En una semana de presencialidad sin distanciamiento, debieron aislarse más de 15 mil alumnos porteños
Lo denuncia un relevamiento del gremio UTE. Además, 1.500 docentes tuvieron que aislarse por la misma situación.
Desde la semana pasada, se inició en la Ciudad de Buenos Aires una nueva etapa de la presencialidad en las escuelas, que dejaron de usar las llamadas burbujas, y comenzaron a tener clases sin distanciamiento social. La medida, afirmó el gremio UTE, generó que más de 15 alumnos deban ser aislados en los primeros días de esta etapa.
«A cinco días del comienzo de la última etapa de la presencialidad plena impuesta por el gobierno de CABA, la realidad que atraviesan las comunidades educativas se vuelve cada vez más visible por sobre el ocultamiento y el marketing electoral», denunció el sindicato.
En concreto, la UTE afirmó que «desde la eliminación del protocolo del distanciamiento social en todo el sistema educativo se debieron cerrar más de mil burbujas, lo que representa alrededor 1.500 docentes y más de 15 mil chicos y chicas de las escuelas de la Ciudad que debieron ser aislados en sus hogares y, en muchos casos ser sometidos a hisopados».
Más presencialidad
La denuncia se da en momentos que la Ciudad de Buenos Aires y todo el país se prepara para dar un nuevo paso hacia la nueva normalidad educativa. En este marco, a partir del próximo 1° de septiembre las escuelas podrán recuperar la presencialidad plena en las aulas, tras la aprobación la semana pasada en el marco del Consejo Federal de Educación del nuevo protocolo sanitario que, en rigor, se centra en la reducción a 90 centímetros del espacio entre los alumnos, uso obligatorio de barbijos, ventilación y otras medidas de cuidado.
UTE INICIA SEMANA DE PROTESTAS CONTRA LA PRESENCIALIDAD SIN DISTANCIAMIENTO EN ESCUELAS
El cambio en los protocolos -que elimina el sistema bimodal de virtualidad y presencialidad actual-, responde al mejoramiento de los indicadores sanitarios, el avance de la vacunación y el cambio de las condiciones climáticas. Además también de la presión política y social previa a las PASO del 12 de septiembre.
Desde UTE mostraron su preocupación por esta situación. «A la eliminación del distanciamiento se le suma la falta de materiales de bioseguridad y medidores de dióxido de carbono para poder adecuar los niveles de presencialidad a la situación real de cada aula», afirmaron.
Por eso, e exigió «materiales de seguridad, medidores de dióxido de carbono, vacunación para los menores y, fundamentalmente, el respeto del distanciamiento social recomendado por todos los especialistas para sostener una presencialidad responsable».
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