Poco entusiasmo de las entidades de enfermería sobre el plan de promoción para la profesión
Gremios que representan a este personal analizaron la iniciativa anunciada por el presidente Alberto Fernández que, entre otras cosas, busca fundar el llamado “Programa Nacional de Formación de Enfermería”. Según la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), la iniciativa “no contempla ninguno de los elementos prioritarios”.
El viernes pasado, el presidente Alberto Fernández presentó en un acto un proyecto para intentar “jerarquizar” la enfermería. “Los enfermeros no son empleados administrativos”, dijo el mandatario en la presentación de la propuesta, que tuvo lugar en el el Museo del Bicentenario de Casa Rosada.
La iniciativa del Gobierno nacional, en plena pandemia, busca crear un programa que fomente la profesión, y mantenga la formación de los futuros integrantes del sector. En este sentido, Alberto Fernández hizo referencia a la necesidad de “establecer los mecanismos necesarios para favorecer su formación continua y de calidad, e incrementar la cantidad de trabajadores según las necesidades de cada provincia”.
La propuesta llega en momentos donde los trabajadores del sector reclaman mejoras condiciones laborales y salariales, ya que tuvieron al frente de la batalla contra el Covid-19, y en muchos lugares, como la Ciudad de Buenos Aires, ni siquiera son parte del plantel profesional de salud. Las primeras reacciones no fueron del todo favorables, y una de las entidades más importantes del país la criticó directamente.
“No contempla ninguno de los elementos prioritarios”, dijeron desde la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), que en este tiempo se movilizaron reiteradas veces para pedir cambios en la situación laboral del rubro. Además, desde ATE analizaron la propuesta, en momentos que denuncian renuncias masivas de enfermeros y enfermeras por las malas condiciones que deben afrontar, en especial en la Capital Federal.
El proyecto de ley presentado por el presidente Alberto Fernández crea el denominado “Programa Nacional de Formación de Enfermería”, un instrumento que estará en la órbita del Ministerio de Educación nacional. Según el proyecto, se promoverá “el acompañamiento en la profesionalización de los auxiliares de enfermería que actualmente integran el sistema de salud, tanto público como privado, para que validen sus conocimientos y puedan acceder a tecnicaturas y licenciaturas”.
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También, contempla el otorgamiento de incentivos y aportes económicos a la formación mediante becas y la provisión de instrumentos y equipamiento para la capacitación en enfermería, entre otras herramientas, según se informó. En este sentido, María Inés Díaz de Guijarro, integrante del programa, afirmó al respecto que la propuesta del Gobierno “intenta establecer cuáles son los mecanismos necesarios para favorecer la formación de calidad de enfermeros y enfermeras, y promover el desarrollo de la enfermería de todo el país”.
“A partir de esta ley no solo se crea un presupuesto específico para poder sostener las carreras de enfermería, sino que además se crean diferentes organismos de participación y control general, desde el Ejecutivo nacional y dirigido hacia los colectivos de enfermería, para que puedan participar en el asesoramiento y la toma de decisiones en relación a la formación de la carrera”, manifestó.
Las primeras críticas
Una de las primeras entidades del sector en pronunciarse fue la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), que representa a trabajadores de todo el país y viene luchando por el reconocimiento profesional para quienes ejercen la profesión. Mediante un documento, expresaron que la propuesta del presidente “no contempla ninguno de los elementos prioritarios”, y reclama una mirada integral de la enfermería.
“El proyecto entendemos que es fruto de instalar en la agenda pública y política el reclamo de la enfermería a nivel nacional”, afirmó Carolina Cáceres, enfermera del hospital Tornú de la Ciudad de Buenos Aires y referente de la ALE.
En diálogo con Gestión Sindical, agregó que “si bien es un avance que se esté discutiendo y buscándole la vuelta a la cuestión”, no termina de dar respuesta a los reclamos de fondo que existen. “En primer lugar vemos que está orientado a fortalecer la elección de la carrera, que en ese sentido tiene algunos errores por no haber invitado a participar a quienes trabajadores con estos temas habitualmente, y así poder diseñar un modo más eficiente y eficaz algunas de las cosas que se ponen en práctica”, explicó Cáceres. En este sentido, recalcó que “no está dentro del proyecto que podamos tener capacitación continua durante los horarios de trabajo, cuando el resto de los profesionales puede hacerlo”.
En segundo lugar, Cáceres afirmó que “más allá de estas cuestiones, lo principal que falta, y ese es nuestro reclamo urgente de la enfermería, es el reconocimiento salarial de la enfermería”. “Sin salarios dignos para todo el sector enfermería el problema del sector no se resuelve, ni la situación en la que estamos ni logramos un fomento adecuado de la carrera. Porque si no pagaran lo que corresponde, si nuestra profesión tendría el reconocimiento laboral que merece no necesitaríamos pensar en proyecto para fomentar la elección de la carrera”, sostuvo Cáceres.
Para la ALE, el primer paso para jerarquizar y reparar la situación de la enfermería “es hacerla parte del proyecto”. “Si el poder político realmente tiene esa intención debería consultar a las y los enfermeros y a nuestra organización, quienes mejor sabemos las necesidades y preocupaciones de nuestro colectivo”, afirmó la entidad en un comunicado emitido al respecto. Entre las críticas realizadas por la asociación encuentra el incumplimiento de las indemnizaciones y pensiones a familiares de los compañeros, algo que mencionó Alberto Fernández, y que la entidad apunta a “la co-responsabilidad de las ART y la Superintendencia de Riesgo de Trabajo y la de Salud”.
Evitar las renuncias
En tanto, desde ATE analizan la propuesta del oficialismo en un contexto complejo, donde se vienen repitiendo las renuncias masivas de personal de enfermería, que salen del sistema de salud pública para irse a trabajar al sector privado, donde pueden ganar prácticamente el doble. Así sucede especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde desde el 2018 el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta decidió no incluir al sector en la Ley de Enfermería.
Así, los trabajadores porteños ganan salarios promedio de 45 mil pesos cuando en clínicas y sanatorios o en otros sistemas estatales –como el nacional –podrían percibir ingresos de 90 mil pesos. La semana pasada, delegados del gremio denunciaron que al menos 50 enfermeros y enfermeras dejaron su puesto en el hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires, llegando a mil las salidas en todos los centros asistenciales porteños desde que comenzó la pandemia, como informaron a Gestión Sindical desde la agrupación Hospitales de la Ciudad de ATE.
Lo que sucedió en el Durand no es una excepción, ya que en otros hospitales se repitió la situación. En el Pirovano, por ejemplo, los delegados de enfermerías anuncian “cerca de 100 renuncias” en el último año, coincidiendo con la crisis sanitaria. “Fueron aproximadamente un centenar los integrantes del sector que fueron dejando sus puestos desde marzo del año pasado, y con especial foco en esta segunda ola, en la que se sumó el cansancio generalizado del personal de salud y la falta de reconocimiento a su labor por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, recalcaron desde el gremio.
Además, se vivieron situaciones similares en el Ramos Mejía y el Rivadavia, por lo cual la diputada porteña María Rosa Muiños elevó un pedido de informes para que explique la realidad que atraviesa este sector del hospital. Según ATE, el más crítico es el ex Casa Cuna, donde llegan a 300 los renunciantes.
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