22 de Noviembre
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Otra muerte por Covid-19 en Coto: murió una trabajadora que pertenecía al grupo de riesgo

07. 09. 2020

Se trata de Graciela Lucero, delegada gremial de la sucursal 63 de Pompeya. Según pudo averiguar Gestión Sindical, a pesar de estar bajo diálisis por una falla renal y problemas de obesidad, no se había tomado licencia hasta contagiarse. La tienda, además, suma 36 casos y crece la polémica por el rol de Ramón Muerza, referente gremial de la cadena.

Son días muy complicados para los trabajadores de Coto. Al dato de ser, por lejos, la cadena con mayor número de empleados contagiados por coronavirus en las últimas horas se conoció otra trágica noticia: la muerte por Covid-19 de Graciela Lucero, delegada gremial de la sucursal 63 de Pompeya.

Según pudo reconstruir Gestión Sindical, a pesar de pertenecer al grupo de personal de riesgo, por estar bajo diálisis por una falla renal y problemas de obesidad, la trabajadora no se había tomado licencia hasta contagiarse (a mediados de agosto).

Se trata de la segunda muerte por coronavirus entre trabajadores de Coto (la primera fue la de Jorge Alcaraz en el mes de julio).

El fallecimiento de Lucero cayó como un baldazo de agua fría entre los trabajadores de la sucursal de Pompeya, donde se registra la exorbitante cifra de 36 contagiados desde que comenzó la pandemia. En ese contexto, crecen los cuestionamientos a Ramón Muerza, autoproclamado “delegado general” de la cadena Coto.

Justamente, Lucero publicó en el mes de junio una fotografía en su perfil de la red social de Facebook junto a Muerza. En la imagen se observa al dirigente gremial sin respetar el distanciamiento social sugerido por los protocolos. Y para peor: con el barbijo bajo, sin cubrir su nariz y parte de la boca.

https://www.facebook.com/graciela.lucero.5437/posts/578744319685486

La trabajadora habría continuado con su actividad laboral y sindical –según pudo saber este portal- hasta mediados de agosto, cuando tras el hisopado confirmó que había contraído la enfermedad.

Profunda consternación de sus compañeros

Ni bien se conoció la lamentable noticia, sus compañeros de la sucursal inundaron las redes sociales con mensajes de despedida.

“Gracias por darme consejos cuando estaba medio triste. Hoy la sucursal 63 Pompeya está de luto: perdió una gran mujer, delegada amiga madre todo. Te vamos a extrañar mucho”, le escribió Ana Soliz.

“Te voy a recordar con esa sonrisa y esa alegría. Gracias por incluirme y apoyarme en todo. Gracias por estar, todos sabemos que fuiste una gran delegada, compañera, amiga, pero, sobre todo, una gran persona”, le dedicó la usuaria Mylagros Tatiana.

“Gracias a por todo lo que nos diste y perdón por tan poco”, fue el mensaje de Emiliano Cordenons, otro compañero.

https://www.facebook.com/mylagros.rojas/posts/4275841295820244

https://www.facebook.com/ecordenons/posts/10223887978973675

Otra muerte evitable

Con 25 años de trayectoria en la empresa, Alcaraz se desempeñaba habitualmente en el sector carnes en la sucursal 22 del barrio porteño de Belgrano (Av. Elcano 3002), donde era delegado hasta que se distanció de Ramón Muerza, referente gremial en la cadena.

Desde la dirigencia de la cadena de supermercados de Alfredo Coto lo enviaron «exiliado» a la sucursal 235 de Quilmes como represalia a la lucha sindical, para cubrir un puesto vacante.

La Agrupación Trabajadores de Comercio Federales había salido a comunicar el deceso a través de un posteo en su cuenta de Facebook, y justamente apuntó en muy duros términos contra Muerza, la empresa y el propio Alfredo Coto.

“Nadie desde su lugar de trabajo, Supermercados Coto, controló su evolución y quien fue su referente sindical (por Muerza) se olvidó que la vida no tiene colores y que ese compañero no era solo un voto…”.

Y agrega: “’El grandote’ (N de R: así lo llaman a Alcaraz) le cuidó la espalda y lo acompañó, pero tanto el patrón (por Alfredo Coto) como ‘el dirigente’ (nuevamente en alusión a Muerza), se olvidaron de los años vividos, el acompañamiento y la lealtad”.

Según la Agrupación Trabajadores de Comercio Federales, Alcaraz había partido a la guardia del sanatorio porteño Sagrado Corazón tras presentar síntomas, quedó internado y que «con el pasar de los días ni siquiera pudo comentar cómo se sentía porque ya había sido conectado a un respirador».

Otra vez vuelven a cargar las tintas sobre Muerza: “El abandono vuelve más triste la partida… los seres queridos no pueden estar cerca, pero los dirigentes sindicales poseen autorización para circular, pero la usan para defender patrones y se refugian en protocolos para ni siquiera acercar lo básico a un compañero”.

Una bomba biológica ocultada con aprietes

Con 766 trabajadores contagiados (según un relevamiento del colectivo Trabajadores Autoconvocados de Coto), delegados la empresa que dirige Alfredo Coto denunciaron sistemáticamente la falta de cumplimiento en los protocolos de bioseguridad, aprietes a trabajadores que denuncian casos y amenazas de despido.

Cabe recordar que ya hay una causa penal en manos del juez Ariel Lijo, quien se encuentra investigando las presuntas “conductas delictivas” de los responsables de distintos locales de la cadena.

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