Textiles, trabajadores de prensa y estatales, los que más salario real perdieron durante el macrismo
Según datos del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, estos tres sectores tuvieron una caída del poder adquisitivo de 35 por ciento o más desde 2015 a 2019. Además, el resto de los sectores tuvieron retrocesos durante estos cuatro años. Sólo los aceiteros lograron empatar la inflación, una excepción en medio del desplome. Según la entidad, la acumulación de pérdidas complica la discusión que se debe iniciar este año.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Las primeras medidas del gobierno de Alberto Fernández apuntaron, en líneas generales, a mejorar el poder de compra de los argentinos, en especial aquellos más golpeados por la crisis económica. Entre las medidas, se estudia dar un aumento a cuenta de la próxima paritaria para los trabajadores privados y estatales, que se negocia con empresarios y gremios en estas horas. Es que algunos sectores tuvieron acuerdos salariales muy por debajo de la inflación, que se estima cerrará cercana al 55 por ciento, y antes de negociar aumentos para el 2020 deben recomponer lo perdido el año anterior.
En este sentido, desde el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma difundieron datos de la caída salarial durante la gestión de Mauricio Macri, y alertaron que algunos sectores perdieron casi un 40 por ciento de salario real en esos cuatro años. El trabajo de la entidad pone en la cima de esta tabla a los trabajadores textiles, los de prensa y los estatales nacionales, que subieron al podio de los convenios más castigados.
En tiempos de macrismo, la mayoría de los sectores cerraron acuerdos por debajo de la inflación, y sólo los aceiteros, que acaban de firmar un bono record, lograron empatar la suba generalizada de precios. Además, el organismo recordó que en 2019 las negociaciones quedaron fracturadas por las cláusulas gatillo, que en muchos casos todavía deben aplicarse.
El informe del Observatorio del Derecho Social apunta a la caída de los salarios bajo convenio, desde el último trimestre de 2015 al mismo período del 2019, cuando Macri era presidente. La entidad usó datos oficiales, y comparó las subas acordadas ese tiempo con la inflación acumulada, y concluyó que salvo los aceiteros, ningún asalariado en el país le ganó a la suba generalizada de presión.
El trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical, destacó que los textiles fueron los que más perdieron, con una caída del 38,7 por ciento en estos cuatro años, seguidos por los trabajadores de prensa con un 35,9 por ciento y los estatales nacionales (convenio SINEP), con un 35 por ciento de retroceso. Por detrás, se encuentran los trabajadores de la televisión (26 por ciento), los metalúrgicos (22 por ciento), comercio (21,2 por ciento), alimentación (20,5 por ciento), docentes de la provincia de Buenos Aires (19,7 por ciento), maestranza (18,8 por ciento) y camioneros (18,7 por ciento).
Además, el observatorio de la CTA Autónoma midió la baja del salario mínimo, vital y móvil (27,1 por ciento) y las jubilaciones (20,4 por ciento). La caída es tan profunda que apenas un convenio tuvo una pérdida de menos de dos dígitos (mecánicos, con una baja del 5,2 por ciento), y un solo sector empató la inflación: aceiteros. El resto, todos por debajo de la suba del costo de vida.
El caso de los aceiteros no es aislado, y en los últimos años lograron acuerdos que estuvieron por encima de la meda general. El sindicato que lidera Daniel Yofra tiene una larga trayectoria en materia de lucha, en un sector de alta rentabilidad, que además se vio favorecido por las devaluaciones del peso. La última conquista del sector fue el pago de un “súper bono” de 52 mil pesos a pagarse en enero y febrero, que lo hará llegar sin deudas salariales a la discusión del 2020. Si bien desde el gremio no quisieron meterse en el resto de las discusiones, se mostraron convencidos que una de las claves de las mejoras es conocer la realidad de las empresas.
“Es más fácil cuando conocemos los números del sector, trabajamos mucho para eso, y sirve para pedir lo que creemos es justo”, le dijeron a Gestión Sindical fuentes del sindicato. Pocos sectores tienen este beneficio, que les permite participar en las ganancias, conociendo de primera mano los datos de la actividad. Para el resto de las ramas, estos cuatro años estuvieron más vinculadas a evitar la destrucción de los puestos laborales que a recuperar y mejorar los salarios.
“En un contexto así es difícil sentarse a negociar mejoras, pero es necesario que los gremios vayamos en ese canino”, agregaron desde el sindicato aceitero. Para eso, muchos deberán sumarle estas pérdidas acumuladas durante el macrismo. Así, si se suma lo perdido a la inflación de este año (50 por ciento como dato optimista), el reclamo cuando comience la discusión de este año puede tener cifras escandalosas.
Además, el observatorio de la CTA Autónoma analizó la negociación salarial de este año, que tuvieron serios problemas por el arrastre de la pérdida de los años anteriores. “El comienzo de la ronda salarial del año 2019 tuvo como centro la revisión de los aumentos negociados en 2018. En este sentido, a lo largo del primer trimestre se negociaron y, en algunos casos, se hicieron efectivos aumentos compensatorios de las paritarias del año 2018, por lo cual, las negociaciones correspondientes a 2019 se llevaron, en una gran cantidad de casos, a lo largo del segundo trimestre”, destacó el trabajo.
En la primera mitad del año, la mayoría de los aumentos “giran en torno al 30 por ciento y tienen pactadas revisiones para evaluar el impacto del índice de precios sobre los salarios”. En algunos casos, remarcó el observatorio, “se optó por negociaciones trimestrales para revisar este índice periódicamente e ir pactando aumentos según su comportamiento (construcción, mecánica y sanidad)”. “En cualquier caso y tal como viene sucediendo estos últimos años, es pronto para conocer los aumentos anuales finales y evaluar el impacto de los mismos sobre los salarios, pero lo que sí vale destacar es el sostenimiento de la negociación colectiva salarial como herramienta de resistencia frente al ajuste sobre el trabajo”, agregó.
En el marco, las perspectivas no son buenas para la discusión que se inicia en estos meses, en un contexto que se espera sea todavía recesivo, por lo menos en la primera mitad del año. “El salario promedio no logrará ganarle a la inflación y estiman que con los actuales controles cambiarios apuntan a una política monetaria un poco más expansiva, pero no lo suficiente para impulsar la economía en el corto plazo”, destacó un reciente análisis de la consultora Ecolatina.
La consultora considera que el PBI promediará en 2020 su tercer año consecutivo de caída, “aunque si se aleja el fantasma del default, podría empezar a recuperarse en el segundo semestre y concluir el año con valores positivos”, mencionaron en un comunicado. Respecto a la Industria, para Ecolatina luego de dos años consecutivos de contracción, el sector podría concluir el 2020 con una reactivación. “Por un lado, al igual que ocurrió en 2019, las ramas industriales vinculadas al sector agrícola lograrían mantenerse en expansión gracias a la buena performance que tendría el campo. Entre ellas: agroquímicos; molienda y panificados”, destacó el trabajo.
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