Reforma laboral: Sturzenegger admitió que el objetivo central es terminar con los sindicatos
Federico Sturzenegger, insaciable: planea otros 29.000 despidos.
En Europa y ante un auditorio amigable, el ministro defendió la reforma laboral y sostuvo que sin sindicatos habría sueldos más altos.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, fue una vez más a fondo contra el sindicalismo, al confirmar que el objetivo central de la reforma laboral que impulsa el Gobierno es, lisa y llanamente, «desarticular la estructura de los gremios». Sus dichos, realizados en el marco de una visita a España, no dejan lugar a dudas sobre la ofensiva gubernamental contra el poder que tiene, sobre todo, la CGT.
El funcionario tuvo un auditorio muy permeable a su discurso anti sindical: habló en el
Encuentro Empresarial organizado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la embajada argentina en España, con unos 200 invitados entre empresarios, emprendedores argentinos radicados en el país ibérico, diplomáticos y simpatizantes de La Libertad Avanza sobre todo.
Salarios de Milán y Sicilia
En ese escenario amigable, Sturzenegger comenzó a referirse a las supuestas bondades del proyecto de reforma laboral. Por ejemplo, argumentó que las negociaciones salariales por convenio colectivo son ineficientes, aunque, lejos de la realidad argentina, usó ciudades europeas para trazar supuestos paralelismos.
Por ejemplo, dijo que no se pueden fijar «salarios con ciertas condiciones en Milán, pero que eso después no funciona en Sicilia«. Para la administración libertaria, una «federalización de las negociaciones colectivas», como dijo Sturzenegger, es crucial para quitarles poder a los grandes sindicatos.
Por otro lado, el ministro insistió en reflotar la eliminación o limitación de los aportes salariales a los sindicatos. Desde LLA dicen que eso va a estar en el texto definitivo. El funcionario habló de «peajes» que encarecen el costo laboral y reducen el salario neto de los trabajadores, dando por seguro que si se eliminaran esos aportes, los empleadores pagarían sueldos más altos y no se quedarían con la diferencia.
Reforma laboral: el plan de la CGT
Las declaraciones encontraron una respuesta inmediata en la calle Azopardo. Gerardo Martínez, líder de la UOCRA y cerebro articulador dentro de la CGT, negó que existan avances en consensos sobre un borrador de reforma laboral y fue tajante: «Si es para retroceder, no vamos a negociar».
Hace tres semanas, en una carta pública, Martínez había señalado que las modificaciones a los regímenes laborales que el Gobierno empezó a difundir en el reciente Coloquio de IDEA «no son más que el intento de volver a instalar la normativa del Decreto 70/23» en su capítulo laboral “que fuera oportunamente rechazado por la CGT y judicializado con éxito por nuestra central sindical”.
Como cara de la central -todavía- en las reuniones del Consejo de Mayo, órgano que, según dejó saber, podría abandonar si se vuelve insostenible la falta de consenso, expresó su visión y anticipó que el principal colectivo gremial no va a aceptar cambios inspirados en el DNU 70/23.
Otros referentes sindicales apuntaron directamente a la falta de conocimiento del ministro sobre qué pasa con las jornadas laborales y el funcionamiento de los sindicatos.
Desde la CGT, según le consta a Gestión Sindical, se advirtió que no son la «máquina de impedir», pero si el Gobierno «cierra la puerta» al diálogo y avanza con un proyecto que socave derechos, el movimiento obrero «reaccionará» con «acciones contundentes».
La posibilidad de un nuevo plan de lucha y movilizaciones masivas, junto con la de realizar una serie de presentaciones judiciales, es cada vez más concreta, aunque por ahora espera por la aparición del texto definitivo del proyecto del Ejecutivo.
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