Milei y la motosierra de Caputo despertaron a la CGT y todos los actores sindicales se plantean cómo resistir
Los primeros días de gestión de Milei dejaron al descubierto como está parada cada ala gremial. Las claves.
Javier Milei apareció en la conducción de la Casa Rosada con el plan motosierra en mano, con ajuste total y devaluación al 100%, y terminó de diagramar un mapa sindical que tiene diversos intereses, diferentes posturas ante problemáticas puntuales, con distinto grado de acción y poder. Con la CGT, las CTA de los Trabajadores y Autónoma y la UTEP tomando protagonismo.
En la central obrera, hasta hace unos días había tranquilidad simplemente porque decían que no veían un sesgo antisindical del lado del mandatario y que incluso había canales de diálogo a través de Guillermo Francos, el ministro del Interior.
El funcionario, de origen peronista y con pasado militante con Domingo Cavallo, logró activar contactos con la central para analizar el panorama y para recibir de parte de la CGT recomendaciones de funcionarios en pos de diseñar organigramas.
«El primer tiro» contra Milei
En charlas reservadas, en Azopardo no veían que fuese posible avanzar en una protesta social a corto plazo contra Milei “No vamos a salir a meter el primer tiro”, había anticipado un cacique gremial.
Es más, incluso Pablo Moyano, que siempre sostuvo la linea más combativa dentro del triunvirato de conducción de la CGT, aparecía contenido más allá de hacer advertencias.
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No obstante, la aparición en escena de Luis Caputo y su paquete de medidas hizo recalcular a la central y montó preocupación. Más allá del golpe de KO al bolsillo de todos los ciudadanos y trabajadores que implican los planes de Caputo, lo que provocó la reacción de la CGT sobre todo fue el ataque a la obra pública y los intereses de la UOCRA, liderada por Gerardo Martínez, hoy el principal armador de la central.
La reacción de Martínez
Martínez, usualmente habilidoso y abierto al diálogo -incluso admitió que habló con Milei antes de las elecciones-, no va a tolerar que se toquen fuentes laborales de un sector que además, como destacó junto con Alberto Fernández, no paró de crecer tras la pandemia, con miles de empleados registrados.
Si Martínez se mueve para ese lado, el moyanismo en fila también mostrará movimientos con capacidad de poder.
Será por parte de Camioneros (claves en la actividad económica), Ferroviarios (con Sergio Sasia como líder de la Unión Ferroviaria y de la poderosa Confederación del Transporte), Viales (Graciela Aleña, referente sindical, anunció que si los libertarios tocaban la obra pública iban a cerrar pasos fronterizos) y de gremios aeronáuticos que en un abrir y cerrar de ojos pueden paralizar aeropuertos.
También, gordos, con Héctor Daer a la cabeza, contarán con algún grado de acción, de manera inevitable, para no enseñar una CGT con fisuras.
La UTEP y las CTA
Hay otra ala que se plegará sin discusiones a cualquier medida de protesta: la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular. La UTEP, ya tuvo un signo de acercamiento a la central Azopardo y nuclea a miles de personas, además de integrantes del Movimiento Evita y la Corriente Clasista y Combativa, dispuestas a rechazar cualquier tipo de ajuste.
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Juan Carlos Alderete, de la CCC, ya dio señales de lo que viene: el ex diputado nacional de Unión por la Patria opinó que las medidas «responden a las solicitudes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la verdadera casta que son los sectores monopólicos, oligárquico y terratenientes», al tiempo que proclamó que «no se puede permitir que el ajuste lo siga pagando el pueblo».
«Convocamos a todos los sectores populares, sindicatos, organizaciones de DDHH, movimientos y organizaciones sociales a dar respuesta en las calles para que no sea el pueblo el que siempre pague la fiesta de unos pocos», sostuvo el dirigente.
Mientras tanto, las dos CTA apuestan a galvanizar próximos pasos, dejando matices y divergencias de lado, para armar un plan de lucha: las disposiciones de Milei afectarán salarios de sus afiliados y sobre todo tocará miles de empleos públicos, lo que recalentará todavía más el ambiente. Godoy y Yasky no perdieron tiempo y ya anunciaron pelea.
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