03 de Diciembre
de 2024
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Scioli promete a los gremios control total de obras sociales

27. 09. 2015

El gobernador bonaerense les hizo llegar el compromiso a los dirigentes de la mesa chica de la CGT oficialista junto a otros beneficios destinados a sindicalistas más díscolos, que aceptaron acompañarlo esta semana en el relanzamiento de su postulación, como varios del transporte que se oponen a Cristina de Kirchner.

Daniel Scioli terminó de encolumnar detrás de su candidatura a la mayor parte del sindicalismo peronista con una promesa clave: devolverles el control de las obras sociales y de la distribución de recursos entre esas organizaciones. El gobernador bonaerense les hizo llegar el compromiso a los dirigentes de la mesa chica de la CGT oficialista junto a otros beneficios destinados a sindicalistas más díscolos, que aceptaron acompañarlo esta semana en el relanzamiento de su postulación, como varios del transporte que se oponen a Cristina de Kirchner.

La última concesión a los gremios fue decisiva. En caso de ganar las elecciones, durante su mandato, Scioli les aseguró que manejarán la estratégica Superintendencia de Servicios de Salud, el organismo a cargo del control de las obras sociales sindicales y las prepagas, y a través del cual este año se habrán distribuido al menos 7 mil millones de pesos. Se trata de un área que en los 90 tuvieron a su cargo los sindicalistas y también entre 2003 y 2011, a través de funcionarios afines, hasta que Cristina de Kirchner decidió recolonizar y poner en cabeza de una legisladora de su plena confianza, la patagónica Liliana Korenfeld.

En la Mesa Sindical que respalda a Scioli las miradas apuntan a José Luis Lingeri, jefe del gremio de Obras Sanitarias y mandamás de AySA, encargado de todas las negociaciones con el Gobierno ligadas a los recursos del denominado «sistema solidario de salud». Lingeri ya había encabezado en los 90 la entonces Administración Nacional del Seguro de Salud (ANSSAL), primero, y luego, desde 1997, la Superintendencia. En este caso se prevé que el dirigente, que conoce como nadie el sofisticado esquema de subsidios y reintegros entre el Estado y las obras sociales, podrá sugerir a un técnico de confianza de los gremialistas.

La actual Superintendencia de Salud así como la ex Administración de Programas Especiales (APE) fueron vértices centrales de la relación pendular que mantuvieron los dirigentes de la CGT con las administraciones de Néstor y Cristina de Kirchner. Poco después de asumir, Néstor Kirchner puso al frente de los organismos a abogados de confianza de Hugo Moyano. Cuando la relación con el camionero se rompió, el Ejecutivo se recostó en una etapa en técnicos recomendados por Lingeri hasta recalar en Korenfeld.

Al menos en el terreno de las promesas Scioli fue quien más trabajó en los últimos meses con el sindicalismo tradicional. Integró a Antonio Caló a su equipo de campaña y lo habilitó a anticipar una eventual reforma de Ganancias en caso de un triunfo electoral. También aseguró la continuidad de los pilares del poder de los actuales jefes gremiales por vía de las paritarias salariales y del modelo de representación monopólica.

Pero también el presidenciable del Frente para la Victoria operó en el último tiempo sobre los más díscolos, de manera casi artesanal. La presencia en el acto de relanzamiento de su campaña el lunes en el teatro Ópera de Roberto Fernández, titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA, colectiveros) y protagonista de los últimos paros contundentes contra el Gobierno, no fue casual: la gestionaron el jefe de Gabinete del bonaerense, Alberto Pérez, y su ministro de Trabajo, Oscar Cuartango. Con este último, Fernández mantiene una relación impecable desde hace años. En tanto que Pérez, en conversaciones privadas, le aseguró al gremialista que Scioli cumplirá con reclamos adeudados por el Gobierno nacional, como dotar de recursos extra a la UTA para la capacitación de los choferes.Entre esos ítems figura la entrega al sindicato, demorada por años, de un centro en la Capital Federal para la enseñanza de los colectiveros. Otro que estuvo a punto de ir al acto, pero no lo hizo por inconvenientes fue Omar Maturano, de los maquinistas de trenes de La Fraternidad. Aunque jura que se mantendrá prescindente, sus aliados dentro de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) dan por hecho que terminará por ser otro apoyo para Scioli.

Fuente: Ámbito Financiero

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