Las pymes siguen en caída libre: a fin de año habría 60.000 menos, y ya se perdieron 70.000 empleos.
Una investigación de Industriales Pymes Argentinos mostró que la situación se agrava constantemente desde la asunción de Javier Milei.
El sector industrial es sin dudas uno de los más afectados por la política de Javier Milei. Y las pymes son las que peor la están pasando, viviendo una crisis que no tiene fin. Así, desde 2024 ya cerraron 30.000 y se perdieron 70.000 empleos. La apertura desmedida de importaciones le dio el golpe de gracia al sector.
Además, los industriales advierten que en los cinco meses que quedan hasta fin de año podrían cerrar otras 30.000 pequeñas empresas, lo que da un promedio de 6.000 cierres por mes.
La apertura importadora, la falta de crédito y la caída del consumo son los principales factores que han producido suspensiones de trabajadores, reducción de jornadas laborales y, desde ya, una gran pérdida del poder adquisitivo.
Todos los datos surgen de un informe del Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos), y del análisis de los principales referentes del sector manufacturero. Por ejemplo, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappalini, aseguró que desde marzo se pierden entre 1.000 y 1.500 empleos industriales por mes.
Las pymes tampoco logran financiamiento
Daniel Rosato, presidente de IPA, fue categórico: “Hay sectores que están atravesando una crisis severa por la caída del mercado interno. El ingreso masivo de productos importados que reemplazan a los nacionales significa despidos, suspensiones y cierres. Esto se va a intensificar y va a ir in crescendo”.

La situación de las pymes es desesperante, porque a la competencia desleal de productos extranjeros se suma la imposibilidad de financiarse, ya que las tasas de interés llegan hasta el 70% anual. “Las empresas no pueden acceder a créditos ni cubrir gastos corrientes. Para los bancos, las pymes ya no son sujetos de crédito”, explicó Rosato.
Esa falta de acceso al financiamiento se traduce directamente en recortes: reducción de turnos, menos horas de trabajo y achicamiento de planteles. “El ajuste dentro de una pyme se da en todos los niveles y siempre termina afectando al trabajador. Se cobra menos, se trabaja menos y se compra menos”, advirtió.
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Desde la asunción de Milei, toda la industria nacional entró en crisis. Incluso sectores que parecían blindados, como energía, petróleo y minería, están reduciendo su demanda a proveedores nacionales. “Ya traen todo de afuera, hasta componentes básicos. Las fábricas locales quedaron fuera de juego”, sostuvo el titular de IPA.
Esto no solo golpea a los industriales, claro está, sino que amenaza con dejar sin trabajo a cientos de miles de operarios. “La economía real que vivimos los que producimos está en crisis. Y cuando la vean reflejada en las estadísticas, para muchas fábricas será tarde”, agregó Rosato.
“Se destruyen más empleos de los que se crean”
En este contexto es que el análisis del Observatorio IPA dejó en claro que, de no haber un cambio de rumbo en el segundo semestre del año, podrían cerrar otras 30.000 pymes industriales en lo que resta de 2025. Y con ellas se destruirían hasta 300.000 puestos de trabajo en total.
Los sectores más afectados ya muestran señales de colapso: textil, calzado, autopartes, metalurgia, bienes de capital, papeleras, fabricantes de herramientas y envases. “Todos los envases vienen importados. Ya no se produce ni eso”, describió Rosato.
Frente a este escenario, muchas pymes optaron por reconvertirse en importadoras para sobrevivir. Pero eso implicó también despedir buena parte del personal y abandonar la producción nacional, una tendencia que desarticula la matriz industrial del país.
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La situación exige medidas urgentes. Desde IPA enumeran las claves para revertir el colapso: bajar las tasas de interés, mejorar la competitividad, reducir la presión impositiva, revisar la política de importaciones y resolver el problema del costo energético y laboral, incluyendo el impacto de los juicios laborales.
“Hoy se destruyen más empleos de los que se crean. Y el impacto se ve con fuerza en la industria, la construcción y el empleo público. La señal que esperamos aún no llegó”, concluyó Rosato.




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