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Los desafíos de la CGT para el 2018: salir del triunvirato y construir un conductor

07. 01. 2018

La central obrera inicia el año con la meta de volver a la conducción unitaria, aunque no tenga un dirigente capaz de consensuar todos los intereses de los diversos grupos. Apelarán a un equipo de trabajo que fortalezca al elegido. Comenzó la danza de nombres, de cara al confederal de abril. La idea es que todos los sectores apoyen este proceso.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

El tratamiento de la reforma previsional y laboral abrió una grieta en el movimiento obrero, entre quienes decidieron rechazar en la calle estas iniciativas y quienes buscaron suavizarla en charlas con el gobierno. Las distintas posturas pusieron a la CGT al borde de la fractura, y un cónclave antes de fin de año, donde estuvieron Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, frenó el quiebre. En ese encuentro se decidió llamar a un confederal para los primeros meses del año, donde se buscará superar la etapa del triunvirato, la forma de lograr unidad que tuvo la central obrera en 2016 pero que hoy está, según los propios dirigentes, desgastada. Esa parece ser la tarea principal de la dirigencia cegetista en 2018 conseguir un nombre que tenga consenso en todo el espectro interno, y que pueda sacar a la CGT de este estado permanente de deliberación. Además, en la sede de Azopardo saben que el otro gran desafío serán las paritarias, más ahora que el gobierno cambió sus metas inflacionarias. La dirigencia advierte que con una inflación del 27 por ciento en 2017, el 15 por ciento que pretende el oficialismo “es sólo el piso”.

La búsqueda de un líder que reemplace al triunvirato actual es el gran desafío de la CGT para este año. Si bien hay algunos nombres, las dudas sobre cómo se saldrá de esta etapa son muchas. Lo que no hay vacilaciones en la necesidad de salir de la conducción compartida. “Vamos hacia una conducción única, que contenga a todos los sectores. Es el gran desafío, lograr ese unicato que fortalezca a la CGT”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente cercano al triunvirato. Los días de Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña parecen contados, pero en su entorno no hay reproches. “Fue una salida ante el momento de caos, y cumplieron con su tarea. Pero hoy es tiempo de sumar a todos, incluso los descontentos, detrás de un liderazgo”, agregó el dirigente consultado. Por el momento, se estima que el confederal se realice “entre abril y mayo”, y hasta ese momento estiman “que los candidatos van a estar a la orden del día”.

El gran problema con la conducción unificada es que no hay un hombre fuerte que pueda generar consenso en todos los grupos internos. Sucedió en 2016, cuando las tres partes principales de la CGT (Alsina, Azopardo y Azul y Blanca), no lograron unificar criterios, y crearon el triunvirato. Ahora, casi dos años después, no hay una figura, y para colmo, hay fricciones mucho más pronunciadas. Por eso, en la central piensan en poner a un hombre de “bajo perfil”, respaldado por una especie de “comisión de notables”. “No hay un Moyano, un Lorenzo Miguel, y no se construyen. Por eso quien salga elegido, deberá tener un equipo de trabajo que lo respalde. Es una tarea titánica, pero necesaria”, insistió el dirigente consultado. En la largada hay algunos nombres. Se habla de Omar Maturano, de La Fraternidad, Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria, Sergio Palazzo de La Bancaria, entro otros. También Juan Carlos Schmid, el original candidato del moyanismo y los transportistas, que tiene una ventaja adicional: provenir de un sindicato chico. En el caso del titular de Dragado y Balizamiento juega el ejemplo de Saúl Ubaldini, quien venía de un gremio minúsculo (cerveceros), y construyó su poder a partir del apoyo de los gremios masivos, y su talento como conductor.

En este camino la idea de los dirigentes es que los sectores que están por fuera de la CGT se sumen y tengan voz y voto. Se trata de sectores como el MASA –que insiste con la candidatura de Sasia –y las 62 Organizaciones Peronistas, el núcleo que apoya al gobierno, pero desde los incidentes de fin de año, lo hace con reservas. Desde ese espacio adelantaron a Gestión Sindical que hay algunos gremios bastante enojados con la actitud del oficialismo. “Parece que nos mintieron, el rumbo que se está tomando no es el prometido en las elecciones”, se sinceró un dirigente de este espacio, que reniega de la injerencia de algunos uncionarios, en especial el Ministro de Haciendo Nicolás Dujovne en la relación con los sindicatos. “No nos alejamos, pero los canales de diálogo se fueron cerrando desde que la economía financiera es prioridad”, dijo. El quiebre en el espacio que supo liderar el fallecido Gerónimo “Momo” Venegas ya se notó en el paro fallido de diciembre, cuando un grupo de sindicatos de las 62 Organizaciones se sumaron a la movida de la CGT, dejando en claro que la reforma previsional no podía ser aceptada por el movimiento obrero. Ahora, cuando se trate la reforma laboral, habrá otra prueba para esta dirigencia, que debe generar la unidad en medio de la turbulencia de la interna de intereses sectoriales.

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