¿Milei se equivocó o no sabe? Las jubilaciones «volaron» en dólares pero su poder adquisitivo cayó en picada
Este miércoles habrá una marcha en el Congreso, que trata el veto de Milei a los aumentos en las jubilaciones.
Un documento en base a números oficiales marca que en los primeros ocho meses del año, las jubilaciones perdieron un 21% de poder de compra.
Si hay un sector que está sufriendo fuertemente los recortes que está realizando el gobierno de Javier Milei no es ni la construcción ni el empleo público: quienes se ven diariamente damnificados y no ven luz al final del túnel son los jubilados.
En los casi nueve meses de gestión las jubilaciones y las pensiones sufrieron grandes recortes según detalló un nuevo informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que discutieron los gremios y organizaciones sociales para salir a la calle este miércoles.
“La caída real del gasto fue más pronunciada en jubilaciones, pensiones y gastos de capital”, señala el documento que fue compartido por dirigentes sindicales y sociales en una mesa chica y en los días posteriores al veto del jefe de Estado, quien insiste en que las jubilaciones siguen ganado poder adquisitivo en términos reales.
En agosto, la jubilación mínima no alcanzó los $300.000. Cerró en $295.000 contabilizando el bono, mientras que la canasta de los jubilados, según el cálculo realizado por la Defensoría de la Tercera Edad de Ciudad de Buenos Aires, oscila los $850.000, lo que representa los haberes jubilatorios un tercio de lo que necesitan para vivir.
El ajuste a los jubilados no corresponde solo a la gestión libertaria encabezada por Milei. Desde 2015 que los haberes vienen perdiendo poder de compra, más precisamente un 53%. Los haberes mínimos, sin incluir los bonos, cayeron casi un 50% y con bono, un 33%.
Jubilaciones y dólares
Lo que sí es exclusivo de la gestión Milei es la imposibilidad, dictada por DNU, de que las jubilaciones mejores. Esto es porque el sistema de actualización de haberes que estableció el Presidente por decreto solo prevé ajustes por inflación, sin considerar ninguna chance de mejora en el caso de que la economía general progrese -como el propio Milei anuncia que ocurrirá.
La justificación dada por Milei basándose en que «en dólares, voló el poder adquisitivo de los jubilados» no solo fue puesta en duda -en el mejor de los casos- por prácticamente todos los economistas de la Argentina sino que, en sí, parte de un error conceptual ya que el poder adquisitivo no se mide en una moneda en particular sino que es la capacidad de adquirir bienes, en relación con los ingresos.
Dicho de otro modo: el poder adquisitivo en dólares y en pesos es el mismo. A menos que el Presidente haya querido referirse a la capacidad de los jubilados de adquirir dólares, algo improbable con haberes mínimos por debajo de los $300.000.
Debido a estos recortes, este miércoles en el Congreso habrá una movilización de organizaciones de jubilados y otros sectores para tratar de frenar el plan impulsado por el Gobierno. El motivo de la elección del día de la movilización se debe a que se tratará el veto de Milei al aumento a los jubilados y el financiamiento a las universidades.
Más números del ajuste
Según el mismo informe de OPC, se registró más de un 30% de baja en los gastos primarios, en los primeros ocho meses de gestión.
Los mayores recortes se produjeron en transferencias a provincias con casi un 83%, Becas Progresar en un poco más del 65%, Potenciar Trabajo, apenas por encima del 60%, subsidios de energía superando el 36%, los subsidios en el transporte público alcanzando un 35,6%, las universidades poco más de un 30% y las jubilaciones y pensiones casi un 21%.
Un dato que contradice los dichos de Milei, es que según el informe de OPC, el poder de compra que tienen los argentinos, registra una caída real de casi un 27% en relación a los primeros ocho meses, pero del 2023. Los salarios mínimos, por su parte (incluyendo los bonos), perdieron un poder adquisitivo de un 16,7%.
Por último, los docentes y no docentes universitarios también sufrieron los efectos del recorte. Los salarios sufrieron una baja mayor al 30% en los primeros ocho meses del año y los salarios de los no docentes se derrumbaron más de un 26%. Por el lado de la asistencia financiera para el funcionamiento universitario disminuyó un 23,1% y la misma pero en hospitales universitarios, se redujo casi un 20%.
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