Pese a las ganancias extraordinarias, se suceden los conflictos gremiales en empresas del grupo Techint
En Tenaris Siat, hubo una movilización por el retiro del servicio transporte, en el marco de un ajuste salarial que comenzó el año pasado. Y en Ternium-Siderar siguen en lucha contra los despidos y en reclamo de una histórica recategorización.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
El comienzo de la pandemia, cuando había incertidumbre respecto de cuánto duraría la cuarentena y las restricciones para circular, muchas empresas intentaron despedir personal, hasta que el gobierno nacional puso en marcha el decreto “anti despidos”, que hoy sigue vigente. Entre las firmas que quisieron dar este paso se encontró Techint, que en un momento intentó cesantear a operarios de su subsidiaria Siderca en Campaña, una situación que se frenó por el dictado de la conciliación obligatoria. Lo mismo pasó el Tenaris Siat de Valentín Alsina, donde además se produjeron ajustes salariales, que hoy siguen vigentes.
La política laboral de la firma emblema de la industria argentina choca con la realidad económica que vive gracias al “boom” de la venta de acero, que empujó sus ganancias a niveles extraordinarias. En este contexto, la empresa que lidera Paolo Rocca sigue teniendo conflictos abiertos en varias empresas, como la propia Tenaris y en otras, donde los trabajadores se quejan de los intentos por imponer condiciones laborales que desconocen los convenios actuales. En febrero, hubo varios paros en la planta de Canning de Siderar, por el despido de operarios y el intento de cambiar de categoría a los empleados. El año pasado, Techint quedó en el centro de la polémica cuando comenzó descuentos salariales en sus empresas, pese a recibir ayuda del estado a través de los llamados ATP.
Ganancias exorbitantes
En enero de este año, la empresa argentina se vio beneficiada por el salto de la producción de acero, que disparó la facturación considerablemente. Según la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero laminado “creció 41,5 por ciento en enero por el impulso de la construcción y la industria automotriz”, en tanto el acero crudo “creció 24,3 por ciento en un año”. Pese a esto, en este tiempo Techint tiene abiertos conflictos en varias de sus plantas. El más reciente se da en la sucursal de Tenaris Siat de Valentín Alsina, donde los trabajadores se movilizaron esta semana para repudiar las últimas medidas de la firma, encargada de producir tubos de acero.
“A las constantes violaciones que comete la empresa se sumó que suspendió el servicio de transporte para los operarios, poniendo en peligro su salud”, explicó José Villa, delegado de la planta ubicada en el distrito de Lanús. Por esto, esta semana hubo una movilización a la delegación local del ministerio de Trabajo, para denunciar este nuevo atropello. “La medida se suma a otros ataques y abusos, desde la rebaja salarial que venimos sufriendo desde el año pasado al no pagar el premio por productividad, hasta la violación del convenio colectivo”, le dijo Villa a Gestión Sindical. La planta comenzó a operar en las últimas semanas, luego de un largo parate en el 2020.
Cronología de un malestar creciente
El conflicto en Tenaris Siat comenzó a mediados del año pasado, cuando la firma decidió dejar de pagar un bono por productividad, lo que significa en los hechos una rebaja salarial del 20 por ciento. Además, la empresa decidió mantener el pago del 50 por ciento del salario, pese a recibir los ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), pero ante las críticas por esta situación se dejaron de pedir.
En este tiempo, con apoyo de distintos sectores, los trabajadores de Tenaris reclamaron una solución a sus reclamos, y denunciaron que la firma “como otras empresas están aprovechando la pandemia para rebajar salarios, adicionales”. Ahora, con la suspensión del servicio de transporte, se abrió otra etapa en el conflicto.
“El ministerio de Trabajo explicó en qué situación estaban las denuncias realizadas, ahora se debe aportar la documentación con el gremio para tener un dictamen lo antes posible”, explicó Villa respecto a la última audiencia en la cartera laboral. El delegado destacó que “dejamos en claro que la empresa no cesa en su decisión de avanzar con una reforma laboral de hecho, más la amenaza continua de despidos si no se acepta lo que ellos quieren”.
Problemas latentes
En tanto, en la planta de Ternium-Siderar en Canning, partido de Esteban Echeverría, sigue sin resolverse. Desde hace unas semanas hay paros y medidas de fuerza por el despido escalonado de más de 35 operarios, en el marco de una puja histórica por la aplicación del convenio 17 de la rama metalúrgica, un pedido de la UOM que se remonta a los años 90. La empresa del grupo Techint se niega a esto, y mantiene la categoría 21 de la siderúrgica, lo que genera las protestas. Según le confirmaron a Gestión Sindical fuentes de la plata, la semana pasada “fracasó la audiencia en el Ministerio de Trabajo nacional, por lo cual se votó mantener el plan de lucha, que incluye paros con presencia en los puestos de trabajo”.
Además, hay diferencias en lo que se paga las horas trabajadas los fines de semana. En este contexto, hay descontento con la filial Avellaneda de la UOM, que representa a ambas plantas, por la falta de iniciativa en los conflictos. Incluso, los empleados consultados recordaron que en una de las últimas asambleas los dirigentes distritales fueron “duramente cuestionados” y debieron abandonar el lugar.
Precarización que no se condice con el nivel de facturación
Los conflictos de ambas plantas chocan con el buen momento económico que vive el grupo, liderado por Paolo Rocca, el empresario que en 2015 apostó a la campaña de Mauricio Macri pero que el año pasado, luego de los cruces públicos con el presidente Alberto Fernández, logró una tregua con el gobierno, que lo incorporó a varios proyectos claves de su estrategia de gobierno. Respecto a la explosión del acero, la cámara remarcó en un comunicado de enero de este año que durante ese mes “la buena actividad de los sectores que conforman la cadena de valor de la industria del acero mantiene el impulso al consumo de acero debido a la actividad en la construcción privada y en la producción de bienes durables”.
“La agroindustria, la maquinaria agrícola e implementos y los electrodomésticos continúan traccionando el consumo de acero, como así también el sector de envases de hojalata para alimentos y desinfectantes”, agregaron. Esto va de la mano de una recuperación de la actividad industrial, que el gremio UOM ubicó en torno del “70 por ciento de su capacidad”. “De los 250 mil afiliados que tenía el gremio cuando finalizó el gobierno de Cristina Fernández en 2015, perdió casi 80 mil en los cuatro años de Mauricio Macri y ya se recuperaron más de 15 mil desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández a pesar de la pandemia”, dijo en declaraciones periodísticas el titular de la UOM, Antonio Caló.
Hacé tu comentario