsen, acaba de expresar ante la prensa europea que la filial argentina se ha puesto un plazo hasta agosto para revertir la situación y volverse rentable. «Si nuestro proyecto en Argentina no corresponde al plan, estamos preparados para retirarnos», dijo Kalsen.
Sin mercado interno
La empresa Norwegian Airlines aterrizó en Argentina de la mano de un acuerdo con el ministro de transporte Guillermo Dietrich. En abril del año pasado el ministro dio un discurso en el Senado lleno de elogios dirigidos a “la revolución de los aviones”. Así presentó el plan de Mauricio Macri para la aeronavegación. En ese momento celebró como ejemplo de empresa exitosa y modelo a seguir a Andes, la compañía que desde entonces redujo sus operaciones en un 40 por ciento, dio de baja frecuencias y devolvió rutas.
En total, emplea 120 trabajadores en el país que ven que su fuente de trabajo está en serio riesgo.
Entre las consecuencias de la revolución de los aviones, es decir, el fomento del ingreso al país de las low cost de la mano de negocios de funcionarios, incluido el propio Presidente, hay que enumerar la vista gorda sobre las irregularidades de, por ejemplo, FlyBondi, y las intenciones de vaciamiento de Aerolíneas Argentinas, que se vuelven evidentes por las constantes amenazas presidenciales de privatizar la aerolínea de bandera y el recorte de su presupuesto. A estos efectos de una revolución que nunca fue tal, también hay que sumar ahora el fracaso de un modelo de negocios que queda nuevamente al descubierto tras la posible huida del país de la empresa noruega.
Sangran por la herida qks, cada vez hay mejores oportunidades para los consumidores y menos curros para ustedes! #MM2019