Por el deterioro del mercado laboral, aumentaron en los últimos meses las prácticas antisindicales
Detención de dirigentes, represión, discriminación sindical y restricciones al derecho de huelga fueron detectados en el tercer trimestre del año por el Observatorio del Derecho Social. “Hoy la actividad sindical está siendo atacada”, dijo José Peralta, de la CTA Autónoma. Detalles de los casos más graves de esta tendencia. La dirigencia asegura que mientras crezca “la ideología patronal”, aumentará “la resistencia de los trabajadores”.
La represión a colectiveros en La Plata, que dejó el saldo de varios heridos y detenidos, es el último caso de una escalada de acciones contra trabajadores, que en diversas situaciones reclaman por derechos cercenados. Este año, el accionar de las fuerzas de seguridad respecto a las protestas sindicales cambió, y hay imágenes que así lo demuestran, desde el desalojo de empleados de Cresta Roja de la Autopista frente al Aeropuerto de Ezeiza hasta el ataque a trabajadores del Ingenio El Tabacal, en Salta, donde se utilizaron balas de plomo. Esta es sólo una cara de una nueva era, marcada por las acciones antisindicales. Esto concluye un informe que analizó accionas en el tercer trimestre del año, y que asegura que este tipo de eventos aumentaron notablemente. Además de la represión, muchos dirigentes fueron detenidos durante protestas, y se le iniciaron causas penales, como sucedió en Río Negro con integrantes de ATE. Este clima, que incluye leyes que lesionan el derecho a huelga, genera preocupación en los gremios, que reclaman seguridad para realizar sus tareas. “Hoy la actividad sindical está siendo atacada”, dicen desde la CTA.
El trabajo del Observatorio del Derecho Social, espacio de estudio de la CTA Autónoma, alerta sobre el aumento de las prácticas antisindicales durante julio, agosto y septiembre de este año, que incluye represión de las acciones gremiales, criminalización de la protesta y despidos de activistas y delegados. Para la entidad, estas son “prácticas que buscan controlar y limitar el poder de fuego de las organizaciones obreras”. “Muchas de estas prácticas violan incluso derechos adquiridos por los trabajadores y reconocidos en la normativa vigente nacional e internacional”, agrega el informe, al que tuvo acceso Gestión Sindical.
La razón de este recrudecimiento del accionar contra la actividad gremial se explica, según el observatorio, por el “deterioro del mercado laboral”. “Las características del ajuste que vivimos actualmente y la necesidad por parte del poder económico y político de cargar los costos de la crisis sobre los trabajadores, nos hace suponer que estas prácticas estarían profundizándose en la etapa actual”, remarcó el trabajo, elaborado por el equipo integrado por Silvina Benevento, Julia Campos, Luis Campos, Mariana Campos y Jimena Frankel.
“Hoy la actividad sindical está siendo atacada, totalmente, eso lo vemos en lo cotidiano, ya sea en los fallos judiciales o en las políticas que se imponen”, afirmó José “Pepe” Peralta, titular de la CTA Autónoma de Capital Federal. Consultado por Gestión Sindical, el dirigente remarcó que esta tendencia “se venía dando en los últimos años, pero hoy se produzco un combo que hace que la relación sea mucho más antisindical, porque hay consenso para que pase”.
Los datos del informe incluyen “al menos 15 detenciones de dirigentes y activistas en el marco de protestas gremiales”, que dejaron como consecuencia que trabajadores estatales, de prensa, del transporte y de la industria del azúcar “denunciados penalmente por su participación en actividades sindicales”. En cuanto a la represión, en el trimestre analizado se registraron “al menos 6 oportunidades donde la policía o la gendarmería arremetió contra manifestantes con gases y balas de goma”. Se registraron además 4 situaciones en las cuales grupos anónimos irrumpieron en reuniones o locales sindicales”, como fue el caso del desalojo violento de la redacción del diario cooperativo Tiempo Argentino o los ataques en asambleas del Sindicato de la Carne y la Unión Ferroviaria.
En cuanto a las restricciones a la huelga, esta adoptó “diversas modalidades, desde la confección de listas negras, el dictado de leyes y resoluciones, hasta la multa a trabajadores y sindicatos”. También se registraron 13 situaciones de despidos discriminatorios de las cuales cinco refirieron a varios trabajadores. “En tres casos las empresas se negaron a reinstalar delegados o activistas aún cuando mediaba orden judicial. Además, en al menos cinco ocasiones se produjo el desafuero o intento del mismo por parte de la patronal”, explicó el observatorio. Los casos se dieron tanto en el sector privado como en el público.
“Continuamente pasa esto en el país, lo que sucede es que en otras épocas hay menos consenso, entonces pasa menos. Pero en estos tiempos, con la pérdida de puestos de trabajo y las políticas que dan más autoridades a las patronales, se hace un combo que la ideología patronal de siempre avance, y se refleje mucho más en lo cotidiano”, analizó Peralta. Además, el dirigente porteño cree que en el futuro esta situación “se va a profundizar”, porque como vienen las cosas “se agudiza más la problemática”. Peralta aclaró que esto lleva “a que se agudice la resistencia de los trabajadores, con políticas más generales, no aisladas, por eso apostamos a la unidad en la acción, porque no alcanza con las peleas sectoriales. Hay una política en marcha que hay que resistir y en la medida que se pueda modificar”, confluyó Peralta.
Por otra parte, el observatorio analizó el marco general del mercado laboral, que en estos meses presentó “un fuerte deterioro”, situación que se manifestó “en una caída de los puestos de trabajo, un aumento de las suspensiones y una retracción del salario real”. “La última información disponible corresponde al mes de julio. En dicho mes, el SIPA informó que la cantidad de trabajadores registrados del sector privado disminuyó en 89.562 casos en comparación con el mismo mes de 2015. Si esta comparación se realiza contra noviembre de 2015 (punto más alto de la serie), la caída se incrementa a 134.093”, remarcó el trabajo. En cuanto al salario real, en el sector privado también se retrajo significativamente, “cayendo en términos interanuales un 10,5 por ciento en julio de 2016”.
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