La última carta fuerte que le queda a Caputo: cuál es el plan para acercar la inflación a cero

Con mediciones que muestran que la gente ya no es optimista, el Gobierno necesita frenar la inflación para recuperar aire. Dudas de economistas.

Parafraseando una vieja canción de Los Auténticos Decadentes, hoy Luis Caputo y Javier Milei podrían cantar: «Bajar la inflación no es todo pero cómo ayuda»

Es que las encuestas empiezan a reflejar un desgaste en la popularidad del presidente, impulsado por la recesión y el crecimiento del desempleo, que afecta a todos los sectores de la economía y golpea especialmente a la clase media a la que cada vez se le hace más difícil poder llegar a fin de mes.

Miles de familias que siempre fueron de clase media están sufriendo los ajustes impulsados por el presidente Milei, familias que entre la asunción y el día de la fecha, pasaron de clase media a estar en situación de pobreza. En este contexto, el Gobierno decidió revisar los ajustes de tarifas que tenía programados.

El ministro de Economía buscará contener las facturas de gas natural y electricidad, y resolvió que no habrá un nuevo incremento en los boletos de transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Además, la petrolera estatal YPF aplicó una reducción en el precio de los combustibles a partir del martes, aunque en este caso, la baja de apenas el 1% no será algo que influya de manera significativa ni en el índice de inflación de octubre ni en el bolsillo de la gente.

Luz y gas, con menos aumentos

Esta semana se podría anunciar la baja en dos items que componen las tarifas: el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) y se evalúa algo similar en el Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST), aunque la idea está en análisis.

Estas medidas, dicen en Balcarce 50, permitirían una disminución en los costos del gas y la electricidad que se trasladen a las facturas finales.

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Además, Economía prevé que las facturas de octubre podrían achicarse hasta un 6%, en parte porque se esperan temperaturas más cálidas que reduzcan la demanda de gas, aunque podría no correr la misma suerte la de luz ya que podría aumentar el uso de aire acondicionado debido a que se aproximan los días calurosos.

De acuerdo con estadísticas del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA y el Conicet, el costo de los servicios de luz, gas, agua y transporte para un hogar promedio en el AMBA, sin subsidios, alcanzó en septiembre los $140.000, lo que representa un aumento del 370% en lo que va del año.

Sin embargo, la factura de gas promedio subió cerca del 900% desde diciembre de 2023, debido al ajuste de tarifas y el consumo estacional. Por el lado del transporte, el costo del boleto se incrementó en promedio un 600% desde que Milei asumió la presidencia en diciembre del año pasado.

El horizonte inalcanzable

En el Ministerio de Economía señalan que los precios de alimentos y bebidas están mostrando una estabilidad, lo que ayudaría a buscar la meta de inflación cercana al 2% en octubre. De hecho, existe la esperanza de que el índice se aproxime al 0% en noviembre, según los datos que refleja el INDEC.

Esas cifras son la obsesión del Gobierno, que necesita un dato con impacto positivo, en un contexto en el que la imagen presidencial se agrieta cada vez más.

Si bien no implicaría un alivio para el bolsillo, destruido por el 50% de inflación de los primeros dos meses de Milei del que la gente nunca se recuperó, sí podría ser mostrado como un logro y, más que nada, recomponer un optimismo que hoy parece estar desapareciendo en la población, y darle aire al Presidente para seguir con el ajuste.

La duda enorme es si una baja importante de la inflacion -aun en el caso de que se consiguiera- será suficiente para reactivar la economía, sumida en la peor depresión en lo que va del siglo.

En cualquier caso, además, será difícil mantener un nivel de inflación cercano a 0. Sería imposible si se diera una devaluación, algo que el Gobierno descarta de plano. Pero incluso si eso no ocurriera, también atenta en contra la política de depreciación del peso del 2% mensual, conocida como «crawling peg«, que sí continuará.

Inflación en baja, ¿y después qué?

Según Osvaldo del Río, especialista en consumo y director de la consultora Scentia, las cifras de la economía seguirán por debajo del año pasado. Cree que el consumo continuará cayendo más del 10%.

Del Río opina que «el consumo se movió artificialmente el año pasado», debido a las medidas tomadas por Sergio Massa en campaña electoral cuando era ministro de Economía, y que eso «afectará las comparaciones anuales».

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Aun leído como una crítica al gobierno anterior y no a este, el análisis confirma que la gestión Milei no ha logrado activar la economía ni hay previsiones de que lo haga al menos este año. Más aun teniendo en cuenta que la recuperación de los salarios no forma parte de la hoja de ruta gubernamental.

Por otra parte, si se llega a lograr alcanzar una inflación cercana al 0%, aunque sea por un solo mes, aumentarían las presiones para que el Gobierno elimine las restricciones cambiarias y, de esta manera, poner fin de una vez por todas al cepo, lo que generaría un nuevo desafió complejo.

Los especialistas dudan que esta medida se implemente pronto, pase lo que pase con los precios, ya que una corrida hacia el dólar, por mínima que fuera, haría rebotar la inflación y hoy por hoy, la prioridad de la administración Milei es que eso no ocurra, dejando las promesas sobre el cepo en un segundo plano.