SOMU: marcha y acampe en la embajada de Venezuela por los despidos en Fluvialba
Desde el sindicato hablan de una maniobra de «vaciamiento sistemático» por parte de la accionista mayoritaria de la empresa PDVSA, petrolera estatal del país bolivariano.
El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), junto con el Centro de Patrones, realizó una marcha hacia la Embajada de Venezuela por los 50 despidos en Fluvialba, accionista mayoritaria de la empresa PDVSA, petrolera estatal de Venezuela.
Desde el gremio hablan de una medida «arbitraria y abusiva», denuncian diferentes tipos de incumplimientos y salarios impagos desde hace más de dos años y aseguran que todo se trata de una maniobra de «vaciamiento sistemático».
La movilización se concretó en el mediodía de este jueves y los representantes del SOMU cortaron en forma pacífica ambas manos de la avenida Luis María Campos, a la altura de la Embajada de Venezuela.
Mientras tanto, una delegación entregó un petitorio solicitando la pronta intervención de la representación diplomática en este conflicto.
Pero ante la falta de respuestas al conflicto, la asamblea de trabajadores que se realizó en ese mismo momento resolvió hacer un acampe durante toda la noche.
Así fue que este viernes continuaban todavía con la protesta en el mismo lugar. Incluso durante la jornada se sumaron más compañeros.
También se decidió continuar con el corte de la avenida, en espera de la respuesta oficial requerida tanto por el sindicato como por los trabajadores despedidos por Fluvialba.
El testimonio de los trabajadores afectados
En diálogo con la radio online El Provincial, Cristian Cardozo, representante de la seccional Rosario del SOMU, contó que «en una oportunidad nos reunimos con Carlos Corredor, el gerente de la compañía, y nos dijo que no era prioridad pagarle lo que debían a los trabajadores».
Además, señaló que les expresó que «preferían pagarles a los proveedores primero». Y añadió que «antes de que termine la reunión le estaban llegando los telegramas de despido a los compañeros».
Por eso concluyó que «Fluvialba es una empresa venezolana que no respeta las leyes laborales argentinas ni a los trabajadores argentinos».
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Por su parte, el capitán fluvial Alberto Vigano (del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo) apuntó que «estamos de lucha, en pie de batalla, para poder recuperar nuestros sueldos adeudados».
En ese sentido remarcó que «vengo a defender mis derechos y poder combatir a esta gente, que nos tiene sin piedad a los trabajadores, humillándonos».
También pidió «el acompañamiento de toda la gente, porque esto recién empieza». Y advirtió que «además, con la llegada de los telegramas, ahora comenzaremos con la batalla legal».
Por último, reflexionó: «Ellos son extranjeros y quieren hacer lo que no se puede y lo que ninguna empresa argentina haría a sus trabajadores».
La versión de la empresa y la postura del SOMU
El conflicto en la empresa comenzó prácticamente con el inicio de la pandemia del Covid-19. Desde entonces los trabajadores padecen los conflictos que, a su vez, en la firma dicen que son una consecuencia de la situación política y económica de Venezuela.
Así se llegó al 10 de febrero pasado, cuando se produjeron los despidos. Y desde la empresa remarcaron que, debido al bloqueo de EE.UU., la empresa tenía que priorizar los pagos hacia sus proveedores.
Por ese motivo reconocieron que los trabajadores quedaban en un segundo plano, y pidieron «una prórroga de 90 días» para volver a evaluar la situación.
Mientras tanto, desde el SOMU evalúan que «la situación es el desenlace de un vaciamiento sistemático por parte de algunos funcionarios de Fluvialba y PDVSA», y aseguran que «no se va a permitir que los trabajadores paguen los platos rotos».
Además, enfatizan que «en nuestro país los trabajadores tienen derechos, y no solo los vamos a defender sino que los haremos cumplir con todo el peso de la Ley».
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