23 de Noviembre
de 2024
Fuera de Megáfono.

En la CGT ya piensan que la reforma laboral se discutirá “gremio por gremio”

13. 12. 2017

La central obrera cree que en marzo el gobierno irá “con todo” para intentar aprobar el proyecto, por lo cual preparan una nueva estrategia. “Habrá que pensar no en una gran reforma sino en cambios por rubros y sectores”, admiten. Presión de la Corriente Federal para lograr un plan de lucha.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

La convocatoria a sesiones ordinarias convocadas por el presidente Mauricio Macri puso en alerta a la CGT, que hasta hace unos días esperaba que el tratamiento legislativo se estire hasta marzo. Si bien las especulaciones apuntan a que se logre la media sanción en Diputados este año, y se estire al que viene la llegada al Senado, la dirigencia comenzó a pensar una nueva estrategia, presionada por los sectores rebeldes que se movilizaron a fines de noviembre, y le piden al triunvirato un plan de lucha inmediato. Por eso, en estos días hubo encuentros para delinear una nueva estrategia. En la “mesa chica” de la central obrera hubo dos coincidencias fundamentales. Por un lado, evitar un apoyo público al proyecto acordado con el gobierno. Por otro, habilitar la discusión “gremio por gremio”, una forma de suavizar el impacto de los cambios.

Los integrantes del triunvirato y los dirigentes más cercanos a la conducción se reunieron al menos dos veces en estos días, ante las movilizaciones masivas contra la reforma laboral y previsional. La conformación de un espacio rebelde entre los sectores que rechazan el plan oficial obligó a la CGT a retomar la iniciativa, y no dejar que estos espacios se suban al centro del escenario. Por eso, piensan en una estrategia: dejar que la reforma se discuta en cada sector, en cada gremio. “Ya empezamos a pensar en que cada sindicato pelea en su rubro el impacto de la reforma, que haya una especia de ‘agenda abierta’ para introducir cambios en la ley general”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del último encuentro cegetista. En estas charlas, además de permitir acuerdos por rama, se adelantó que cada gremio llevará las negociaciones de acuerdo a sus necesidades, como sucede en algunos sectores donde la reforma ya se intenta aplicar. “Buscamos solucionar de manera particular problemas particulares. No se puede hacer una ley que conforme a todos, por eso esta alternativa”, agregó la misma fuente.

La nueva estrategia se formalizó luego de los cuestionamientos recibidos por el triunvirato y su “mesa chica”, en especial por sostener el proyecto de ley que llegó al Congreso, y podría ser tratado por los diputados. En cuanto al Senado, la postura del jefe de la bancada peronista Miguel Ángel Picheto no encontró eco en la dirigencia cegetista. El rionegrino le pidió a la central obrera que tenga una postura común sobre la reforma, y que los legisladores peronistas la acompañarían. Pero las diferencias entre quienes apoyan esta iniciativa (bajo la excusa de “el mal menor”) y quienes la combaten en las calles hoy son irreconciliables. Por eso, la CGT prefirió el silencio. “Está claro que avalamos el proyecto presentado, porque logramos sacarle las peores partes. Pero no vamos a hacer el trabajo de ellos, que tienen que negociar con el gobierno”, afirmaron en la sede de Azopardo. En las próximas horas, confirmaron las fuentes, se realizará la difusión de un documento donde se expongan los cambios logrados, y sí habrá duras críticas a la reforma previsional.

Esto aleja cada vez más las posturas de los grupos más radicalizados dentro de la CGT. El fin de semana, la Corriente Federal le envió una carta al consejo directivo de la central y le reclamó un plan de lucha. El espacio que lidera Sergio Palazzo (bancarios) reclamó convocar “en forma urgente la reanudación de la sesión del Comité Central Confederal, del pasado 4 de octubre, para que el consejo directivo informe sobre la ejecución de las directivas, en especial, que informe sobre el resultado de las negociaciones efectuadas con el gobierno nacional en relación a la reforma laboral y temas pendientes como el de nuestras obras sociales, entre otros”, pidió el espacio. “Considerando que el consejo directivo ha manifestado públicamente su rechazo a las reformas previsional y tributaria, es nuestro deseo mancomunar esfuerzos con el plan de acción que resuelva poner en marcha, para impedir que dichos proyectos se conviertan en ley, remarcó la Corriente Federal, que aseguró que para los gremios que la forman “las tres reformas perjudican los intereses de nuestros representados, los de los jubilados y pensionados y los del pueblo argentino en su conjunto”.

En tanto, en otros gremios están pensando en avanzar sobre los propios senadores que votaron la reforma previsional y que podrán acompañar las otras dos restantes. En el gremio de Camioneros, por ejemplo, hay bronca con algunos legisladores peronistas. Según pudo saber Gestión Sindical, muchos se quejaron de la votación a favor, incluso de legisladores cercanos al PJ. “Hay muchos que se dicen peronistas, se golpean el pecho, pero después avalan el robo a los jubilados. No podemos dejarlo pasar, hay que dejarlos a ellos y sus gobernadores en evidencia”, dijo uno de los dirigentes del gremio que comanda Hugo Moyano. Incluso, se habló de escrachar los datos de quienes voten con el oficialismo, porque “no ven que la clase trabajadora le dijo no a estos cambios”.

Por el momento, la tensión se mantiene en los causes normales, pero si el gobierno logra aprobar como pretende antes de fin de año ambas reformas –previsional y laboral –el movimiento sindical se verá obligado a hacer algo para intentar frenarlas. Y en ese camino se necesitan mutuamente. Aunque alguno puentes estén rotos.

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