24 de Abril
de 2024
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Se destruirán los vagones del subte que los metrodelegados denuncian contienen asbesto

09. 10. 2018

Lo informó la empresa SBASE, luego de varios pedidos por parte de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP). Son de la flota CAF 5000, comprados a España en el 2011 y que fueron denunciados por el gremio en febrero de este año. Los trabajadores advierten que todavía quedan otras formaciones comprometidas con la sustancia, que se incluyó en la lista de cancerígenas.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

A principios de este año, los metrodelegados denunciaron que en varias formaciones del subte se detectó la presencia de asbesto, una sustancia cancerígena prohibida en el país y varios países del mundo. El gremio determinó que varios vagones comprados al metro de Madrid en 2011 contenían partes con ese material, a partir de una investigación de la televisión española. Ante esto, la dirigencia reclamó que se retiren los coches involucrados, que en su mayoría prestan servicio en la Línea B. Luego de minimizar la situación, finalmente la empresa SBASE admitió la presencia del material en las formaciones, e informó que se inició un proceso de retiro y destrucción de los vagones involucrados.

La noticia fue recibida con prudencia por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), que mostró satisfacción por el paso dado pero alertó que existen varios vagones más que están involucrados en su denuncia, e insisten en que deben ser sacados de circulación. El asbesto en el mundo causa unas 100 muertes relacionadas a cáncer de pulmón y otras enfermedades, y en el país está prohibida desde el 2000, por una resolución del Ministerio de Salud nacional. Un informe afirma que en dos décadas las muertes atribuidas al asbesto se triplicaron en el país, que podrían ser más ya que existe un sub-registro en las estadísticas oficiales.

La empresa SBASE finalmente admitió la presencia en asbesto en los trenes comprados en 2011 a España, y confirmó su destrucción. Así lo dijo el presidente de la firma, Eduardo de Montmollin, en una entrevista con el portal EnelSubte.com. “Estamos retirándolos de la B los vagones los CAF 5000 para llevarlos a Magaldi. Hemos contratado, con intervención de la Agencia de Protección Ambiental, a una empresa autorizada para que hagan la disposición final de los componentes con amianto. A los coches se los chatarreará”, confirmó De Montmollin.

Esos coches no son usados para el servicio, ya que los metrodelegados no dejan que salgan de los talleres. Según pudo saber Gestión Sindical, las formaciones están actualmente en el taller Rancagua, de Chacarita, y las tareas de remoción al taller Magaldi (Barracas) comenzarán el martes 16, y se estima que se completarán el miércoles 17. De esta forma, por primera vez la empresa admite la presencia del material cancerígeno, y luego de varios meses de lucha se inicia el proceso de eliminación.

Pero los metrodelegados afirman que no son las únicas formaciones que están contaminadas. Según le explicó a Gestión Sindical el secretario de Salud Laboral de la AGTSyP Francisco Ledesma, todavía existen muchas formaciones que fueron apuntadas por la presencia del material. “Van a retirar la flota CAF 5000, que denunciamos en febrero de este año, pero no son las únicas. Nosotros descubrimos asbesto en la flota Mitsubishui, la otra flota que circula en la Línea B”.

Además, el dirigente sindical remarcó también has sospechas “en la flota Nagoya que circula en la Línea C. “La flota GEE-CAF, que circula en la Línea E, también contiene asbesto”, dijo Ledesma. Estas denuncias fueron comprobadas por un estudio realizado por el departamento de Geología de la Universidad Nacional del Sur, que determinó que “hay contaminación en las formaciones Nagoya 300 de la Línea C, en las formaciones Mitsubishi de la B y también en vagones CAF-GEE de la línea E”.

El equipo encabezado por Leticia Lescano, docente e investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, detectó además “asbesto en tableros eléctricos, recubrimientos de caños, fibrocemento y apagachispas”. Por eso, el gremio del subte promete sostener la pelea: la vida no se negocia, se lucha y se defiende”.

Bajo la denominación de asbesto (o amianto) se engloba un conjunto de compuestos minerales, químicamente emparentados entre sí (silicatos hidratados de calcio, sodio, hierro o magnesio), que están presentes en la naturaleza y poseen ciertos atributos que los hacen deseables como insumos en muchas ramas de la industria. Según un trabajo realizado por la Fundación Soberanía Sanitaria, “el asbesto ha sido incluido en el grupo de sustancias o compuestos probadamente cancerígenos para el hombre (IA) de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de las Naciones Unidas (IARC)”.

“La contaminación al ambiente por parte del asbesto se produce por la presencia de fibras de este material sólido en el aire. Resulta peligroso para la salud si es inhalado, vía de entrada que está facilitada por el bajo peso de las fibras, que son huecas y flotan en el aire, e incluso pueden ser desplazadas a través de él por varios centenares de metros. La asociación entre la inhalación de fibras de asbesto y cáncer se conoce desde la década del 50, aunque ya para fines del siglo XIX el vínculo con enfermedades pulmonares era sabido”, analizó el estudio, al que tuvo acceso Gestión Sindical.

Desde que se denunció por parte de los metrodelegados la presencia del asbesto en los subtes, la pelea para que se retiren de circulación, por ser peligrosos para los trabajadores y el público, enfrentó a la empresa con el sindicato.

Ahora, queda en evidencia que la compra de esos vagones (que costaron en 2011 unos 4 millones de euros, a través de una compra directa sin licitación), fue un error. El informe de Soberanía Sanitaria remarca que en el mundo “hay unos 125 millones de personas expuestas al asbesto en el lugar de trabajo. Según los cálculos más recientes de la
OMS, la exposición laboral causa más de 107 mil muertes anuales por cáncer de pulmón relacionado con el asbesto, mesotelioma y asbestosis”.

En el país, las estadísticas afirman que entre 1980 y 2013, se identificaron 3.259 defunciones por mesotelioma en Argentina. “En 1980 se identificaron 64 defunciones, en tanto que, en 2013, este número se triplicó llegando a 177”, sostuvo esta entidad. “Se puede concluir que la mortalidad por mesotelioma viene aumentando desde hace al menos 36 años, ubicando a la exposición al asbesto como un relevante problema de salud pública.”, concluyó Soberanía Sanitaria.

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